Por: Javier González
Construcción, destrucción y reconstrucción para llegar a un mismo destino. Un final de trayecto que no es otro que el de canciones sinceras que funcionan independientemente del traje con que se vistan. Y ahí es donde emerge la realidad de los discos, todos compuestos por canciones pero con una sutil diferencia, la que marcan aquellos que funcionan, unos pocos, los elegidos, compuestos de grandes composiciones, y aquellos, los otros que se convierten en poco menos que ruido, nacidos para perderse entre tanta novedad y un fondo de armario cuyo final no se atisba.
Y ahí aparecen Vetusta Morla para plantearse la posibilidad de dar una segunda vida a otro álbum de éxito. Diez cortes a los que enfrentarse con nuevas reglas para llevarlas a otro universo. Una banda, sonando en directo, pistas limitadas y una búsqueda de nuevos enfoques con idénticos resultados. “MSDL-Canciones dentro de canciones” con sus capacidades intactas para emocionarnos y hacernos sentir, porque si algo nos ha enseñado la música es que si una melodía y letra llevadas a su mínima expresión son capaces de tocarte el alma, dará igual la parafernalia de la que se rodeen. Ahí radica la magia.
Hablamos con David “El Indio”, batería de la banda por espacio de veinte minutos para que nos cuente más de cerca todo lo relativo a esta fenomenal aventura.
¿Qué tal estáis llevando esta pesadilla y la nueva normalidad que se avecina?
David: Poco a poco mejor, la verdad. El momento más complicado para todo el mundo creo que fue el de justo antes de salir a la calle tras tanto tiempo metidos en casa. Ahora estamos expectantes a ver cómo van sucediendo las cosas. Sobre todo en lo que respecta al desarrollo del mundo del ocio y espectáculo. Iremos dando pasos pequeñitos y trataremos de estar con la capacidad de adaptación activa sobre lo que pueda ir sucediendo.
¿De qué manera os ha afectado el parón en vuestra andadura profesional?
David: En nuestro caso lo peor ha sido la cancelación total de toda nuestra agenda desde el estado de alarma. Justo antes de comenzar teníamos un concierto en México al que no fuimos y durante el comienzo del mismo tocábamos en el Royal Albert Hall. También teníamos la gira por España, más tarde regresábamos a México e íbamos a Colombia, pero todo quedó cancelado. También se pospuso la edición del nuevo disco, que tuvo lugar hace unas semanas. Hemos reubicado fechas de la gira, viendo cómo funciona la normativa y si todo va a ser viable. Estamos aprovechando el momento para parar, tomar perspectiva y pensar en cosas próximas, también en las propias vidas de cada uno de nosotros.
¿Cómo surgió la idea de hacer un disco dentro de otro disco “MSDL-Canciones Dentro de Canciones”?
David: Este disco es un ejercicio artístico que nosotros venimos realizando desde que existe el grupo. Consiste en que cuando no podemos tocar en sitios con toda la artillería pesada, batería y torre de amplificadores, sino que tenemos que adaptarnos a algo más sencillo como las acústicas y percusiones, no nos gustaba hacer simplemente una adaptación acústica de las canciones. Nos gustaba transformarlas y buscar fórmulas que nos llevaran a otros caminos, distintos al que nos llevaban compuestas en el formato eléctrico. Un ejemplo fue La Radio Encendida, el festival que se hace por Marzo, ahí no podíamos ir con todo y hacíamos las canciones dándolas la vuelta. Siempre decíamos “estaría guay poder grabarlas y nunca lo hacíamos”. Hace un par de años hubo un concierto especial que no iba a ser anunciado tras el de la Caja Mágica, dentro del ciclo “Veranos de La Villa”, estuvimos tocando en la Quinta de Torres Arias. Montamos un concierto especial con el repertorio revisitado e interpretado entre lo semiacústico y eléctrico. Pusimos un escenario circular, donde todos nos mirábamos y con la gente alrededor. Fue un ambiente mágico y especial. Era todo muy bonito, imagínate en pleno verano y al anochecer. A partir de aquello, le dimos una vuelta más de tuerca y lo rematamos para grabar. Queríamos hacer un disco y gira para ofrecer nuestras canciones tocadas de maneras diferentes, también las de otros discos, en eso estábamos justamente antes del parón.
¿Qué es más fácil trabajar sobre una canción de cero, o bien buscarle las vueltas?
David: El reto de agarrar las canciones y cambiarlas es muy interesante. Decir, ¿qué hacemos? Hay que guiarse por pequeños hilitos que te abren la puerta a un camino diferente al de la canción original compuesta como eléctrica, sobre todo para saber qué cosas tiene como diferenciadoras. A veces sucedía de manera más fluida, mientras que en otras era más complicado separarse del original, quizás en dichos casos el resultado no sea tan distante. En “Consejo de Sabios” volvimos al punto en que Guille la llevó al local para compartirla con todos por primera vez, guitarra y melodía nada más. A partir de ahí se hizo un trabajo de composición nuevo, volvimos al punto de inicio para poder llevarla a la versión que aparece en “Canciones dentro de Canciones”.
La mayoría de canciones se han transformado en algo orgánico, cuasi acústicas y mucho más desnudas. ¿Cuál era el criterio para dar la vuelta a las mismas? ¿Había algunas pautas preestablecidas?
David: Son más desnudas porque hay menos capas de sonidos y las que hay pertenecen a instrumentos concretos, no llevan todo el repertorio de instrumentos del disco original. Allí si había que meter muchas capas entre percusiones, teclados, sintes y lo que fueran, las tenían, todo estaba al servicio de lo que pidiera la canción. En MSDL nos olvidamos de ser seis músicos tocando juntos para que hubiera libertad, aquí teníamos un set instrumental cada uno. De hecho, el disco se grabó en Estudio 1 en Colmenar Viejo en directo. Cada día hacíamos un par de canciones y si hacía falta algún recording concreto, se metía, pero las canciones somos todos tocando a la vez. Tocar todos juntos es una limitación que hace que todo suene diferente. También jugamos con los tipos de ritmos, algo que era diferenciador. En “23 de Junio” cambiamos un compás tres por cuatro a un cuatro por cuatro. De un vals pasamos a una canción pop que te genera un rollo que no tiene que ver.
La iconografía del disco me ha llamado la atención, da la sensación de ser un centro comercial con diversas escaleras que confluyen en un punto en común.
David: No habíamos pensado en lo del centro comercial que comentas, no estaba en nuestras cabezas. Nos gustaba el hecho de jugar con los planos y espacios en la portada. Lo de las escaleras es desarrollo de Gorka Olmo que se ha encargado de todo el diseño e ilustración. Era una de jugar con los espacios que tenía que ver con el disco y con las capas. Entramos en un lenguaje abstracto que se puede interpretar como cada uno quiera.
Es curioso, pero hay canciones que son temazos en sus dos vertientes, independientemente de la envoltura. Qué grandeza la de la música.
David: Es una reflexión interesante. Cuando las canciones son buenas, están bien hechas o tienen gracia o algo que hace que gusten, algo especial, son indestructibles. Da igual el formato, sea rumba o heavy metal. Estoy muy de acuerdo con lo que dices.
Ahora surgirá una duda en vosotros y el público que acuda a veros en un futuro. ¿Con qué versión os quedareis para los directos?
David: Buena pregunta. La parte buena del ejercicio creativo es que podremos hacer lo que queramos. Si algo nos gusta de esta parte se podrá incorporar a la original. O meterlas directamente en el repertorio. Ya lo hicimos con “Punto sin Retorno” que se incluía en este formato en directo. Encaja mejor y nos entraba. Otra cosa es ver cuál gustará más o menos, si unas u otras. El juego de ver y comparar. Aunque seguro que habrá fans que se enfaden independientemente de la elección, pero para gustos hay colores.
Durante las semanas de confinamiento vio la luz “Los Abrazos Prohibidos”, donde un montón de nombres de la escena os unís en un canto a favor de los sanitarios. ¿Cómo surgió esta canción?
David: Surge de un poema colectivo que se creó a partir de una idea de Benjamín Prado y Elvira Sastre con los que Guille tiene una buena relación de amistad. El poema se llamaba “El Vals de los Salvavidas”, le propusieron colaborar y propuso ponerle música, hacerlo canción. Entre él y Benjamín lo convirtieron en versos. Posteriormente Guille compuso una canción que produjo Juanma Vetusta, llamamos a gente para que diera relevancia y amplitud a la canción, cada uno colaboró como pudo, algunos con un estudio profesional y otros con el móvil desde sus casas. La verdad es que la lista podría haber sido más larga pero no había hueco para que colaborara más gente.
Te iba a decir que si la canción era vuestra porque suena a Vetusta Morla por los cuatro costados.
David: La banda somos nosotros y la adaptación es de un poema escrito entre varios autores. Suena mucho a nosotros por el punto poético que encierra, cercano al que a veces tienen nuestras letras.
¿En qué estáis centrando estas semanas de transición hasta que haya conciertos y recuperemos cierta libertad real?
David: Estamos aprovechando para tomar perspectiva porque toda la campaña de MSDL ha sido larga e intensa. Todo este parón nos ha venido bien para tomar un poco de perspectiva y distancia del proyecto, que es lo que solemos hacer cuando terminaros la gira de un disco con idea de afrontar la nueva etapa del grupo con las pilas cargadas. Aunque realmente seguimos en activo y haciendo cosas. Seguimos expectantes para ver cómo podremos volver a las giras que es lo que está más en el aire todo.
Sé que suena a locura pero… ¿estáis trabajando en nuevas canciones?
David: Ahora mismo estamos parados, siempre tenemos proyectos y cositas, pero seguimos inmersos en la promoción del disco y expectantes ante lo que está sucediendo.
Pues entonces a disfrutar antes de que vuelva la tormenta y seguiremos atentos a las novedades de la banda.
David: Estamos tranquilos. Siempre nos ofrecen cosas y proyectos. Nunca faltan cosas que contar, ya iremos haciéndolo.