Pocos festivales se nos ocurren más amables para las familias que el Marenostrum de Fuengirola, cuyo cartel variado y excelente ubicación junto al mar con su ladera coronada por el imponente castillo de Sohail, brindan la posibilidad noche a noche de disfrutar de la mejor música en directo que en esta ocasión correrá a cargo de Loquillo, MClan, León Benavente y Amaral entre otros.
Un festival valiente y concienciado con el turismo cultural que en tiempos de pandemia ha decidido no ponerse de perfil apostando por su edición del 2020 en una actuación que ha requerido de la modificación de parte del cartel y del aforo planteado en primera instancia, también de su ubicación, éste año se habilitará el interior de las murallas del castillo, y de todos los protocolos sanitarios y de seguridad con objeto de demostrar que si algo es seguro en este verano tan aciago para el sector es sin lugar a dudas acercarse a un concierto.
Mucha responsabilidad de ello tiene el ayuntamiento de Fuengirola, principal responsable del espacio que alberga dicho festival, personificados en la figura de su Concejal de Cultura, Rodrigo Romero, quien ha tenido a bien entablar conversación con nosotros, para mostrarnos todo lo que conlleva la responsabilidad de organizar un festival en unas pocas semanas, modificando lo planteado previamente, con objeto de que nuestra música siga sonando y latiendo, en un claro compromiso por la salud y por el futuro laboral de unos profesionales tan injustamente tratados por buena parte de la administración en los últimos tiempos, pero que cuenta con el ayuntamiento “costasoleño” como una digna excepción que en tiempos de crisis no se planteó ni por un instante dejar tirados a la gran familia musical.
¿Qué tal ha ido todo por la ciudad durante estos meses tan difíciles?
¿Qué tal ha ido todo por la ciudad durante estos meses tan difíciles?
Rodrigo: La verdad es que en nuestra ciudad la gente ha demostrado un comportamiento ejemplar, hemos tenido la suerte de tener un índice de contagios muy bajo. Estamos en el 1,2 cuando la media nacional está en 5,4, por lo que estamos lejos del ámbito del territorio nacional. Creemos que demuestra la responsabilidad de empresas, administración y ciudadanos con la que se han regido durante el periodo de confinamiento y también posteriormente.
El festival ha sufrido una modificación en su cartel y también en el planteamiento inicial. ¿Cómo se organiza un festival de esta índole tan deprisa?
Rodrigo: Lo cierto es que tampoco ha sido tan deprisa, en el sentido que desde el minuto uno empezamos a barajar escenarios de todo tipo. Cubrimos todas las posibilidades, también la cancelación total. Hemos trabajado de un modo flexible y una vez clarificadas todo el tema de medidas necesarias y recomendaciones sanitarias, hemos podido adaptar el escenario a las medidas concretas que se había propuesto por las autoridades andaluzas y nacionales, además de las incluidas por el propio ayuntamiento.
¿Qué supone el cambio de ubicación del exterior al interior del recinto a la hora de coordinar cada velada?
Rodrigo: Es un cambio radical en todo. Los protocolos de actuación son diferentes, los accesos y hasta la forma de la gente de comportarse dentro del festival. También los circuitos seguros de flujos de personas son diferentes, pese a que los aforos son muy inferiores pero la forma de organizar es más compleja. Nosotros hemos tenido conciertos con alta densidad de asistentes, pero son conciertos que llevamos años llevando a cabo. El reto es mayor debido a la situación actual, pese a que el número de asistentes es inferior a lo que manejamos en Marenostrum. Tengo que felicitar al equipo que trabaja para llevarlo a cabo y también al público asistente cuya actitud hasta el momento ha sido fantástica. La mayoría de gente, casi el cien por cien, están adaptados a las nuevas normas, al que es digno de elogio.
¿Qué medidas se están tomando para asegurar la seguridad y velar por la salud de los asistentes?
Rodrigo: Lo que hemos hecho ha sido ampliar las distancias entre los asistentes, sobre todo en el supuesto de veladas dedicadas a música electrónica, donde las ventas se hacen por zonas, no de forma individual. Los asistentes suelen ser grupos de amigos que vienen a un festival, como pueden ir a cenar o a tomarse una copa. Una vez dentro del recinto surge el momento crítico de tomarte una copa, es ahí donde hemos buscado un recinto más acotado, donde no tienes contacto con otros asistentes. Por ejemplo, en otro ámbito, hay zonas de pasillos para ir al baño. Todo está señalizado para no encontrarte con nadie de frente. El protocolo más complejo es el de entrada, porque se te puede formar cierta acumulación de gente, bien, aquí contamos con un pasillo de 200 metros en el que todo el mundo puede guardar la distancia social. Algo similar ocurre en el desalojo, sin duda el momento más crítico con 500 personas abandonando el recinto a la vez, el abandono se hace de forma gradual por zonas, con azafatas y personal de seguridad coordinando todo, lo que hace que no haya ningún problema.
“Marenostrum” es un festival de referencia en la zona y creo que cada vez es más un referente cultural para Fuengirola, cuenta año tras año con carteles de lujo y se desarrolla en un precioso entorno, casi único. ¿Puede asegurarnos que este año encontraremos algo similar a pesar de las modificaciones?
Rodrigo: El castillo lo hemos dejado de dulce este año. Hemos hecho un esfuerzo decorativo importante, ahora mismo es una zona verde, puesto que hay muchas plantas y hasta césped artificial. Es un entorno agradable y tranquilizador. Nos preocupaba que la gente no solo se sintiera rodeada de muros bonitos, queríamos un sitio agradable, fresco y ventilado. Transmitir una tranquilidad que se refleje en el comportamiento de los asistentes. Tenemos la suerte de contar con uno de los espacios más espectaculares de España. Nos esforzamos en reforzar su estética. No es normal estar en un castillo con un milenio de antigüedad para disfrutar de la música donde antes había batallas.
Con la reducción de los aforos, ¿por dónde pasa la viabilidad económica de un festival de estas características?
Rodrigo: En Fuengirola tenemos un compromiso con la música en vivo en todas sus variantes, como elemento cultural y turístico que atraiga a gente a nuestra ciudad a la hora de elegir sus vacaciones. También es importante continuar y dar seguridad a los trabajadores de la industria musical como promotores, técnicos de luz y sonido, azafatas, camareros y gente de seguridad, hay miles de personas cuyo sustento depende de los eventos, tenemos una responsabilidad que no queremos obviar este verano. Lo más fácil habría sido cancelar todo y te ahorras un problema realmente, tanto de organización como de preocupación. Sin embargo, creo que hay que seguir en la línea de apoyo al sector musical que por cierto ha respondido fantásticamente a esta propuesta. El caché de los artistas, el sueldo de los trabajadores y el beneficio de los promotores se ha visto reducido. Todos han entendido que había que ajustarse el cinturón en este momento. Nosotros somos un recinto, nuestra labor no es la de ser promotores. Hemos generado un recinto muy seguro para que promotores y artistas puedan ejercer su actividad con rangos de beneficio y riesgos diferentes a los de antes. La posibilidad de forrarte es nula, pero también es cierto que si las ventas no van bien, no hay un descalabro como antes podía ocurrir en una producción como la de Ultra, en el evento de electrónica, cuyos gastos se multiplican por mucho en cualquiera de los conciertos.
Gracias por no cancelar en el año más difícil de todos. Enhorabuena y sobre todo que este año sea de disfrute para todos.
Rodrigo: Exacto. Creo que hay muchas ganas de festivales este año.
El festival ha sufrido una modificación en su cartel y también en el planteamiento inicial. ¿Cómo se organiza un festival de esta índole tan deprisa?
Rodrigo: Lo cierto es que tampoco ha sido tan deprisa, en el sentido que desde el minuto uno empezamos a barajar escenarios de todo tipo. Cubrimos todas las posibilidades, también la cancelación total. Hemos trabajado de un modo flexible y una vez clarificadas todo el tema de medidas necesarias y recomendaciones sanitarias, hemos podido adaptar el escenario a las medidas concretas que se había propuesto por las autoridades andaluzas y nacionales, además de las incluidas por el propio ayuntamiento.
¿Qué supone el cambio de ubicación del exterior al interior del recinto a la hora de coordinar cada velada?
Rodrigo: Es un cambio radical en todo. Los protocolos de actuación son diferentes, los accesos y hasta la forma de la gente de comportarse dentro del festival. También los circuitos seguros de flujos de personas son diferentes, pese a que los aforos son muy inferiores pero la forma de organizar es más compleja. Nosotros hemos tenido conciertos con alta densidad de asistentes, pero son conciertos que llevamos años llevando a cabo. El reto es mayor debido a la situación actual, pese a que el número de asistentes es inferior a lo que manejamos en Marenostrum. Tengo que felicitar al equipo que trabaja para llevarlo a cabo y también al público asistente cuya actitud hasta el momento ha sido fantástica. La mayoría de gente, casi el cien por cien, están adaptados a las nuevas normas, al que es digno de elogio.
¿Qué medidas se están tomando para asegurar la seguridad y velar por la salud de los asistentes?
Rodrigo: Lo que hemos hecho ha sido ampliar las distancias entre los asistentes, sobre todo en el supuesto de veladas dedicadas a música electrónica, donde las ventas se hacen por zonas, no de forma individual. Los asistentes suelen ser grupos de amigos que vienen a un festival, como pueden ir a cenar o a tomarse una copa. Una vez dentro del recinto surge el momento crítico de tomarte una copa, es ahí donde hemos buscado un recinto más acotado, donde no tienes contacto con otros asistentes. Por ejemplo, en otro ámbito, hay zonas de pasillos para ir al baño. Todo está señalizado para no encontrarte con nadie de frente. El protocolo más complejo es el de entrada, porque se te puede formar cierta acumulación de gente, bien, aquí contamos con un pasillo de 200 metros en el que todo el mundo puede guardar la distancia social. Algo similar ocurre en el desalojo, sin duda el momento más crítico con 500 personas abandonando el recinto a la vez, el abandono se hace de forma gradual por zonas, con azafatas y personal de seguridad coordinando todo, lo que hace que no haya ningún problema.
“Marenostrum” es un festival de referencia en la zona y creo que cada vez es más un referente cultural para Fuengirola, cuenta año tras año con carteles de lujo y se desarrolla en un precioso entorno, casi único. ¿Puede asegurarnos que este año encontraremos algo similar a pesar de las modificaciones?
Rodrigo: El castillo lo hemos dejado de dulce este año. Hemos hecho un esfuerzo decorativo importante, ahora mismo es una zona verde, puesto que hay muchas plantas y hasta césped artificial. Es un entorno agradable y tranquilizador. Nos preocupaba que la gente no solo se sintiera rodeada de muros bonitos, queríamos un sitio agradable, fresco y ventilado. Transmitir una tranquilidad que se refleje en el comportamiento de los asistentes. Tenemos la suerte de contar con uno de los espacios más espectaculares de España. Nos esforzamos en reforzar su estética. No es normal estar en un castillo con un milenio de antigüedad para disfrutar de la música donde antes había batallas.
Con la reducción de los aforos, ¿por dónde pasa la viabilidad económica de un festival de estas características?
Rodrigo: En Fuengirola tenemos un compromiso con la música en vivo en todas sus variantes, como elemento cultural y turístico que atraiga a gente a nuestra ciudad a la hora de elegir sus vacaciones. También es importante continuar y dar seguridad a los trabajadores de la industria musical como promotores, técnicos de luz y sonido, azafatas, camareros y gente de seguridad, hay miles de personas cuyo sustento depende de los eventos, tenemos una responsabilidad que no queremos obviar este verano. Lo más fácil habría sido cancelar todo y te ahorras un problema realmente, tanto de organización como de preocupación. Sin embargo, creo que hay que seguir en la línea de apoyo al sector musical que por cierto ha respondido fantásticamente a esta propuesta. El caché de los artistas, el sueldo de los trabajadores y el beneficio de los promotores se ha visto reducido. Todos han entendido que había que ajustarse el cinturón en este momento. Nosotros somos un recinto, nuestra labor no es la de ser promotores. Hemos generado un recinto muy seguro para que promotores y artistas puedan ejercer su actividad con rangos de beneficio y riesgos diferentes a los de antes. La posibilidad de forrarte es nula, pero también es cierto que si las ventas no van bien, no hay un descalabro como antes podía ocurrir en una producción como la de Ultra, en el evento de electrónica, cuyos gastos se multiplican por mucho en cualquiera de los conciertos.
Gracias por no cancelar en el año más difícil de todos. Enhorabuena y sobre todo que este año sea de disfrute para todos.
Rodrigo: Exacto. Creo que hay muchas ganas de festivales este año.