Por: Javier González
Nuestro rock de aromas clásicos tiene un referente claro desde hace décadas dentro de la escena en el nombre de Mario Cobo. Rocker de aspecto y vocación se ha embarcado en mil y una aventuras con distintos ropajes en la defensa de un ideal convertido en forma de vida. A ver quién no conoce a Nu Niles, su banda madre. Que levante la mano aquel que no le recuerde de secundario de lujo acompañando a Loquillo y más recientemente a Mike Sanchez, hasta desembocar en proyectos corales de indiscutible categoría como Los Mambo Jambo y Los Locos del Oeste, capaces de retrotraernos a lo mejor de los años cincuenta.
Ese inigualable palmarés es el que defiende Mario Cobo como músico, al que deberíamos unirle un sinfín de acertadas producciones, sin embargo han tenido que pasar muchos años y una más que interesante conversación telefónica para que un servidor se haya parado a pensar que tras todo ese marasmo se esconde una personalidad reflexiva, abierta y meticulosa, además de cercana y que rebosa empatía con la que es todo un gusto hablar porque supura verdad y rock and roll a cada retazo.
Se trata de todo un honor y privilegio firmar esta más que interesante entrevista con el gran Mario Cobo, pura alma rocker de pedigree barcelonés, tal y como mandan los cánones en nuestro país.
Han sido semanas y meses difíciles para todos. ¿Cómo has vivido toda esta situación?
Mario: Todo lo mal que se tiene que llevar por la cantidad de gente que ha muerto y todos los problemas de salud que ha acarreado. Por otra parte, creo que la fui asumiendo un poco antes de que se crease el estado de alarma, como mucha gente que vio claro lo que iba a pasar. Intenté aislarme del tema a nivel personal y familiar porque vi que no podíamos hacer nada más que estar confinados y tranquilos. A nivel mental he estado bastante tranquilo, intentando practicar con la guitarra y pasando mucho con la familia. Quería que pasara el tiempo en “standby”, no me apetecía volverme loco y hacer mil cosas. Me ha pasado una cosa curiosa que he comentado con amigos músicos y es que me ha costado escuchar discos enteros. Me ponía podcast y programas de música, con gente hablando y presentando canciones, pero ponerme discos del tirón me ha costado muchísimo. Vamos que no lo he hecho.
En el apartado profesional. ¿En qué punto te ha pillado toda esta historia?
Mario: Estaba esperando la temporada de primavera y verano que suele animarse bastante. Por suerte entré a grabar mi próximo Lp en Febrero, unas semanas antes de todo esto. Quedaban cosas por rematar que me llevé a casa, donde tengo otro estudio, así que tenía muchos deberes. Me llevé guitarras que retocar y letras que trabajar. He seguido grabando cosas. Además, estoy con dos producciones que tenía que revisar, he tenido suerte de hacer música para un par de anuncios y también estoy realizando un documental. En el aspecto profesional lo único que he echado de menos ha sido el hecho de poder tocar con más gente. Hemos tenido que cancelar los conciertos de la gira de Mike Sanchez, donde íbamos a seguir presentando el último disco que sacó, y alguno mío donde quería girar con la banda temas nuevos, pero bueno me he hecho tanto a la idea que he intentado no pensar demasiado en las cancelaciones. Lo que no podía era estar pensando en casa en conciertos con todos los problemas que ha sufrido la gente. Estaba más preocupado por mis hermanas y mi madre, que viven en Barcelona que por mí que resido en Almería, que por perder un bolo que sé que es algo que no puedo cambiar. Si te preocupas mucho, la cosa no va a mejorar y vas a estar peor mentalmente.
Vamos que un tipo inquieto como tú no ha estado de brazos cruzados.
Mario: También le he dado muchas vueltas a proyectos propios que quería hacer y que tenía en mente. Suelo guardarme las ideas que tengo, esta ha sido una buena excusa para escucharlas. Se me ha acumulado más faena de la que esperara. El hecho de no salir a tocar ha me ha generado ganas de sacar más canciones y trabajar con más gente, pero tampoco he intentado ir más allá, aunque no pares de darle vueltas a la cabeza, no se daban las circunstancias para meterte en veinte mil proyectos. No se podía quedar con gente. A mí me aburre la comunicación por whatsapp, reconozco que es útil pero me aburre. Además, con un niño de cuatro años en casa y mi mujer embarazada no tengo todo el tiempo del mundo para dedicarle a la música y a la guitarra.
Durante estas semanas de encierro ha aparecido en plataformas de streaming “Dulce Espera”, una canción que habla del nacimiento de tu hijo, donde colabora contigo nuestro amigo Raúl Bernal. ¿Es el primer regalo que le dedicas?
Mario: La historia es que esa canción la hice para el nacimiento del niño que ahora tiene cuatro años (Risas). Me ha servido para redimir el fallo porque en aquel momento no tenía tiempo para casi nada. Ahora, cuando recibimos la noticia y debido a los meses de espera, me propuse retomarla. Coincidió con esas fechas porque no me faltaba nada para terminarla, tenía todo grabarlo solo faltaba mezclarlo. Así que dije lo saco. En mi cabeza no está competir con nadie por las ventas de discos, me da igual, hay muchas discográficas que han parado las ventas y ediciones de discos. Yo quería sacar la canción y aproveché. Estoy contento de haber tenido ese momento. El proceso entre componer y grabar ha durado entre tres y cuatro años. Lo grabé para la sesión del Ep, “Reggae Quirazco Dancehall Rockers Vol. 1”. En esa sesión grabé dos temas y los dos del Ep, lo que pasa es que se quedó colgado. No tenía temas para un disco largo, solamente dos canciones colgadas que se quedaron ahí. Siempre es buen momento para aprovechar y sacar canciones, al fin y al cabo es nuestro trabajo.
Personalmente, debo reconocerte que me animaste algunas de las peores semanas del confinamiento porque era un tema muy luminoso.
Mario: Pensé que tenía que sacar la canción porque era alegre y esperanzadora. Esperar el nacimiento de tu próximo hijo con el percal de las noticias a diario, te puede chafar tocar la guitarra a diario así que fue una gran excusa. Es cierto que era un momento muy duro con la gente pasándolo mal, encerrados en casa, pero también creía que no podía olvidarte de las cosas buenas. La crisis pasará y quizás te arrepentirás de estar metido solo en lo malo, porque a veces nos fijamos solo eso. Es una canción de buenas vibraciones y esperanzas, suena un poco hippie, imagino que es cosa de la edad (Risas).
¿Debemos entenderlo como primer adelanto de un próximo LP?
Mario: El largo está en proceso, lo que pasa es que durante estos años estoy teniendo mis dudas. He mezclado casi de manera indistinta canciones en castellano e inglés, además de instrumentales. Siempre vivo en una especia de tira y afloja con estas cosas. El disco está prácticamente acabado desde Febrero integro en inglés, cuando unas semanas antes era todo en castellano. Tenía cuarenta posibles canciones, finalmente seleccioné las cantadas en inglés. No sé si será un adelanto, porque para mí no cambia tanto el estilo de las canciones, pero el idioma sí que creo que es un factor importante a la hora de definir un disco. No prometo que todo sea en castellano ni todo en inglés. Pero sí, se puede entender como un adelanto.
Mario: Ahora que tengo un estudio montado, desarrollo los discos con mucho tiempo. Paso por muchos momentos con una canción, ya no te digo a la hora de elaborar un disco entero.
¿De qué manera decides qué canción va para según qué proyecto?
Mario: Suele ser de forma natural, pero a veces cuando no lo ves claro acabas dejándolas a un lado. No siempre son las peores las que se quedan fuera. En ocasiones se trata de una canción que te gusta, pero no encaja con los otros temas compuesto. Le doy muchas vueltas desde el punto de vista de la producción. Tenía ganas de sacar tres discos, mezclando canciones, Eps y singles, pero tiene que fluir y tener sentido, no vamos a sacar discos a lo loco. Es complejo. Ahora lo que tengo es otro single, un Ep instrumental preparado y estoy acabando el disco largo. Luego veré si lo llamo todo Mario Cobo o no.
Mario Cobo, Los Mambo Jambo, Los Locos del Oeste, Nu Niles y eres guitarrista en directo de Mike Sanchez, además de uno de los lugartenientes de Loquillo. ¿En qué faceta te encuentras más cómodo? ¿Qué diferencias hay entre unos y otros?
Mario: La diferencia son las características de cada proyecto. El tema es que me meto a cien con todos, por eso hay proyectos que implican dejar todo lo demás, con objeto de cumplir con todo lo que te pide; o bien dejas el proyecto para poder abarcar más cosas. Hay proyectos que te exigen más tiempo e implicación si quieres hacerlo bien. Soy bastante intenso con mi forma de trabajar, por eso mi primer disco empecé a sacarlo en Ep, lo veía más abarcable. Me parecía razonable ir sacando canciones, me parecía más manejable, así podía tocar a la vez con Los Locos del Oeste y Mambo Jambo. Estar en tantos sitios es bueno, pero te juega malas pasadas a la vez.
Trabajar así. ¿Te da la oportunidad de dar salida a todas tus inquietudes musicales? ¿O todavía hay alguna que se quede en el tintero?
Mario: Estoy preparando una producción con unos chicos de Barcelona que no se lo va a esperar nadie. No te diré ni qué es, con suerte saldrá en Septiembre y podrás escucharla. Es una cosa que nunca he hecho. Va a ser la repanocha. Hay muchas cosas que me interesan, pero cuando haces tu carrera tienes que mantener un equilibrio. Si tienes un grupo de rockabilly como Nu Niles, tienes que saber lo que haces para centrarte. Me pasé muchos años más en el mundo del rockabilly que me apasiona, luego pasé al surf… De hecho, Nu Niles musicalmente va evolucionando hacia el punk y el pop en función de lo que me interesa en cada momento. A mí me gustaban los artistas de los años cincuenta que evolucionaban con su época, pasando del rockabilly al rock, luego muchos quisieron ser más Beatles. Más tarde volvían al revival o investigaban con la psicodelia. Me gusta la idea de moverte con la música, no estar estático en un rincón.
Mario, pese a ser tan prolífico, reconocible y tan buen músico, a nosotros que somos seguidores, nos cuesta encontrar todo lo que haces si no investigamos y te buscamos.
Mario: Vale. Me lo apunto porque suele ser culpa mía. Toda la energía que pongo componiendo, tocando y grabando se deja de lado en las labores de promoción. Me lo apunto porque es algo importante. Quizás siempre he confiado mucho en que el sello o la agencia de management se van a encargar de ello.
Aquí hay que romper una lanza en alguien relativamente cercano a ti como Dani Nel-lo, cualquier cosa que hace es anunciada con mucho tino a través de su agencia The Pool G-News, probablemente la mejor del país comandada por Gloria y Pilar González.
Mario: Es verdad. Quizás lo que me pasa tenga que ver con el recuerdo de cuando montamos Nu Niles, ahí hacía de todo. Mánager, compositor, me encargué de comprar la furgoneta. Recuerdo que montábamos giras por Europa y EEUU, hacía las promos... Acabé sobrepasado. A partir de ahí, cuando empecé a tener sello y management, no es que me haya relajado pero sí que he tenido la idea de que alguien lo iba a hacer.
“Nosotros mantenemos la idea transgresora del rock, pero para un crio no lo es”
¿Crees que en algún momento el rock and roll volverá a emerger de las catacumbas?
Mario: Me encantaría que la realidad fuese que las músicas de las que hablamos, las que gustan estuvieran arriba. Creo que para sobrevivir van a tener que mutar. Una vez le dije a un compañero de profesión tuya que es imposible que un chaval se aficione al rock and roll, si solo hay grupos de tíos con cuarenta o cincuenta años. Ya no están vivos ni Elvis ni Little Richard, ni son los años setenta. Estamos hablando que un chaval solo verá en un concierto a gente de la edad de su padre en el mejor de los casos. Nosotros mantenemos la idea transgresora del rock, pero para un crio no lo es. Si emergiesen bandas jóvenes y dieran a entender que el rock es una vía de escape, entendería que ocurriera. Ojalá. Veo el rock and roll lejano a la forma de comunicar de los jóvenes, a cómo se mueven. Para que las músicas sobrevivan se tienen que reinventar. Pienso en ello recurrentemente, me importa, es mi música, pero no sé cómo hacerlo. Al ir a un concierto conoces de vista al noventa por cien de las personas en la sala. Vas de gira y conoces a la gente. Después de tantos años en contadas ocasiones ves a gente nueva. No he perdido las esperanzas porque creo que hay que ubicar el rock en otros sitios. Deben ser estilos que dejen de competir con el trap, estos géneros urbanos no tienen nada que ver con el rock, tienen más que ver con las formas de comunicarse de la gente joven.
Durante el confinamiento me gusto ver a Adri, vocalista y guitarra de Desvariados, interpretando una versión de Antonio Vega, pero con su camiseta de Stray Cats y su tupé. Claro ejemplo de jóvenes que aman el rock and roll.
Mario: No todo está perdido, de hecho nada está perdido. No van a dejar de ser géneros musicales que tienen su propio peso. Nadie va a decir que el rock es una mierda. Lleva décadas vivo, con mucha historia y un peso innegable. A lo que me refiero es que son los jóvenes quienes tienen que sacar esto adelante. Se me hace cuesta arriba pensar cómo podría reinventarlo y cómo puedo llegar a chavales que por edad podrían ser mis hijos.
La última vez que hablé con Carlos Segarra, le hablaba de las muertes de Tony Luz y Sleepy Labeef. Ahora hablo contigo con la muerte de Little Richard reciente. ¿No te da la sensación de que estamos más cerca de la generación mítica que va falleciendo que de los chavales a los que queremos ganar para la causa?
Mario: Sí, pero también estamos cerca por un revival. No recuerdo el año tal vez fuera 1989, tendría trece o catorce años cuando dije que iba a ser rocker. Había habido ya al menos dos revivals desde el año 1956. Mi generación consideraba que Little Richard era un viejo. Nosotros no teníamos la sobreinformación que existe ahora, teníamos fotos suyas de joven, poco más. Te enamorabas de una película. Me encantaban Stray Cats y The Clash, pero sus fotos, las que yo tenía, eran las que se hicieron con veintipocos años. No hemos vivido el fenómeno de tener la cuenta de Instagram, por decir algo, de Jerry Lee Lewis, donde perfectamente podrías ver la foto de un señor mayor fumando en pipa sentado en su sillón. No son directores de cine ni escritores que busquen transmitir profundidad, con todo el respeto que les tengo, sino rockeros. Imagina cómo les verá un chaval joven que tiene acceso a todo con un click. En los últimos años he conocido gente joven que se interesaba por el rock and roll, iban a conciertos, y se desencantaban de ver señores mayores. Es difícil conquistar a los chavales de veinte años hoy en día, tienen demasiada información. Cómo vas a atraer un grupo de chicas si ven que estás paseando al niño en la playa con su carrito, eres un señor (Risas). Faltan referentes generacionales que representen esos estilos musicales. No sé qué ha pasado en el mundo del rock, pero tengo la impresión que se ha estandarizado lo que es el rock para la gente joven. Ojalá diga esto, me lluevan hostias y la gente diga que no es verdad lo que voy a afirmar. Me encuentro gente que dice: “Soy joven. Me encanta Tom Petty, Bob Dylan y Bruce Springsteen”. Son los cuarenta principales del rock histórico. Tengo la impresión que la gente joven que sale del rock es súper standard. Te encuentras a otro que te dice: “Me encanta el rock, soy fan de David Bowie”. Otro más. Sí, de acuerdo, son geniales, son estrellas, pero todo es muy estándar.
Entiendo lo que quieres decir, estoy deseando encontrarme un chico joven que me diga que le gustan los primeros discos de Mink Deville.
Mario: Hay un rock de HYM. Como me gusta el rock, voy a un sitio concreto. La gente se queda en lo superficial. Personalmente con catorce años Elvis ni siquiera me interesaba mucho, aunque parezca un sacrilegio. Sí, me gustaban los temas de Sun Records, pero me atraía más Johnny Kidd and the Pirates, The Meteors o Dion. Me atraían por otras cosas, quizás porque no era lo evidente.
Por cierto, ¿Nu Niles siguen en el dique seco, verdad?
Marío: Sí (Risas). El otro día me canté unas pocas en una cosa para streaming, pero sí, sigue en el cajón. Se tendrían que dar las circunstancias que me apeteciera mucho rescatarles, pero lucho contra la nostalgia. Aunque sea parte de mi historia, legado y pasado, me resulta más fácil elegir tres temas y tocarlos, por el simple hecho de que me apetezca tocarlos. Una reunión del grupo sería más complicada, al fin y al cabo durante épocas largas Nu Niles tuvieron formaciones fijas, a pesar de que por la banda ha pasado mucha gente.
¿Seguirás tocando con el Loco en directo?
Marío: Ya no estoy con el Loco.
¿Con que proyectos sigues en activo?
Mario: En Mambo Jambo colaboré hace poco, pero ya no sigo. Ahora mismo estoy con Mike Sanchez y con Mario Cobo. Ahora son mis proyectos porque como voy a ser papá, quiero centrarme más en el mundo producción, para no estar en la carretera constantemente.
¿Qué planes de futuro manejas a corto y medio plazo?
Mario: Intentaré disfrutar al máximo posible de todo. Seguiré componiendo, por supuesto, además me encanta tocar, pero con la situación que tenemos ahora veremos qué se puede hacer. No quiero comerme mucho la cabeza con el futuro en este momento, por mucho que me digan que en Septiembre estará arreglado. Me he pasado media vida comiéndome la cabeza pensando en los proyectos de futuro. El momento que vivimos me ha demostrado que hay que vivir más al día y no pensar tanto. Mis planes son disfrutar del momento sea el que sea y ya está, sea el que sea.
Mil gracias por esta entrevista tan productiva, Mario. Seguimos en contacto y te deseamos que la niña venga pronto y bien, además de con muchas composiciones bajo el brazo. Un abrazo y salud.
Mario: Muchas gracias y sí, seguimos en contacto. Un abrazo.