Por: Javier González
Tras el nombre de Belako se encuentran cuatro personalidades cuanto menos ingeniosas. Con “Plastic Drama” terminado y a punto de ver la luz, la crisis del Covid-19 hizo temblar los cimientos del mundo, paralizando su loca actividad a nivel global, sumiéndolo en una incertidumbre de la que todavía no hemos podido salir.
Ante el bofetón y la sorpresa inicial, las/los componentes de la banda decidieron asumir lo ocurrido, paralizando el lanzamiento del disco hasta nueva fecha, pero soltando hasta cinco maravillosos singles como anticipo a un trabajo valiente en el que redondean el siempre experimental paradigma de sonido de la banda.
A ello sumaron una gira de tres conciertos en autocines, que por cierto tendrá lugar a lo largo de la semana en que esta entrevista verá la luz, con los que mitigar la espera hasta que las salas vuelvan a recibir público, dejando como legado la grabación de un documental sobre dicho periplo que recogerá las vivencias de Belako durante esas jornadas.
Con tanto que contar, no nos quedó más remedio que realizar una llamada telefónica a la banda, personificada en su batería, Lander Zalakain, para que nos contara todo lo relativo a un verano de lo más extraño en el que Belako no perderá el tiempo.
Toca empezar por la parte fea. ¿Qué tal estáis llevando el confinamiento en Belako?
Lander: La verdad que bastante bien y mejor esta semana que hemos conseguido poder ensayar un par de días a la semana, ya que tenemos los permisos pertinentes para autónomos. Nos está dando un poquito de alegría poder tocar los temas, quitarnos las telarañas y desoxidarnos. Han sido dos meses duros como para todo el mundo, pero es lo que hemos tenido que hacer. Ha tocado estar en casa y sigue tocando ser responsables, no queda otra y creo que todos lo tenemos asumido.
¿En qué modo ha afectado a la banda todo el parón que ha supuesto la crisis del coronavirus?
Lander: Nos pilló en Nueva York donde estábamos desde el 10 de Marzo cuando el estado de alarma empezó el 14. Justo al llegar Trump canceló los vuelos entrantes, así que tocó buscar una forma a toda velocidad para volver aquí. Fuimos para ir y venir. Dimos un concierto de diez que teníamos programados. La gira por Estados Unidos se cayó totalmente, el disco que sacábamos en Mayo se ha aplazado y todos los conciertos que teníamos en verano se han caído. Es lo que hay, nos tendremos que adaptar porque no queda otra.
Desde fuera da la sensación de que la espera no habrá hecho más que aumentar las ganas de rodar “Plastic Drama”. ¿Tenéis esa misma sensación en el seno de la banda?
Lander: Totalmente. Estamos bien que es lo principal, no nos falta de nada y estamos sanas. Hay gente pasándolo peor. Pero sí que es cierto que las primeras semanas al ver que la gira se venía abajo, el retraso en la edición del disco y la cancelación de festivales, nos entró un poquito de bajón. Rápidamente nos pusimos a trabajar en adaptarnos a la situación, planteamos una forma de adaptar la salida del disco diferente, también como casi todos los artistas compartir una serie de conciertos y canciones vía streaming y demás contenidos en redes, lo que pasa es que son acciones que no dan de comer. Al final vamos a plantear una gira peculiar, pero veremos a a ver qué pasa.
Personalmente, no tenía muy claro por dónde comenzar a preguntarte, si por el disco, la gira o el documental…
Lander: La gira y el documental irán de la mano. Ahora todos sabemos que los conciertos no son posibles. Hemos planteado una fórmula para que sean viables, obviamente tenemos que adaptarlos a los espacios de los autocines. Son lugares a los que la gente va a ver cine. Vamos a llevar a cabo una “cinematización” del concierto, no sé si la palabra existe pero la suelto por si acaso (Risas). Vamos a hacer algo diferente porque si llevamos a cabo un concierto normal en un espacio tan concreto, creemos que será raro. Va a ser algo curioso y vamos a intentar defenderlo, planteando mezclar música y cine. El documental es para contar la situación que estamos viviendo no solo Belako, sino todo el mundo de la cultura en general y todos los sectores que se están adaptando a la situación.
Hablemos del disco si te parece. En el apartado de letras hacéis referencia de una forma combativa a cómo el ser humano está destrozando a la naturaleza, algo que se ha mitigado mucho con esta crisis. ¿Os preocupa la idea de que no haya un planeta b?
Lander: Lo que planteamos es hablar de un abuso durante toda la historia de la humanidad del trato al planeta, algo que ha ido cada vez a peor. No creo que la humanidad o el mundo se merezca este virus, pero es un aviso para ponernos en alerta. A mí me da que cuando vuelva la normalidad, lo hará en todo lo que conlleva. Volveremos a ver los cielos encapotados de polución, vete a saber si después de toda esta experiencia aprenderemos algo.
Estoy de acuerdo, me temo que después de la crisis, volverá la condición humana en toda su perversa extensión.
Lander: Se está viendo un poco más de solidaridad en la sociedad, pero los grandes problemas del mundo siguen y lo hacen muy fuertes. Hablo de cosas como pueda ser la homofobia, el machismo y el racismo que por desgracia me temo no van a desaparecer.
Por otro lado parece que atacáis mucho la figura del crítico de salón frente a una toma de partido real, algo que en cierta medida casa con el discurso del último trabajo de Biznaga.
Lander: Muy buenos Biznaga, no he tenido la suerte de escuchar ese último disco todavía. Belako decimos todas estas cosas con la tesitura bien clara de la posición en que estamos. Nos consideramos privilegiados como personas blancas y occidentales, elementos que nos dan un prisma de las cosas que es el que tenemos. En ese sentido hablamos en las canciones sin perder de vista lo que te decía antes que asumimos nuestra condición. Va en cierta manera unido al significado del título del disco, “Plastic Drama”, quiere reflejar los pequeños dramas del día a día que transformamos y vemos como montañas. Nos los tomamos como si fueran una película dramática cuando en realidad son tonterías. Proponemos relativizarlos porque lo que para nosotros es un problema para otras personas del mundo sería una bendición. Es una forma de hacer autocrítica como parte de la sociedad occidental y blanca.
“El sonido de Belako nace del inconformismo, del ir más allá”
En cuanto a sonido, creo que “Plastic Drama” representa el paradigma del sonido Belako, representa todo lo que sois. ¿Lo sentís de la misma forma?
Lander: Puede ser. Realmente es el cuarto disco, siempre que hemos hablado de nuestra música hemos hablado de no etiquetarla porque bebemos de muchas fuentes. Nos define bien la palabra eclecticismo. E incluso hemos hablado de “soul” para referirnos a lo que hacemos porque sale del alma, sin ser música que se ajuste a los cánones del “soul”. En este trabajo hemos encontrado un sonido que nos gusta bastante, quizás comparable al anterior porque ambos están grabados en cintas, aunque es cierto que “Render Me…” tenía detallitos en digital como una canción grabada con el móvil y alguna que otra “pajarrada” más. “Plastic Drama” está grabado al 99% en cinta y hemos encontrado un sonido que nos gusta. La diferencia puede ser que no es un álbum tan conceptual, este es más directo, ya que los temas funcionan más individualmente porque con el anterior planteábamos un viaje. Siempre decimos que este disco tiene toques del “Render Me Numb, Trivial Violence”, mezclados con “Hamen”. Tiene un sonido orgánico y más dinámica de temas cercanos al concepto “hit”, hablo de que se defienden solas, por libre, sin necesidad de emparentar el conjunto.
De momento la gente ha podido conocer cinco canciones del disco, vayamos a ellas. “All Nerve” tiene un sonido que es un cuchillo.
Lander: La verdad es que hemos conseguido que sea muy directa. Tiene pocos instrumentos y pistas, pero cada uno tiene muy claro lo que hace. Va a cuchillo, llevas razón.
“The Craft” es por momentos una canción con una estructura más pop, que recuerda en ramalazos a bandas como Muse.
Lander: Queríamos darle un toque pop al empezar, pero luego hay un cambio en medio que te trastoca. Nos gustaba jugar con el estribillo, un puente y la locura de en medio. Puede tener algo de Muse por la estructura, no la habíamos visto así pero puede ser.
“Tie Me Up”, tiene un tono mucho más épico, además haces un arreglo de batería muy chulo al principio. Me ha llamado bastante la atención, sinceramente.
Lander: Hago un juego con los timbales al final de cada estrofa. Es como in recurso de pasar de compas a compa, también lo hago al llegar al estribillo y la estrofa. Es un recurso muy común en el postpunk que usan mucho bandas como Joy Division y The Cure. Son breaks, partes que separan. Con el ritmo de cadena que tiene la batería nos pegaba muy bien, la verdad. Tiene una suciedad en la guitarra y en la batería que la hacen chula. Nos gusta experimentar con ese tipo de cosas.
“Truce” es un tema de rock con hechuras clásicas pero modernizado, rollo años cincuenta y con la estética de los bailes como el de “Regreso al Futuro”. Aunque son estructuras que se ven en discos como “Pshcocandy” de The Jesus and Mary Chain e inclusive en The Raveonnetes.
Lander: Tal cual. Me encanta que me estés hablando de semejantes bandazas y referencias. No deja de ser un técnicamente un vals, en tres por cuatro. Pero está hecho con sonidos que no se acostumbran a introducir en un vals, mantiene la estructura del mismo, pero rockerizado. El sonido de Belako nace del inconformismo, del ir más allá. Nos gusta dar vueltas a las cosas. No nos vemos haciendo un vals, rock o pop porque sí. En ese sentido no nos consideramos inventores de nada, pero sí que apostamos por tener matices que a nosotros nos llenan muchísimo.
¿Pensáis que espacios como los autocines pueden ser una solución ante la incertidumbre que vive el sector?
Lander: Creo que definitivamente sí. Al principio cuando estallo el asunto, nadie éramos conscientes de lo que podía suponer para muchos sectores esta crisis. Voy a hablar de la música que es en el que trabajo. Al no darnos cuenta de qué podía pasar, había incógnitas porque el virus nos ha ido enseñando cosas nuevas cada día y semana. Llegó un momento en que vimos que los festivales no se iban a realizar hasta 2021, hubo una reacción general de compartir contenidos en redes sociales y plataformas, pero eso no da de comer al sector. Hay que hacer una adaptación de espacios diferentes y por qué no hacerlo así, habrá que ser muy responsables con todos los requisitos de seguridad y distancia para frenar el virus cuanto antes, pero también hay que intentar que podamos desempeñar una labor y sacar a su gente de las casas para ver un concierto. Creo que cada semana o mes, el escenario va ir cambiando, pero la industria de la música debe reaccionar para salvarse. Sé que lo de este tipo de conciertos ha sonado como un bombazo, pero creo que acabaremos viéndolo como algo normal. Y cuidado realmente Belako no queremos que sea así para siempre. No queremos una realidad distinta y que los conciertos tengan que ser así pero ahora tocará hacerlos de esta manera. Habrá que ver qué situación hay y ojalá vuelvan los conciertos de toda la vida.
Fíjate, personalmente he pensado en la ciudad del rock de Madrid, en Arganda del Rey, antigua sede de “Rock in Río” como sitio a tener en cuenta.
Lander: Esto pasa por hacer cosas en espacios de esa índole. Nosotros hemos planteado una gira de tres conciertos en autocines, pero esto no se acaba ahí. Creo que como dices hay espacios amplísimos que se pueden amoldar a esta situación siendo responsables, pero volviendo a retomar la actividad cultura. Nosotras tenemos la esperanza que sea una alternativa normalizada y más grupos se sumen a ella. Sabemos que va a pasar. No podemos estar hasta 20121 sin hacer cosas, ni los seguidores pueden estar sin disfrutar, teniendo solo los streamings, que están muy bien, pero creo que la gente pide más. Creo que es algo que se puede hacer.
Quiero pensar que en esta pandemia el rock actuará como tabla de salvación de un mundo en llamas y que se desmorona.
Lander: Qué bonito. Puede ser, quién sabe. Yo lo ampliaría no solo al rock, sino a toda la música. A ti te he calado, igual que a nosotras te gusta el rock por lo que en el fondo nos gustaría que fuera un género que pudiera ayudar a la gente. Al final la gente se agarra a la música que les guste y los artistas que les lleguen, pero viendo a la cultura en su conjunto como salvación. A mí juicio en estos dos meses de cuarentena ha tenido un papel muy importante. Hablo de la música en general, pero también el cine y las series, que personalmente me han dado muy buenos momentos, que de no haberlos tenido no sé que habría hecho.
La verdad es que el hecho de que la temporada de festivales no se vaya a llevar a cabo, es un palo económico para las bandas, puesto que con ellos complementáis los ingresos de las salas y posibilita que os vea un público distinto.
Lander: El circuito de festivales de verano y eventos es muy importante, sobre todo porque se desarrolla cuando las salas no están abiertas. Nos ayuda a subsistir. Nos va bien tocar en ellos, son lugares donde nos conoce público nuevo y te ve mucha gente, pero también es verdad que es más frío. A Belako nos gusta disfrutar en las salas, aunque ahora mismo las salas tampoco gozan de muy buena salud. Hablando del concepto del rock a Belako nos gusta tocar en salas sintiendo a la gente cerca, por eso de cara a la gira de autocines planteamos una cosa diferente, porque el espectáculo del rock puede quedar frío en espacios como ese. Si me preguntas a mí te diré que soy feliz tocando en una sala, disfrutamos más que en cualquier festival o en cualquier espacio abierto.
Y en este bendito país qué no está en crisis. ¿Crees que hay alguna solución al eterno problema de nuestra cultura?
Lander: La solución es la de antes del Covid, crear espacios de música más grande donde se junten bandas de diferentes géneros o estilos, utilizaré esas palabras aunque no me gustan para que nos entendamos. Hacer eventos que sea celebraciones y fiestas enormes. De las salas un grupo no podría vivir, sería muy difícil. Los festivales nos dan un plus y hacen que nos conozca gente con la esperanza que vendrán a las salas. Además, en el momento en que estamos, el rock no goza de muy buena salud hay otros estilos que escucha la gente joven y que se hacen fuertes. Son estilos que carecen de instrumentos y sus puestas de escena dejan que desear, no hay bandas. Hay una performance que no crítico, pero que no llega en los estilos fuertes hoy en día. Las cosas estaban y estarán más complicadas a partir de ahora porque muchos sectores habrán tocado fondo al final de todo esto.
Durante esta semana he entrevistado a Pinpilinpussies, Melenas y Belako, bandas de chicas o donde hay paridad de chicas/chicos. ¿Percibes que las chicas van ganando peso en la industria o es que los críticos hemos estado muy ciegos en busca de la paridad?
Lander: Creo que es una situación que viene de antes. Yo que soy rockero, lo que percibía es que es un estilo que ha pecado de ser algo viejuno y estanco. Ahora se ven más bandas de chicas que enriquecen el panorama, le da más valor. Es verdad que antes era un género que era cosa de hombres por desgracia, como en muchos otros ámbitos de la vida. El rock está cambiando, se está modernizando. Creo que necesitaba una modernización urgente y más mujeres.
¿Por dónde pase el presente y futuro inmediato de Belako?
Lander: Está la cosa fastidiada para hablar de futuro, la verdad. Te puedo contar que estamos empezando a ensayar un par de días a la semana. La idea es tocar los temas nuevos, preparar los conciertos de los autocines y grabar alguno en teatros para material de streaming. Nuestro futuro pasa por una incógnita, pero en cada momento nos adaptaremos a la situación para sobrellevarla. El disco se ha pospuesto a ver si abren las fábricas, para que salga y se distribuya también a nivel internacional para que esto no sea tan grave. Tocará adaptarse.
Me decía Igor Paskual, guitarra de Loquillo, que los vascos eráis gente muy de clan. Da gusto encontrarse a gente que sale de un sitio relativamente pequeño para lanzarse a la aventura por el mundo.
Lander: En Bilbao hay mucha movida, se cuece mucho. Realmente no queremos ponernos fronteras nunca. Somos de donde somos, está claro, y estamos muy orgullosos. Siempre tocaremos super a gusto en Euskadi, País Vasco y España. Pero mantenemos el sueño de cuando empezamos, el de tocar en muchos lugares del mundo y porqué no de hacerlo en la cuna de mucha de la música que escuchamos. Hemos tocado mucho y queremos seguir volviendo a Inglaterra y Estados Unidos. No queremos ponernos fronteras, nos gusta viajar y conocer sitios y gente. Queremos aprender de otras formas de trabajar y enriquecernos. Se trata de crecer como músicos y personas.