“Me siento a gusto vestido de negro con la copa de Brandy, con el clavel en la boca, pero haciendo música elemental”
Por: Javier González
Sin malabarismos ni rodeos. Chencho Fernández ha firmado con su nuevo trabajo, “Baladas de Plata”, uno de los grandes discos del año. Un trabajo de rock que callejea por las calles de Sevilla, sabiendo llevar a su terreno la herencia del rock anglosajón, en su vertiente más cercana a Lou Reed, Nick Cave y Tom Waits, de la misma forma que deja retazos de costumbrismos a la europea, acercándose a la escuela de Serge Gainsbourg, la chanson y de los grandes arreglistas de nuestra música ligera como Augusto Algueró.
Con semejantes ingredientes, ha fabricado un disco rotundo, personalísimo, con textos cuidados y evocadores, que abordan temáticas universales desde perspectivas interesantes, distintas y novedosas, rematando unas canciones brutales interpretadas de manera colosal que suponen la confirmación absoluta de que tenemos entre manos a otro grande en nuestro universo rock patrio.
Nos ponemos en contacto con Chencho en pleno confinamiento, quien responde a nuestra llamada a fondo, sin prisas, metiéndose de lleno en nuestro cuestionario, en el marco de una charla tan intensa y fructífera como sus “Baladas de Plata”. Nos sentimos privilegiados y agradecimos de poder conocer a este bon vivant tan de cerca.
Hace unos años entraste al panorama haciendo un relativo ruido con “Dada Estuvo Aquí”, pese a que hay otro disco previo, “Nuevo Debut”. ¿Qué posibilitó aquella maravillosa carta de presentación? ¿Qué recuerdos tienes de aquella etapa?
Chencho: Efectivamente, ya había hecho un disco previamente que se llama “Nuevo Debut”, lo hice sobre 2006. Es un trabajo hecho precariamente, con una banda recién juntada en un estudio muy casero. Se grabó y distribuyó de una forma muy limitada, entre amigos, por Sevilla. Posteriormente empecé por una travesía del desierto en Lanzarote, luego regresé y me fui a Barcelona. Todo ese tiempo estuve componiendo con la guitarra. Cuando regresé a Sevilla, volví a llamar a la banda que tocaba conmigo. Les planteé volver a ensayar y preparar un repertorio. Empezamos a ensayar y aquello fue cogiendo forma. Más tarde contactamos con Jordi Gil para entrar a grabar “Dada estuvo Aquí”, entramos sin apoyo de sello discográfico algunos. Entramos en el estudio y grabamos las canciones. Todo llevó su preparación porque Jordi estuvo trabajando en el local con nosotros, fue algo elaborado. Él sugería y corregía. Recuerdo que nos dijo que bajáramos el volumen, ya sabes que la tendencia es tocar con mucho volumen y aquello nos permitió oír más los matices. Desde esa preproducción a la producción final todo fue tomando forma para hacer posible “Dada Estuvo Aquí”.
Hay canciones de aquel trabajo que se habían grabado previamente, ¿verdad?
Chencho: “La Estación del Prado” estaba en “Nuevo Debut”, pero se volvió a grabar con mejor resultado. Recuerdo que la incluí porque me lo sugirió Santi Amadeo, un cineasta de Sevilla que me dijo que había que darle otra oportunidad. El resto de canciones son de esa época.
Hablamos de una serie de canciones que tuvieron cierto impacto, algo que contrasta con la incertidumbre de estar componiendo sin saber qué ocurriría con las canciones.
Chencho: Efectivamente fue un disco que tuvo cierto impacto, reconocimiento, vamos al menos para mí supuso fichar por Warner. Previamente a eso estando en el estudio sabía que había que grabarlo, pero no tenía padrino. No había garantía de edición, pero aparecieron Javi Benavides y Pepe Mora del Fun Club, una sala de conciertos de Sevilla. Es una sala muy señera que nos ha visto crecer a músicos, artistas y gente de La Alameda. Ellos nos propusieron editar el disco con un sello que crearon para editarlo, algo que fue maravilloso. Se lo agradecí muchísimo. Aquello posibilitó que tuviera una repercusión que fue de menos a más, llegando a más gente. En estas un día recibí una llamada, era Rubén de Palosanto, que conocía a mi hermano, Álvaro Suite, interesándose en trabajar conmigo. Vino a casa y nos conocimos, me dijo que el disco había que llevarlo adelante, me pidió permiso para mover hilos. Es un tío que ha hecho de todo en la industria, tiene contactos. Efectivamente hizo buen trabajo y un día me llamó para decirme que Warner estaba interesada en el disco. Firmamos el contrato y el disco subió varios escalones, tanto en distribución como en reconocimiento.
Tras una buena carta inicial, ¿había presión por hacer una continuación que estuviera a la altura?
Chencho: Presión como tal tampoco. Había una especia de autoexigencia por mi parte. Después de la considerable buena acogida de “Dada estuvo Aquí”, quería hacer un buen disco de debut en Warner. Me refiero a que “Dada” fue mi puerta de entrada, pero era algo ya hecho que reeditaron. “Baladas de Plata” es mi primer álbum hecho para Warner y para el mundo. Tenía cierta autoexigencia para hacer un trabajo con excelencia, con todo lo relativo que es eso. Me quería emplear a fondo para hacer algo de calidad. Estilísticamente soy un compositor que siempre está haciendo canciones, independientemente de lo que ocurra con ellas. Voy puliendo todo. Hay canciones que en mí calan más que otras. Algunas llaman más mi atención, convirtiéndose en material digno de ser aireado, otras se quedan por el camino. También soy muy de rescatar, siempre estoy bregando con mi repertorio, sea público o no. Entonces estilísticamente el disco me lo planteé ecléctico, siempre desde pequeño tengo una mentalidad muy de álbum. Me lo imagino. Le hecho horas y a medida que me adentro, me imagino el acabado final. Quería autoexigirme en cuanto a calidad y en cuanto estilos, que fuera variado.
Atendiendo al disco creemos que hay mucha miga que desentrañar. De un lado vemos un disco que mira de igual a igual a la música anglosajona y también a la música francesa. ¿A qué se debe esta interesante dicotomía?
Chencho: Efectivamente. En este segundo disco quería que predominara una órbita más europea que está en mi poso musical y quería reflejarlo. Eso también soy yo. “Dada” tenía una impronta más americana y sajona, aunque tenía sus apuntes de otras cosas. Me encanta la chanson francesa de Gainsbourg y Aznavour. Me reconozco bastante francófilo, no solo en música sino también en cine. También pensaba en hacer algo español, algo que recuperara cierta tradición de aquí y mediterránea, algo que se ve en temas como “Mi Pequeña Muerte en Ti”, con ese toque de canción melódica de Juan Carlos Calderón y Augusto Algueró, con aromas al festival de San Remo.
De la misma forma que apuestas por un rock crudo, “La Fosa de las Marianas”, y un boogie-Glam, “En Boga”, en contraposición con canciones como “Un Hit” o “Mi Pequeña Muerte en Ti”… ¿Son todas las caras de Chencho Fernández?
Chencho: Sí, son las que he querido reflejar en el nuevo trabajo. Todo esto son cosas que quería canalizar artísticamente sin renunciar a mis influencias del rock anglosajón.
¿Con qué faceta se siente más a gusto Chencho Fernández con la de la copa de brandy entre los dedos y el clavel en la solapa, o vestido de negro haciendo un rock más elemental?
Chencho: Está muy bien definido (Risas). Pues la verdad es que me siento a gusto vestido de negro con la copa de Brandy, con el clavel en la boca, pero haciendo música elemental. Así me veo yo. Está muy bien esa pregunta. Creo que retrata bien mi propuesta en este disco. Pero por eso conviven las dos vertientes y alguna más porque quería que fuera ecléctico. Quería que tuviera una personalidad distinta al disco de rock anglosajón, no quería hacer eso.
De lo que no cabe duda es que sabes explotar a la perfección la temática amorosa, presentada desde una perspectiva de lo más personal.
Chencho: Me lo tomo como un halago. Sí, mira otra cosa a colación de lo que dices. El gran tema lo quiero abordar a mí manera. No me convencen las canciones de amor, salvo excepciones y artistas contados. Es un tema muy amplio banalizado con mucha frecuencia. No voy a hacer un estudio sobre ello, pero sí quiero tocarlo a mi manera. “Te Quiero sin Querer” juega con el “Je t`Aime moi non Plus” de Gainsbourg, el te quiero pero no. Tiene su precedente fabuloso cogido de Dalí. Cuando Dalí con su humor decía aquella frase relativa a Picasso: “Picasso es español; yo también. Picasso es un genio; yo también. Picasso es comunista; yo tampoco”. Eso le gustó mucho a Gainsbourg, de hecho el quiso ser pintor antes que músico, es un artista al que adoro y es un pilar para mí. Es un tema que ejemplifica bien lo que me preguntas, creo que hay mucho que hablar sobre el amor. No es un tema que rechace ni que quiera dejar de lado, pero quiero hacerlo a mi manera. Hay muchas formas de hablar de ello fuera de lo común que tienden a simplificar o ensalzar el amor romántico. El amor es una cosa más rica, me interesa investigarlo. En “Un Hit” también habla de idealizarlo y de segundas oportunidades, de metáforas de un quiero y no puedo.
También nos ha resultado sintomático ver como en ocasiones tienes que cantar más grave, adaptar tus condiciones a la propia canción, aunque sin desdeñar ciertas influencias nacionales, vemos algún ramalazo vocal cercano a Josele Santiago, a Dogo y Los Mercenarios e incluso a los Burning. ¿Qué opinas de todos estos intérpretes de canciones nacionales?
Chencho: Eso lo hago intuitivamente. Me pongo los cascos en el estudio y según el concepto de la canción voy interpretando un personaje. Me adapto de una forma natural, me salen las inflexiones de voz porque quiero transmitir con honestidad, que es donde está la razón de ser de la voz. Las canciones cuando tienen voz es para decir algo y de una manera concreta, ahí radica la personalidad. Hay una persona que dice algo de una manera concreta. Me gusta Dylan del que se decía que no cantaba bien, hasta que se le defendió porque no todo el mundo debe ser Carusso. Se trata de cantar con personalidad con honestidad y transmitiendo emoción. De los que comentas, voy a destacar a Toño que para mí fue una bomba. Escucho mucha música en español, aunque comencé escuchando muchas cosas de los setenta sajones. De los de aquí en casa sonaba mucho Serrat, que me recuerda a mi infancia, pero salvo él, escuchaba esas canciones que musicalmente me atraían, pero las letras de muchas me parecían sonrojantes, no conectaba con casi nada de lo que me decían, entre ellos Camilo Sesto. Salvo a Serrat. En esas llegó Burning y fue una explosión porque Toño transmitía, cantaba con corazón, cojones y con alma. Es uno de mis cantantes favoritos en castellano de toda la historia. Las letras eran muy arriesgadas con micromachismos pero eran comprometidas, no se cortaba un pelo. Transmitía un amor romántico, muy decadente, muy heredero de su momento. Para mí es poesía valiente. Y es cojonudo Toño. Luego Josele Santiago me encanta, con Los Enemigos y en solitario, es un referente que destaca y que está en la lista de clásicos inscrito para la eternidad. Eterno y atemporal. Con esa personalidad que sabes que es él. En las letras y en su expresividad, en sus inflexiones y en la forma de entender la música. Y de Dogo qué te voy a decir, aquí en Sevilla es un Dios, muy importante… era muy callejero, muy lourrediano. Le tengo en muy alta estima.
¿Sabes que “Como se Odian los Amantes” nos parece la canción del año?
Chencho: ¿De verdad te parece que destaca especialmente en el disco?
Sí, esa canción tiene un final brutal, corta la respiración, el alma y te deja al borde de la lágrima. Que es un rasgo que has trabajado mucho en todos los cortes.
Chencho: Ostras, te veo muy sagaz. Sí es que a mí lo de los finales me mata… tuve bastantes conversaciones con Jordi al respecto. Como parte de la canción que es, el final no puede terminar de cualquier manera, trato de cuidarlos. Cada canción tiene su final. Quería hacerte esa puntualización. Me alegro que esté llegando. Con “Como se Odian los Amantes”, tuve mis reticencias a la hora de grabarla, por si me estaba pasando con la letra. Me duró poco la duda, sinceramente, hay que arriesgarse. Me apetecía tocar ahí, adentrarme en las vísceras de una relación y del amor. La tesis que canto se basa en la idea de que los que se aman de verdad, a veces también se odian. Está bien lo de los corazones, pero en el amor hay odio. En el mismo hay convivencia y hay que superar nuestras propias miseras y momentos duros. Eso sí es amor de verdad. Alguien que te quiera a pesar de tus miserias. Es un poco lo que buscaba en esa canción.
También sorprenden canciones como “Salvador en la Plaza del Pan”, donde rondan los fantasmas de Nick Cave, Calamaro y el Bunbury de “Flamingos”.
Chencho: A Calamaro le escuché en la época de “Alta Suciedad”, que me parece un buen trabajo. Después con “Honestidad Brutal”, también tiene cosas interesantes, pero ya anunciaba el exceso como demostró en “El Salmón”; los otros dos los escuché con alborozo. A Bunbury le escucho puntualmente. Es un tipo que me gusta en su forma de ser artista, donde es ejemplar. Musicalmente no me ha traspasado tanto, aunque creo que es ejemplo en muchas otras cosas. Y luego Nick Cave sí que es santo de mi devoción. Esa canción también deja traducir mis influencias de Tom Waits, el de “Rain Dogs” y “Swordfishtrombones”, con Marc Ribot a la guitarra. Es corte que tiene su historia y lo voy contar con mucho gusto por primera vez. Parte en origen de un poema de Dylan Thomas, un tipo metafísico y genial, que se llama “Había un Salvador”, traducido literalmente, hablaba de la muerte, del amor y la vida, ese triángulo. Los dos primeros versos son traducidos de él: “Había un salvador más común que el agua, más cruel que la verdad”. Luego lo que hice fue seguirlo pero con mis palabras. Es la canción en que menos me he parado a corregir. Es pura escritura automática. La letra hace referencia a un lugar de Sevilla. No soy nacionalista, ni mucho menos localista, cosa que digo con cierta ironía, pero sí soy empírico porque escribo desde la experiencia. En el disco no solo hay guiños locales. En esta canción se habla de un lugar, la plaza de El Salvador, que tiene muchas connotaciones religiosas, algo que también ocurre en la poesía de Dylan Thomas que es muy trascendente, hablando del más allá. Lo creía interesante aplicarlo a Sevilla, que es un lugar muy ombliguista en temas de catolicismo, donde hay más iglesias que bares. Allí hay una plaza donde íbamos a beber cervezas, detrás de la iglesia y la plaza, hay otra plaza que es la del pan, ahora creo que ahora tiene otro nombre. Es la cara oculta a la iglesia y procesiones de la Sevilla oficial. Existe la trastienda que es a lo que me refiero en la canción. Es lo que no ve el turista. Lo que hay detrás de tanta fachada y de todo lo oficial. La canción tiene un sesgo pseudo anarquista, algo cafre, si te fijas en la letra. Habla de un motín, de un desorden, que da píe a otro tipo de cosas.
Otro retazo sevillano es “Calle Imagen”, que nos parece otro pepinazo, como sigas así te vas a convertir en el cronista oficial del puerto de Indias más famoso de nuestro país.
Chencho: Espero no ser el cronista oficial. No me interesa adscribirme a la oficialidad de ningún tipo, tampoco de Sevilla. En cuanto a lo demás, cuento la historia a mi manera de ver, en minúscula. Hablo de las historias que me apetece desde mi prisma y experiencia. Pero mi intención a la hora de hablar de cosas locales es hacerlas universales. Diría lo mismo viviera donde viviera, fuera Bilbao, Vigo o Buenos Aires. Los localismos son vehículos para contar algo. “Calle Imagen” tiene intención metafórica, ya que cuento una imagen del pasado que me conmueve. Por eso se llama “Calle Imagen”.
En tu descargo diremos que cierras el disco con “Suicidio en Hollywood” y “Noche Americana” que parecen querer alejarte de lo local.
Chencho: Sí, algo de eso hay. No es casual el orden del disco, la verdad. Pienso en concepto de álbum y el orden no es casual, pero sin llegar a ser conceptual. Se puede entender como un todo. El final te hace pensar en América. Es curioso que un disco con un epicentro tan europeo, termine hablando de América. Por cierto, siempre me ha jodido mucho que se la arroguen los norteamericanos. América es Colombia, Perú y Nicaragua, junto al resto de países. Me toca los cojones el egoísmo anglosajón. “Noche Americana” es un concepto cinematográfico que trastoca las apariencias, es una técnica que busca aparentar a luz del día un entorno nocturno. Yo hago lo mismo con la realidad y el sueño, que es una cosa y otra. Distinguir sueño y vigilia, como hacía Descartes; y también Calderón de la Barca. Orbita por ahí la canción. En mí los títulos no son literales, hay juego. “La Noche Americana” toca un poco ese tema.
Sin embargo la otra canción es un rescate de una banda anterior. ¿Verdad?
Chencho: “Suicidio en Hollywood” está rescatada de Muñecas de la Calle Feria. Editamos un disco que está en bandcamp y youtube, es una composición de mi autoría y la rescaté. Tiene su origen en los sueños de aspirantes a actores que llegan a Hollywood y se chocan con la realidad. Está enfocada desde una perspectiva entre el choque de sueños y la realidad, es lo que sugiere un poco la letra.
¿Crees que estamos ante el disco que te debe confirmar como gran realidad de nuestro rock?
Chencho: Me encantaría. Llevo muchos años haciendo música y enterrado vivo en ella. Trabajando sobre la música y en mi voz, en mi proyecto y realidad como autor de canciones e interprete. Uno pienso relativamente en el resultado final, porque estás un poco desenfocado mientras haces el disco. Sigo mi instinto y cuando termino, veo cuál es el resultado. Este es un trabajo ambicioso en lo artístico que espero tenga repercusión de persona a persona, íntimamente, para empezar. Que ocurra lo que me estás transmitiendo en la entrevista, ver que alguien pueda conmoverse con el disco. Que le diga algo y le acompañe. Y luego que tenga una repercusión en el panorama musical me encantaría, no lo voy a negar. De momento, espero que amplíe un poco más mi círculo de seguidores. Me dedico a la música, soy músico, quiero seguir haciéndolo de la mejor manera posible, aprendiendo y llegar al público, no solo en festivales, sino también en sitios bien cuidados donde se puedan hacer conciertos de calidad. Me gustaría hacer de cada concierto una experiencia enriquecedora. Me encantaría llenar la Joy Eslava, donde he visto conciertos grabados y me parece un sitio precioso. Es un lugar señero. Me gustaría tocar en sitios con calidad de sonido, donde el público estuviera a gusto. Espero que sea un disco que haga que mi nombre como artista se conozca más y mejor. Que haga que siga hacia delante, que se convierta en algo importante. Que afiance mi profesión será bienvenido, pero no lo digo vanidosamente. Yo soy muy espartano, con poca cosa voy a seguir para adelante, pero sí tengo la convicción a la hora de hacer música, voy a seguir haciéndolo, confío en que de la mejor manera posible. Espero que el disco me ayude a llegar a más gente con excelencia.
Por cierto, permíteme una maldad, tu hermano, Álvaro Suite, también acaba de editar disco. ¿En la familia que son más de “La Xana” o de “Baladas de Plata”?
Chencho: Mis padres y mis tíos son más de “La Xana”, ya que mi hermano con el título me adelantó por la derecha. El título ha ganado a mi familia y también la foto de portada. Pero que te lo digan ellos cuando te vean. Mi familia y mis padres están contentos, les gusta, les encanta que estemos con la música y con nuestras carreras. Mi hermano es un tío con talento y con mucha profesionalidad. Me encanta que esté con Bunbury y que haya dado este paso en solitario tan importante.
¿Habrá posibilidad de escuchar ambos discos sonando en directo como un duelo entre hermanos?
Chencho: El morbo, el morbo (Risas). Espero que sí, aunque nunca me lo he planteado como un duelo. De hecho creo que había cerrado algo en algún festival para tocar los dos. No sé si en Sevilla y en Agosto, pero veremos qué pasa con los calendarios con la situación actual. Pero sí, por mi parte claro que sí hay disponibilidad.
¿Qué coño pasa en Sevilla que no paran de llegarnos discazos desde allí?
Chencho: Llevamos años con un nivel muy alto. Tirando del hilo para atrás ha habido mucha historia local. Creo que es algo que comenzó a ocurrir con el disco de debut de Los Fusiles. Y más tarde con los Derby Motoreta´s, que son el hype del año. Luego está el Pájaro que está en su nido o volando, seguro que estará preparando algo ahora mismo. Un gran artista de Sevilla para la eternidad. Le tenemos como esa figura paterna en sustitución de Silvio. Hay mucho talento y creatividad, que no siempre ha ido acompañada por infraestructuras. Por si quieres verlo y contarlo creo que todo está conectado. Aquí hay mucho vecino cabrón que solo quiere que haya ruido en Semana Santa. Pero siempre con un punto de inquina hacia la cultura, todo lo que no les gusta van contra ello, y el ayuntamiento les hace caso. En contraposición siempre ha habido mucho talento, creatividad y rebeldía en las calles. Hay mucha lucha de David contra Goliat. El sol y la cervecita hacen mucho para que sigamos en la brecha.
¿Te seguirán acompañando en directo All La Glory?
Chencho: Sí, sí. En principio está todo hablado. Habíamos empezado a ensayar antes de la cuarentena. Estamos trabajando en ensayos, componiendo y demás. Los conciertos van a ser con ellos.
¿Qué planes de futuro manejas?
Chencho: Empezaba la gira con un concierto acústico en el Fun Club el 4 de Abril, pero habrá que posponerlo. Ahora hay que armarse de paciencia. En Mayo iba a ir a Madrid y Bilbao, pero ahora toca recomponer agenda, no solo yo, todo el mundo. Cuando termine la cuarentena y se pueda llevar una actividad rutinaria volveremos, retomaremos el plan que es seguir ensayando. Además, Juano y yo trabajamos mucho en casa. No solo trabajamos de cara a los conciertos y gira, también en canciones nuevas. Y ahora que tengo tiempo, estoy pensando en un siguiente trabajo discográfico.
Vamos a ir rematando.
En el caso de tener que pasar una cuarentena con uno de los dos, Serge Gainsbourg o Lou Reed, ¿con quién te quedarías?
Chencho: Pues Lou Reed era un poco cabroncete como para encerrarte con él. Además, era muy adicto, terminaría como un yonki del universo. Ostras una cuarentena, buena pregunta. Con Gainsbourg, con Serge. Seguro que sería una cuarentena muy erótica. Me voy a quedar con eso de que este disco carga a lo europeo más que a lo americano. Le elijo a él.
Pues nada, solamente nos resta decirte que tenemos muchas ganas de ver estas “Baladas de Plata” rodar en vivo lo antes posible.
Chencho: Sí, en cuanto pueda estoy dispuesto. Ahora estoy en casa, como todo el mundo, pero en cuanto salga, lo haré para tocar en directo y presentar el disco. Espero que nos veamos por ahí.
Por supuesto, cuenta con ello. Chencho, Enhorabuena por tan gran disco, nos has llenado el corazón y las orejas. Mucha salud. Y mil gracias.
Por supuesto, cuenta con ello. Chencho, Enhorabuena por tan gran disco, nos has llenado el corazón y las orejas. Mucha salud. Y mil gracias.
Chencho: Salud, salud. Un abrazo y gracias a vosotros. Y un fuerte abrazo a Kepa Arbizu.