Tres canciones de adelanto y una llamativa portada acompañaban al anuncio de un nuevo disco de Sr. Chinarro, el tercero grabado por Antonio Luque con los componentes del granadino grupo Pájaro Jack, y el segundo en los estudios de Producciones Peligrosas en Peligros (Granada), con el técnico de sonido José Sánchez en las labores de producción.
Si bien contar con los mismos músicos, en el mismo estudio, puede dar una idea de continuidad con "Asunción" (2018) o "El Progreso" (2016), se aprecian significativas diferencias en este nuevo trabajo. Según comenta el propio Antonio Luque en un texto explicativo sobre las circunstancias de la grabación publicado en la web de la FNAC, esta vez empezó no solo a componer con la guitarra, sino a registrar un boceto de cada canción -con un bajo eléctrico que se agenció y el programa de ordenador Garage Band- en el que añadió líneas programadas de batería, sintetizadores y demás, con lo que las versiones de las canciones estaban bastante avanzadas cuando se presentó a grabar.
Al contrario que en el citado "Asunción", donde las canciones tenían un sonido más homogéneo, con gran protagonismo de las guitarras eléctricas cristalinas y un espíritu que remitía tanto a las habituales referencias en Chinarro (The Cure, The Chameleons, New Order etc.) como a la actualización de dicho sonido por bandas de este siglo, en este caso parece que cada canción, dentro de unos límites, ha sido trabajada por separado, dando la sensación de una recopilación de singles. La voz suena clara y no se esconde tras los instrumentos, pudiéndose escuchar con claridad las letras, que son como mínimo tan importantes como las melodías.
Abre la colección el segundo adelanto, "Una Famiglia Reale", con un sorprendente estilo Rolling Stones circa "Emotional Rescue". Antonio aclaraba que le llegó la idea de la versión que de su tema "El Rito" hiciera el canadiense Dan Béjar Destroyer en el EP "Five Spanish Songs" (2015). La sorpresa ha sido la repercusión que la cita a una tal princesa Leticia ha tenido en los medios mayoritarios. Aunque Luque se apresurase a aclarar que la suya se escribe con "c", puesto que en castellano suena igual que la "z", junto con la alusión a las noticias y a la propia familia real, dejan poco margen para la excusa. Quizás los que se queden con ese verso y esa rima tan directa puedan pensar en la letra como una broma sin mucho recorrido, pero como siempre en Sr. Chinarro, hay varios niveles de significado y en este caso mucho hartazgo no solo con la familia real, la prensa y la credulidad del personal, sino con el concepto de familia -relacionado con el nepotismo- en los países mediterráneos.
Un ritmo bossa-nova, para acentuar la referencia al Amazonas y a la masacre que estamos cometiendo con la naturaleza, da paso a un pop más marca de la casa, con un estribillo en el que le acompaña la voz de Jota de Los Planetas, donde Luque no da puntada sin hilo, titulando el tema "Planeta B". Un precioso riff de guitarra, y es que Jaime Beltrán está excelso en todo momento, abre un medio tiempo melódico de esos que suele bordar el grupo. "Escorpio" es un signo del zodíaco (¿el de él mismo?) y un conocido bichito de picadura venenosa. Y de aprender a no hacer daño, en una pareja, en el mundo, reflexiona precisamente Luque.
"Telaraña" es una de las más diferentes al resto, una guitarra eléctrica muy roquera acompaña a los sintetizadores, protagonistas absolutos, en ausencia de base rítmica convencional, solo lo que parece un humilde triángulo. Una pequeña sorpresa para los fans de largo recorrido es la presencia en el estribillo de Sandra Rubio, cuyos coros en contraste con la voz de Antonio sonaron a gloria en "El Por qué de mis Peinados" (1997) y en "Noséqué-nosécuántos" (1998).
El primer sencillo que conocimos este año fue "Sábanas Santas", una de esas canciones pop con mucho influjo de la rumba y que ya han aparecido antes en su carrera, con la paradoja de tener cierto éxito pese a ser un género no muy del gusto del compositor. Antonio sufridor (es del Betis), profesional y un poco cachondo lo vuelve a hacer. Algunas rimas están en ese límite que puede echar hacia atrás a alguno, pero es un juego en el que él, otras veces acusado de críptico, se mueve como pez en el agua, y si se mira el conjunto y se vuelve sobre la canción como el que va montando un puzzle, se contemplan imágenes que no se veían a primera vista.
La guitarra acústica marca el ritmo para "Depresión", algo así como su "Déjame Vivir con Alegría", un pequeño tratado de filosofía vital para la resistencia, una preciosa melodía que un riff de guitarra eléctrica muy sugerente termina de elevar a la altura de una de las mejores del álbum. En la siguiente, la última que conocimos antes del estreno del disco, la línea de bajo nos remite a Peter Hook de New Order, grupo que ya versionó en su primer LP, "Sr. Chinarro" (1994), vía "Leave me alone", antes de que muchos otros grupos por estos lares se fijaran en los de Manchester como referencia.
"Aplauso" es otro de esos juegos paradójicos, en los que cuestiona la dependencia actual de los artistas de los “me gusta” y las escuchas en streaming del público, cuando Antonio Luque, muy presente en redes sociales, recibe estos días ese mismo feedback que puede marcar el éxito o no del disco. También parece esconder una defensa de su manera de hacer las canciones, como ya hizo en su día en "Los carteles", una de esas joyitas ocultas en su discografía que no gusta mucho de revisitar. Por cierto, el “yo me quedo en este cuarto” suena muy profético en estos días de confinamiento, pero quizás es que ya vemos señales por todas partes.
Siguiendo con ese espíritu reivindicativo de su profesión, con una mirada más pesimista si cabe, "Arlequín" deja alguna perla para sus mencionados fans de siempre, “antes era un arlequín en blanco y negro y con mal sonido, ahora mi futuro es gris no importa si voy contigo”. Una guitarra que remite a los Smiths del "This night has opened my eyes" inicia "No recuerdo", que nos devuelve en parte a aquel Chinarro en blanco y negro citado y hasta esos “naranás” finales le recordarán a alguno a aquellos de "Cero en gimnasia". Quizás se convierta en una de las favoritas de los más fieles, diga lo que diga la contabilidad del streaming, distorsionado por las inclusiones en playlists y por los visitantes de singles.
En el primer párrafo citaba la sorprendente portada, la cara de Antonio Luque en el cuerpo del mítico Caballero de la mano en el pecho que pintó El Greco. En los análisis del cuadro siempre se destaca la dignidad, la clase y la rectitud que desprende el caballero retratado. Todos estos valores parecen vertidos en "La Odisea", una declaración de principios con algo en común con la que en su día hizo en "Militar; de El Mundo Según (2006). Todo con un riff y una base rítmica firmes que le dan ese aire de golpe en la mesa para cerrar otro brillante disco en el haber de Sr. Chinarro.