"La música no debe ser solo pataletas del corazón, también debe ser un acto de justicia"
Por: Kepa Arbizu
Poco representativo respecto a su plasmación real resulta el nombre de Javier Solo, más que nada porque este músico catalán en los quince años de carrera que ahora celebra siempre ha buscado compañía, y de la buena. Ahí quedan en su currículum diversos proyectos (Imprudentes, Malas Costumbres, La Banda del Vecino...) y discos como "Mejor solo y bien acompañado", en el que reunía a nada menos que a 43 colegas con los que interpretar sus temas.
Pero aquí estamos, no para psicoanalizar su nombre, sino para entablar una conversación con él precisamente respecto a este momento de su biografía, en el que ha decidido resumir con un disco-libro ("Cuando mi alma es un cancionero, tu cara es un poema") donde recoge una muestra de su repertorio, proveniente de sus diferentes épocas, y un completísimo e interesante libro donde desgrana y analiza dichas composiciones. Canciones, que fieles a la idiosincrasia que siempre ha manejado, reflejan la múltiple personalidad que le adorna, conjugando una lírica entre lo irónico, reflexivo y comprometida, y una manifestación musical que se nutre por igual del rock urbano, el reggae, el ska o el pop.
Tras quince años de carrera, publicas este disco-libro recopilatorio, ¿por qué has sentido que era el momento de hacerlo?
Javier Solo: Considero que quince años de lucha en la música es un buen bagaje como para compartir un
proyecto de estas características. Y aprovechando las historias que esconden mis
canciones he realizado un recorrido por todo ese tiempo, desde el primer día que me
subí a un escenario en Terrassa, mi ciudad natal, a la última canción escrita durante el
confinamiento en Lleida, que es donde vivo desde hace años.
El libro que acompaña al disco lo escribiste también en pleno confinamiento, ¿desde el principio del lanzamiento tenías claro que tenía que tener ese doble formato?
Javier Solo: Llevaba meses dándole vueltas a este formato. Un disco que recogiera temas remasterizados,
remezclados, inéditos y rarezas, tanto de mi etapa en solitario, en Imprudentes y de Javier Sólo
y Sus Malas Costumbres. Además quería poder contextualizar la canción antes de escucharla,
leyendo su historia en el libro. Finalmente, el disco-libro se convirtió en un libro-disco
porque recoge anécdotas de mis primeros pasos e historias de muchas canciones que ni
siquiera existen.
El libro es realmente muy completo e interesante, a veces parece la revelación de todos los secretos de un mago y otras el diario personal con el que acompañar y sacar más sentido a tus canciones.. No sé de qué hay más en él para ti...
Javier Solo: Me gusta ser sincero escribiendo para poder serlo también en el escenario. No soy partidario de crear un personaje, yo no actúo en una tarima, me desvisto. Lo que escribo en el libro es lo que soy.
Siempre te has distinguido por la variedad estilísitica de tu música. A la hora de elegir esta selección de temas, ¿qué criterio has
buscado?
Javier Solo: Hice una escucha de los temas de mi etapa en solitario por Terrassa y de mi etapa por
Lleida junto a Javier Sólo y Sus Malas Costumbres e Imprudentes. Y fueron las canciones que
cuentan historias que provocaron grandes cambios en mi vida y, también, las que mejor
reflejan mi evolución como letrista y como persona las que han sido elegidas.
En estos quince años has formado diferentes bandas y proyectos, ¿es consecuencia de las dificultades logísticas para mantener una banda estable o es el resultado de las necesidades específicas que te pedían en cada momento tus canciones?
Javier Solo: Pues de todo un poco. Todo se basa en prioridades, y a lo largo de estos quince años he estado con músicos que tenían varios proyectos, hijos, otros trabajos, etc. Y siempre llega un momento en el que debes decidir. Actualmente, los músicos del proyecto son La Banda del Vecino, grandes músicos y grandes personas. Hemos recorrido muchos kilómetros juntos y espero que sigamos compartiendo kilómetros, música y amistad muchos años.
Precisamente en el libro reflexionas sobre ese enfrentamiento entre ser muy permeable
a las diversas manifestaciones musicales y a la vez intentar conseguir un estilo propio e
identificativo, ¿en qué momento te sientes dentro de esa doble faceta?
Javier Solo: Es difícil dejar que fluyan todas las emociones que llevas dentro, todas esas historias
cotidianas que necesitas escribir, gestionar y compartir, y que cada una de ellas no tenga
su propio estilo. Por eso tengo canciones diferentes, aunque es cierto que me muevo por una
base rockera que, aunque quisiera, no podría desprenderme de ella. Es un acto de
supervivencia, una manera de sentir y vivir la música y la vida.
Igualmente comentas que pese a haber ciertas canciones que hoy en día no harías, o harías de otra manera, has decidido incluirlas, ¿cómo se asume esa sensación de mirar atrás y no sentirte del todo identificado con lo que se ve?
Javier Solo: Recuerdo que después de un concierto, un amigo me dijo que me había faltado, solo, darle a alguien con la guitarra en la cabeza. Con los años he cambiado mi manera de escribir y cantar, sé que debo hacerlo con el freno de mano en según qué situaciones porque se puede perder el sentido y objetivo de subirse a un escenario a compartir canciones. "Cuando mi alma es un cancionero, Tu cara es un poema" engloba muy bien mi evolución como letrista y como cantante. También mi evolución como persona porque vida y música van entrelazadas, y no se entendería la una sin la otra.
De hecho la crítica social está muy presente en tu música, pero también la preocupación por buscar la forma idónea de plantearla, ¿has notado una evolución en tu forma de afrontar esa cuestión ?
Javier Solo: Sin lugar a dudas. Antes era muy visceral cantando y las frases eran muy directas. Con el tiempo he aprendido a reivindicar lo mismo pero para todos los públicos. Es mejor porque el mensaje, que no ha cambiado, llega a más personas.
El libro empieza con la dedicatoria a los héroes y los villanos que pueblan tus
canciones, ¿ha sido una prioridad en tu forma de hacer música reflejar esas dos facetas
humanas, el yin y el yan…?
Javier Solo: Soy lo que soy gracias a mis etapas pretéritas. Con mis luces y mis sobras, porque la
historia no se puede reescribir. Somos consecuencia de todos nuestros actos. Así que el
primer héroe y villano soy yo. Evidentemente, también me he cruzado a lo largo de
estos quince años con personas de todo tipo. Y a todas, sin excepción, le debo mis
canciones, aunque no sepan ni que aparecen en ellas.
Cierras el disco con una de las primeras canciones que interpretaste en directo,
“Conflictos solidarios”, y que además lo hiciste dentro de uno de los muchos festivales
solidarios que has ido organizando, ¿quería subrayar la necesidad de crear redes solidarias más allá de las palabras?
Javier Solo: Como bien dices, empecé en esto de la música para recaudar fondos solidarios, y uno de
los proyectos más importantes en los que a día de hoy aún sigo colaborando es la
escuela de base que coordina Ferran Sans en el barrio de Sam Sam de Dakar. La música
no debe ser sólo pataletas de corazón, también debe ser un acto de justicia, que ayude a
visibilizar a personas y proyectos que requieren cooperación.
También nos encontramos con buenas dosis de tristeza, a veces camuflada entre humor,
en tus canciones, de hecho dices que es la tristeza un sentimiento que incita más a la
cuestión creativa...
Javier Solo: Sí, suelo decir que la emoción más creativa es la tristeza, y que cuando me pasa algo
bueno, lo vivo, no me siento a escribirlo. Con el tiempo he aprendido a componer por el
placer de crear, sin más. Pero es cierto, que cuanto más jodido, con perdón, estoy, más
inspirado me siento.
Tus inicios se remontan a actuaciones en directo en diferentes tipos de locales, ¿ha
cambiado mucho tras tantos años tu manera de afrontar el hecho de subirte a las tablas?
Javier Solo: No. Como te he dicho, quien se sube al escenario soy yo, no mi personaje. Por tanto, he
ido evolucionando como músico y como persona pero sigo siendo el mismo chaval que
se subía al escenario con vértigo, rabia y responsabilidad. Más viejo, claro...
Cuentas que fue escuchar a Loquillo lo que te impulsó a dedicarte a esto del rock..
¿Podrías decirnos quién, y por qué, ha sido el último músico que has descubierto y que
te ha ofrecido sensaciones parecidas?
Javier Solo: Loquillo y Trogloditas fue el primer grupo de rock que escuche y realmente, significó
un antes y un después. Pero, sin lugar a dudas, quien ha sido fuente de inspiración para
mí y lo sigue siendo es Daniel Higiénico. Todo un referente.
Tras un recopilatorio siempre se tiende a pensar que se va a iniciar una nueva etapa
creativa, ¿hay algo de eso tras este disco-libro?
Javier Solo: Algo hay pero no te lo puedo contar. Estamos trabajando en un nuevo disco con Carlos
Narea y colaboraciones internacionales que creo que será un punto de inflexión para
nosotros. Pero como te digo, esto es otra historia y de momento secreta.