Por: Skar P.D.
Hay discos canónicos desde la primera nota y desde la primera impresión (perdón por la obviedad), y esto, y no otra cosa, es el debut de The Reflectors. Todas y cada una de las reglas, todos y cada uno de los modismos, y todas y cada una de las notas y acordes, son respetuosos con los parámetros por donde se mueven las melodías y los riffs que dan sentido a eso que los mas acérrimos, los fanáticos, los que entienden la música como una prolongación del corazón, denominan la música donde viven los sueños, o sea, el power pop.
Tres cuartas partes de Reflectors provienen de Images, la banda de punk pop nodriza; y a James Carman (guitarra voz), Nick Faciane (guitarra y voz) y Ray Miranda (bajo), se les ha unido Jonny Reyes a la batería para alumbrar este nuevo proyecto y este su álbum de debut que evidentemente no va a romper esquemas ni traspasar barreras principalmente porque ni lo buscan ni lo pretenden. ¿Desde cuándo las emociones adolescentes pretenden trascender?
Pero cuando suenan los primeros acordes de "Act A Fool", cuando la melodía te atenaza y cuando repiten "He estado actuando como un tonto esta vez", eres conscientes de que los amores adolescentes son tan intensos como efímeros. "Teenage Hearts" incide y lo enfatiza: "Somos como corazones adolescentes"El fantasma de The Undertones, que revolotea a lo largo de todo el disco, se hace presente en "Atraction", en sus guitarras cortadas cargadas de feeling, o en esas progresiones de acordes mil veces repetidas pero que siempre te retrotraen a melancólicos recuerdos, incluso aún por venir.
Este "First Impression" es un manual de power pop, y "Situation Critical" lo emparenta con su vertiente más punk, esa que bebe de Buzzcocks, pero a pesar del "Alerta roja" inicial, su reivindicación no va más allá de plasmar la excitación, la situación crítica hormonal, ante la presencia de la destinataria de la canción. Y si se presenta la destinataria de la canción pues le cantan "Champagne", el adelanto del disco en forma de single, que suena a burbujas nocturnas que es lo que bebe ella cuando sale por la noche."Storm And Thunder" es lo más parecido a una balada de todo el disco, no tanto por "el tempo" del tema sino más bien por la sentida sinceridad que destila la voz de James Carman cantando, cómo no, al desamor y arrepintiéndose de los errores cometidos.
Y es que hasta los nombres de las canciones siguen la estela de las referencias más inevitables, ¿o es que una canción que se llama "Baby It`s You" deja alguna duda?
En un disco lleno de melodías reconocibles, destaca con luz propia "Break Me Down", con uno de esos estribillos reforzados por las segundas voces que te hacen sentir como el protagonista de una de esas películas de adolescentes en las que parece que la chica de tus sueños nunca te va a hacer caso pero que, no se sabe muy bien cómo, acaban en final feliz, y es que cuando entra el mágico punteo, ya al principio, y sobre todo después del "porque me destrozas" del segundo estribillo, estás seguro de que nada puede salir mal. Fantástica.
"It's Alright" te saca de la ensoñación con esos coros tan punkinianos repitiendo una y otra voz que todo está bien...que todo está bien. A estas alturas del disco la aceleración es más que evidente y los acordes de "U Should Be My Girl" podrían ser el preludio de una, más que combativa, canción de punk en el Dublín de finales de los setenta, si exceptuamos que esto es power pop luminoso de Los Angeles en el siglo XXI, y bien pensado prefiero ir a la playa de Santa Mónica. ¿Algo que objetar?
"You Caught Me Off Guard" cierra el disco, un disco que, valga el juego de palabras. no te pilla desprevenido porque simplemente no lo pretende. Se puede argumentar que en la parte lírica podrían dar más de sí, porque en lo referente al aspecto musical son irreprochables, tanto en el desarrollo de sus más que evidentes influencias, como en la actitud que desprenden. Pero en estos tiempos oscuros suenan a soplo de aire fresco y, seamos sinceros, la dualidad "me que quiere, no me quiere" con todos sus anhelos, con todas implicaciones emocionales y con todos los corazones rotos por el camino, hacen más optimista el futuro.
Música adolescente, claro que si, pero ¿sabéis qué?, los adolescentes, mientras tengamos los sueños vivos, tenemos la edad que nos da la gana, y este disco de The Reflectors ocupará un lugar preferente cuando, allá por el fin del año, haya que hacer un balance.