Por: Txema Mañeru
Ya tenemos de vuelta y con un nuevo y destacado disco de estudio al “Rey del Slydeco” y gran guitarrista de Lousiana, Sonny Landreth. La verdad es que lleva unos años de espectacular racha y de reconocimiento popular y crítica. Creemos que todo ello es muy merecido para, por cierto, una cada vez más dilatada y exitosa trayectoria en solitario a la que suma haber trabajado con luminarias cercanas como Clifton Chenier o John Hiatt, y con otras más alejadas como John Mayall o Jimmy Buffett, siendo incluso invitado a menudo por Eric Clapton a su Crossroads Guitar Festival.
Hace cuatro años consiguió nominaciones importantes a los Grammy y triunfos en los Blues Music Awards con su anterior trabajo de estudio, el recomendable “Bound By The Blues” (Provogue / Top Artist). Hace un par nos entregó un espectacular doble compacto en directo titulado “Recorded Live In Lafayette” dividido, acertadamente, en “Acoustic Set” y “Electric Set”. Zydeco, blues, country y rock’n’roll para homenajear a Robert Johnson y a los efluvios de Tony Joe White, Clifton Chenier, J.J. Cale y hasta a AC/DC. Un álbum con el que tuvo nominación a los Grammy.
Por esas mismas coordenadas sigue moviéndose en “Blacktop Run” (Provogue / Top Artist). Arranca con el single homónimo con acústicas geniales y toneladas de paz y de pasión. Guapos ecos a su admirado J.J. Cale. Más eléctrico, pero manteniendo influencias, se muestra en "Lover Dance With Me". No faltan sus fulgurosos temas instrumentales tales como "Groovy Goddes", "Beyond Borders" o el relajado "Many Worlds", en los que brilla su eléctrica pero también lo hace mucho el órgano del también compositor Steve Conn.
Evidentemente no puede faltar su habitual dosis de zydeco y de música de Louisiana con un alegre "Don’t Ask Me", en el que brilla mucho al acordeón Steve Conn. Brillantes punteos igualmente en otro single con buen estribillo como "The Wilds of Wonder", y. un final relajado y entrañable con la hermosa "Something Grand", que debiera encantar a los amantes del más paisajista Mark Knopfler o el mejor Chris Rea, que ratifica otro paso importante más para colocarse entre los más grandes del género.