Bob Mould: “Blue Hearts”


Por: Txema Mañeru 

Es difícil pensar en algún otro músico que supere los 60 años y que esté en continuo movimiento como Bob Mould. No solo musicalmente, porque además no deja de arremeter contra problemas sociales y políticos en sus urgentes y más que apreciables discos. Un hombre que lideró los imprescindibles Hüsker Dü, banda clave para todo el hardcore punk que vendría detrás. Pero un hombre que rozó el éxito e hizo que se recuperará el power-pop más aguerrido con su banda Sugar y con una obra maestra como “Copper Blue”. Igualmente es un artista íntegro que no le importó iniciar una carrera en solitario arriesgada y mutante cuando estaba rozando el éxito que merecía. Son muchos y muy variados los discos bajo su nombre y algunos de ellos con la calidad y la necesaria radiografía de sus respectivos tiempos, como “Bob Mould”, “Silver Age” o el reciente “Sunshine Rock”.

Hace menos de un año que entregó un “alegre”, como su título indica, “Sunshine Rock”. Uno de sus discos más melódicos y pop de la pasada década y con mayores recuerdos para sus legendarios Sugar. Pero ahora está enfadado y muy preocupado con las elecciones de su país a la vuelta y con toda la problemática del virus a su alrededor. Esto le ha llevado a crear nuevamente, 6 meses después de las 14 canciones de “Blue Hearts” (Merge Records / Popstock!), como en la época en la que el rock’n’roll reaccionaba ante las injusticas sociales y políticas del momento y los artistas sacaban discos para reflejar el momento crudo que estaban viviendo. Eso ha hecho Mould para entregarnos su trabajo más cercano al legado de sus Hüsker Dü y del punk americano más recalcitrante. Regreso más al “Zen Arcade” que al “Candy Apple Grey”, ambos obras maestras, claro. Íbamos a decir que mojándose como nunca en las letras, pero es más justo decir que haciéndolo como siempre, aunque ahora rugiendo de manera mucho más airada y cargada de rabia. 

Rabia que se aprecia hasta en el arranque con acústica y voz de "Heart On My Sleeve" en la que nos habla sin tapujos del problema climático. La velocidad y la rabia de los primeros pasos en Hüsker Dü la tenemos ya de lleno en una "Next Generation" que se preocupa por lo que va a suceder al tiempo que nos clama para evitar celebraciones en esta dura época de pandemia. No necesita presentación "American Crisis", donde demuestra su calidad con la guitarra. Urgencia que nos remite a “Zen Arcade” o “New Day Rising” en el minuto y medio de "Fireball" en la que resuena esa pasión por las buenas melodías, a pesar de la brevedad.

Se sale en un fantástico medio tiempo melódico como "Forecast Of Rain" que, ahora sí, nos trae al recuerdo  los Sugar, aunque la dura letra clame contra la hipocresía de la religión más protegida por políticos como Trump, al que alude en muchos de los temas del álbum. Las guitarras vuelven a quemar en "Everything To You" y vuelve a regresar a sus más urgentes comienzos en los menos de 2 minutos acelerados de "Racing To The End". Otra vez con su más que expresivo título. Gran final del disco con una reflexiva "Leather Dream"’, pero con las guitarras arañando. Vuelve a reventar todo con "Password To My Soul" pero manteniendo esas inflexiones melódicas que sólo él es capaz de hacer. Se despide con un "The Ocean" que es el tema más largo del disco, sin llegar a los cuatro minutos. De nuevo buena combinación entre acústicas y eléctricas. Esperemos que no gane las elecciones Trump, pero si lo hace igual tenemos otro nuevo disco con sus nuevas preocupaciones antes del próximo verano. ¡Actual, rabioso, urgente y potente!