"La música es el corazón de un mundo sin corazón."
Por: Kepa Arbizu
Aunque suene a tópico no lo es, Javier Vargas no necesita presentación. Y no es necesaria porque su nombre figura como el de uno de los guitarristas esenciales de las últimas décadas. Con su proyecto, Vargas Blues Band, ha consolidado todo un recorrido que, partiendo del blues-rock clásico, se ha empeñado en abrir todo tipo de fronteras musicales y abarcar campos estilísticos muchas veces apartados del espíritu más purista, y puritano, del género.
"Del Sur", constituye ni más ni menos que el número 24 en sus publicaciones, lo que nos habla de su dedicación el terreno de la composición. Un título que pese a retrotraernos a uno de sus temas más carismáticos, que aquí revisita, es la introducción a un nuevo álbum de composiciones originales y en su inmensa mayoría instrumentales. Acompañado del guitarrista flamenco Juan Gómez "Chicuelo" en muchos de los momentos, dicha presencia sirve para refutar esa conciencia cosmopolita del autor que plasmará en un trabajo que oscila entre el (hard) rock incendiario y los toques latinos, pasando siempre por una producción cuidada y repleta de detalles.
No podíamos dejar la oportunidad de asomarnos brevemente a la historia de las seis cuerdas y entablar conversación con el mítico músico madrileño con motivo de su actual publicación, sobre la que departimos junto a otras reflexiones de este veterano y condecorado autor.
Tu nuevo disco lleva por nombre “Del Sur”, en referencia a uno de tus míticos temas que además aquí reinterpretas, ¿por qué decides titular un nuevo trabajo con el nombre de una composición clásica? ¿fue la idea de grabar de nuevo dicha canción el origen de este disco?
Javier Vargas: La verdad que es una canción que se presta a diferentes interpretaciones y con Juan Gómez "Chicuelo" creo que hemos llevado el tema al siguiente nivel, casi como si fuera uno nuevo. Y sí, mi idea fue partir de esta canción como hilo conductor, crear un álbum instrumental donde el sur estuviera presente y no solo con el toque flamenco, también con el Southern Rock y la música de esa zona de Latino América. Podemos decir que que en ese "sur" encontramos el corazón y en el norte la tecnología, el primero alimenta al segundo con el corazón que a éste le falta.
Estamos ante un trabajo casi íntegramente instrumental, ¿cómo llegas a la conclusión, a la hora de componer, de que una canción lleve letra o no?
Javier Vargas: Casi cualquier canción se presta para ser instrumental. Yo, en ese caso, busco una atmósfera y una melodía pero bajo estructuras inusuales. De hecho hace tiempo que huyo de las estructuras convencionales en los temas.
El disco destaca por un tono muy embriagador, no sé hasta qué punto el hecho de que sea un disco instrumental ha influido en ese resultado...
Javier Vargas: Creo que es más consecuencia de la vibración del Mediterráneo. También es que estos temas surgieron a finales del verano del 2019, en el que todavía estábamos viviendo un mundo más amable, dentro de lo que cabe. Con el confinamiento he estado componiendo melodías más oscuras y riffs más épicos...
Entiendo entonces que este tiempo confinado no has parado...
Javier Vargas: Para nada, los temas que me han salido durante el confinamiento han sido muy variados, además he tocado unas ocho horas diarias. Muchas de esas canciones verán la luz en el futuro. Lo que espero también es que esta situación no se repita y que el virus desaparezca como apareció.
El entono, el lugar donde te ubicas, por lo que dices, es esencial en la forma musical que desarrollas...
Javier Vargas: Es extraño, pero siempre lo digo, la inspiración viene del entorno en el que estoy y las circunstancias que lo rodean, y en este momento sin duda son inquietantes, pero la gente necesita esperanza, y creo que este álbum tiene una buena dosis de ella, más que nada porque yo siempre veo el lado positivo de las cosas, vivo sin miedo, con la esperanza de que la humanidad despierte y dirijan sus deseos hacia un cambio positivo para todos, y en todo esto la música jugará un papel muy importante, ya que la música es el corazón de un mundo sin corazón.
Un disco que se podría decir entonces que es "hijo" de Ibiza, que es donde lo has compuesto...
Javier Vargas: Absolutamente. Ibiza me ha inspirado mucho en este álbum. Se trata de una fusión entre mi background musical, el que llevo dentro, y la paz y la magia que tiene esta isla, que además es muy generosa con todos nosotros.
Hablabas antes de la presencia de Juan Gómez “Chicuelo”, ¿cuándo decides que tome parte en el álbum?
Javier Vargas: Cuando empezaron a surgir los temas, en el primero en que pensé para que colaborara en este álbum fue en él. Además es la cuarta vez que lo hace con la Vargas blues Band, incluso estuvo presente en el "Madrid Chicago Live".
Este disco, “Del sur”, destaca por una producción muy cuidada, que le aporta una personalidad muy variada, cosmopolita y contemporánea, ¿era algo que has buscado deliberadamente?
Javier Vargas: Es verdad que soy perfeccionista en esa faceta, pero encuentro esa perfección en la naturalidad y en la espontaneidad que ofrecen las primeras tomas de guitarra, y eso es algo que se agradece a la hora de embellecer la producción. No me gusta recargar mucho los temas, me gusta que respiren, que los sonidos fluyan limpios, y más sobre todo en un álbum instrumental como es éste.
Una de las características de tu música, y de este disco, es la inexistencia de complejos a la hora de añadir matices y ritmos a esa base de blues- rock, supongo que para ti el término “purismo” no trae nada bueno a la música...
Javier Vargas: Bueno... depende... Es que eso tiene que surgir según el tipo de grabación y producción. No tengo nada en contra del purismo, a mí me gusta también, pero la música que hago me sala natural, incluso antes de que el proceso creativo vaya a empezar, no sé en qué dirección me va a llevar. Es todo visceral y espontáneo. Seguramente ese purismo responda a un momento en el que se venía de otra evolución en los sonidos y otra forma de tocarlos y grabarlos.
Incluso una canción como “Satisfacción Guarantee” tiene un tono funky ochentero, no pareces pertenecer a esa “vieja escuela” que rechaza totalmente los sonidos de cierta raíz electrónica o bailable..
Javier Vargas: No rechazo nada. A la hora de crear todas las herramientas son adecuadas, y más en estos tiempos que vivimos, sumergidos en la era digital, aunque yo siga sin renunciar a lo analógico.
“Open heart” me suena casi como la banda sonora para una película de intriga y misterio, ¿al tratarse de un disco instrumental has pensado algunas canciones como la recreación de ciertas imágenes o ambientes?
Javier Vargas: A mí me gusta también el cine, y los cómics, por lo que quiere decir que hay mucho de todo esto en mi música. Tanto es así que no es la primera vez que me lo dicen, y eso me ha llevado a participar en alguna banda sonora de películas en las que me han pedido algunos temas.
“Southern Days” contiene los arrebatos más rockeros del disco, ¿era una manera de no dejar de lado esa raíz más cruda y sureña en un disco tan variado?
Javier Vargas: Correcto. Se trata de un Southern Rock en toda la regla, influencia directa de los Allman Brothers, de hecho a Devon le gustó mucho.
Una de las canciones más bonitas y sentidas del disco es “Blues for Jaky”, que creo esconde una dedicatoria especial para alguien que ya no está..
Javier Vargas: Efectivamente, está dedicada a mi amigo y hermano Jacky Patruno, con el que empecé en esto de la música hace muchas décadas. Los dos compartíamos el mismo sueño, teníamos 14 años y ensayábamos a diario y nos imaginábamos con una banda de gira por todo el mundo. Desgraciadamente él no pudo cumplir su parte de este sueño ya que falleció, pero yo lo estoy haciendo por él. Además, a través de este tema vivirá su espíritu eternamente con ese aroma de principios de los setenta.
Con el actual llevas 24 discos publicados a lo largo de tu carrera, ¿cómo consigues gestionar giras, compromisos, colaboraciones con el el hecho de componer a tan buen ritmo?
Javier Vargas: Realmente la única fórmula que conozco es trabajar duro y no perder la ilusión. Ese es el motor, y por supuesto pasártelo bien haciéndolo, claro.
No cabe duda de que ya eres uno de los guitarristas referentes en la actualidad, ¿pero cómo se llega a eso en un mundo, también el de la música, tan lleno de egos y celos?
Javier Vargas: Creo que en los inicios, un guitarrista en un mundo donde existen tantos guitarristas, está expuesto a la diana de las críticas. La verdad es que yo respeto el trabajo de todos, pero es normal que eso ocurra, aunque yo no hago música para los músicos, la hago para la gente.