Por: Oky Aguirre
“El artista puede salvar el mundo; realmente podemos decirte la verdad. Si te sientes incómodo; probablemente sea bueno"
Fantastic Negrito se sorprendió cuando se le vino a la mente el título de su tercer trabajo, "Have You Lost Your Mind Yet?" (¿Aún no has perdido la cabeza?). No imaginaba que semejante frase ha rondado en cada uno de los hogares del planeta, donde estos últimos meses las noticias diarias han servido como alimento para nuestra inseguridad e incertidumbre, con la COVID-19 como titular indiscitible. Pero el día en que escuchamos, vimos y sentimos a George Floyd, suplicando respirar bajo la rodilla de un agente, nuestra prioridad, o la de medio mundo, cambió. En nuestro eterno confinamiento, se nos ha juntado otra lacra, el racismo, remontándonos a 400 años antes, mientras asistíamos a caceroladas de gente pudiente negando lo evidente, escudadas bajo sintonías enfermizas, tipo “Resistiré”, para hacernos creer que todos remamos en el mismo barco. La lejanía de lo que importa está más cerca de lo que creemos. Por eso se hace imprescindible, sobre todo para los que no sufrimos miedo al salir de casa por nuestro color, la llegada del nuevo álbum de Fantastic Negrito (Xavier Amin Dphrepaulezz), donde nos damos de bruces con la cruda realidad. El mundo no avanza socialmente, pero sí intelectualmente, demostrando, una vez más, que el resurgir del Black Power es algo latente e inminente… otra década más. Ojalá sea la buena.
“Have You Lost Your Mind Yet?” va a ser una de las herramientas que hagan posible ese cambio social que equipare colores, predominantemente negros en sectores tan imprescindibles como la música o los deportes, sin cuya contribución andaríamos huérfanos no ya de espectáculo, sino de sentimientos como la furia, latente en cada corte del disco. Negrito ha dado un salto mundial a la hora de clasificar su sonido como “Black Roots” para todos; una vuelta a mensajes y sonidos setenteros que quiere extender a los más profanos y que nos remontan a aquellos años de George Clinton con sus Funkadelic y Parliament, Gil Scott-Heron o Sly Stone.
Desde el principio, con “Chocolate Samurai”, te sentirás atrapado con palabras siempre biensonantes (powers, free…) dentro de melodías abrasadoras, como la presentación de un directo del Padrino del Soul, con frases llenas de un sudor que solo puede acompañar un bajo funky con dedos de negro, apoyado todo en un estribillo tan contundente como “Get free tonight”, afianzando así un estilo único en el blues contemporáneo que se ha ganado en solo cuatro años y que no solo radica en sus guitarras, sino en una conjunción entre banda y sonidos pregrabados que se unifican maravillosamente para desarrollar un mensaje que los años mantenían en salmuera, como esa sonrisa acompañada de lágrimas que todo perjudicado por el racismo anhela, cuando alguna vez pueda llorar de felicidad al ver equiparados sus derechos.
En “I'm so Happy I Cry” actualiza el góspel para meterse de lleno en como él lo siente en estos momentos de ira. Estremece al recordar a su gran valedor en “How Long”, donde podemos empezar a comparar a este Fantastic Negrito con una de sus más grandes influencias: Prince, que apostó por él cuando nadie lo hizo; no ya por aproximarse a su estilo, incluso copiándolo, sino por su absoluta grandeza como canción, sabiendo que se está marcando un Prince. Algo muy presente en toda una atmósfera creada con la intención de respetar al de Minneapolis en temas como “Searching for Captain Save a Hoe”, con la colaboración del mítico E-40, con tono de voz y coros muy cercanos a "1999" o "Sign of the Times", y que en “Your Sex is Overrated” se hacen prácticamente realidad, donde a veces parecemos oír resucitar a nuestro pequeño genio de color púrpura, con pasajes claramente reconocibles en canciones de décadas de adolescentes, con esos inconfundibles grititos en falsete fundidos con punteos del alma.
Con “These are my Friends” volvemos a lo que supuso la llegada de Fantastic Negrito a nuestro mundo, con su propuesta de darle una vuelta al blues - en la que siempre ha creído desde un principio- bajo un común denominador: el sufrimiento de sus antecesores como Skip James o Leadbelly. Algo que los poderosos Grammy, comandados por el gran hombre blanco, no pudieron obviar, dando un lugar destacado a este Blues Contemporáneo, en donde cuenta con dos estatuillas en sendos discos, en 2017 con “The Last Days in Oakland” y en 2019 con “Please Don´t Be Dead”. Y ya os adelantamos que nos veremos en las siguientes ediciones, donde si el mundo aún quiere justicia, aunque le vuelen la cabeza, otorgará a este álbum otra categoría que, además del blues, contenga algo que nos pertenezca a todas y todos. Igualdad y Respeto.
“Hace cuatro años la gente me decía 'No'”, recuerda Fantastic Negrito. “Pregunté por qué y me dijeron: 'No eres rapero. No eres una chica bonita jugando al pop. ¿Que eres? ¿Cuál es tu música? 'Fui yo solo y gané un Grammy ".