Por: Pepe Nave
Tras el éxito del primer disco de la banda de Melbourne y una larga gira de conciertos con parada en los mejores festivales del mundo, llega su segundo LP apenas dos años después.
La experiencia de pasar tanto tiempo fuera de casa para estos jóvenes ha marcado las letras y el título de su nuevo trabajo, que hace referencia a una villa australiana habitada a principios del siglo XX por emigrantes italianos que con la nostalgia de su tierra la llenaron de estatuas de inspiración romana.
El grupo está formado por los guitarristas y cantantes Fran Keaney, Joe White y Tom Russo, su hermano Joe Russo al bajo y Marcel Tussie a la batería. Los tres son a su vez compositores, con lo que para mantener la esencia de su sonido como banda se impusieron la dinámica de presentarse en el local de ensayo solo con el primer esbozo de la composición, nada de canciones terminadas, y darle forma hasta el final como banda con derecho de opinión y veto por parte de todos. Esta forma de trabajar ha limitado su deseo de añadir variedad a su registro.
Con la velocidad de lanzamientos musicales, críticas y entrevistas y la necesidad de etiquetar rápidamente a cada banda, a ellos, australianos, practicando pop de guitarras con buenas melodías les colocaron la de sus paisanos The Go Betweens,; lo de Australia se compara con lo de Australia, que si bien su influencia está ahí, no es más determinante que otras. Por ejemplo el nervio y velocidad de los punteos de bandas americanas como The Feelies o The dB’s, la tradición del folk rock americano de guitarras entrelazadas como The Byrds o R.E.M., el gusto por el jangle y melodías de los británicos The Field Mice o el pop psicodélico de grupos de la vecina Nueva Zelanda como The Chills, The Bats o The Clean. Pero como en los buenos grupos, su mérito es sintetizar todas estas influencias y hacerlas sonar a su manera y con entusiasmo.
Así, "The Second of the First", que abre la nueva colección, puede hacerlos identificables por cualquiera que escuchara el EP "The French Press", ésta es su vertiente más angulosa, donde hay recitados hablados entre las estrofas pero nunca se olvidan de colocar un estribillo melódico y con un punto euforizante en el medio.
"Falling Thunder" baja un poco las revoluciones, y es que en general en este disco dominan los medios tiempos, no tiene tantas canciones en sexta marcha como en el primero; quizás algunos seguidores se lo echen en cara, aunque el riff de guitarra que empieza en el segundo menos uno de "She’s There" parece desmentirlo. Se trata de uno de esos singles de primera escucha que te hacen dejar lo que estás haciendo y mirar en el reproductor el título para tenerla fichada. "Beautiful Steven" nos recuerda a otros grupos de este siglo que les han abierto camino en esa vuelta a las raíces de las melodías con guitarras, como los Real Estate.
Los tres cantantes del grupo se van alternando, pero lo cierto es que tienen un timbre de voz similar, con pequeños matices diferenciales solo distinguibles tras varias escuchas.
Las letras no son explícitas, no buscan el detalle, tienen cierto aire poético y hacen alusión a encontrar tu lugar en el mundo, al amor y desamor y otros asuntos universales en jóvenes occidentales de clase media. No desmejoran las canciones, pero no son tampoco su punto fuerte, que sí es su habilidad para las melodías, como demuestran en "The Only One", una estrofa de aire juguetón desemboca en un estribillo a varias voces de esos que elevan un palmo a los amantes del pop.
Para abrir la segunda cara, otra de las nerviosas, "Cars in Space", con esa habilidad que tienen para abrir con un punteo de guitarra y el bajo y batería detrás a piñón, como si fueran el corneta y el séptimo de caballería a la carga.
A partir de aquí mandarán los medios tiempos con melodía ganadora hasta el final, con el pequeño bajón de "Sunglasses At The Wedding", un intento de hacer una balada de aire lánguido a lo Belle and Sebastian, que demuestra que ahí tienen una asignatura pendiente.
<"The Cool Change" les devuelve a la senda donde se sienten cómodos, esta vez con cierto toque country en la fórmula. Cierra un disco que ni revolucionará el mundo del rock, ni el de la banda misma. El que esperase encontrar un atrevido paso adelante se puede sentir algo decepcionado. No aquel que busque encontrarse de nuevo con sus pildorazos de pop levanta ánimos.