“¡Bienvenidos a una fiesta de Magia Negra!”, así parecen recibirnos Ghost Number al cruzar el umbral de su “Dirt & Other Spells”, una velada en la que el retro rock se deja empapar por calypso, swing y cumbia, para mostrarnos un escenario con sabor y sonido añejo, donde mezclan sus pieles dando paso a una bacanal sin fin con un resultado tan logrado como adictivo.
Un trabajo que es pura amalgama vitalista, donde se unen con tino el sonido lo-fi y una instrumentación generosa, mirando por momentos a la festiva Nueva Orleans, al blues de Chicago hasta llevarnos en giros sorprendentes a ciertos parajes balcánicos, bajo el son que marca un universo negroide, tanto en lo tocante a sonoridades como en lo relativo a voces y coros tratados desde múltiples enfoques con el común denominador del acierto.
Y es que desde esa intro instrumental tétrica que supone “Dunes”, uno tiene claro que lo que se avecina será huracanado, confirmando la tentativa en “Welcome to Kamtar”, donde una voz que balbucea retrotrayéndonos al mejor Willy Deville, fraseando una invitación decidida entre vientos,y corrientes de Louisiana y unaa percusión juguetona, enlazada con los aires caribeños, puro calypso, que desbordan “Death”, con esas guitarras que bien podría haber firmado el mejor Carlos Santana, pasando por los soniquetes oscuros que encierra “Taboo” y esa locura festiva de evocador violín que es “I´m Lost”, el swing arrebatado de “Unchain Me” y el puro ritmo que supone “Jungle Call”, hasta llegar al final de la ceremonia vudú con “La Sangre”, donde coros a modo de mantra y una letra directa y escueta se abren paso entre una producción extremadamente lo-fi para cerrar el minutaje.
Pero como sabemos que el interesado se quedará con ganas de más, una vez que conozca las bondades de Ghost Number, no podemos hacer más que recomendarle ese regalito que ha supuesto “Isolation Songs”, donde el combo aprovecha el maldito confinamiento para servir a sus seguidores otros cuatro cortes de exquisito minimalismo, al más puro estilo Hillbilly de las cavernas, con los que demuestran que ni el maldito coronavirus les restan las ganas de seguir lanzando su mensaje al mundo.
Una celebración de la vida en la que su sangre caliente se deja sentir en todo momento, para sellar una alianza de sonidos hermanos, tocados con tiento y saber hacer, en la reivindicación de un colectivo que no viene sino a demostrar la buena salud de la que goza el rock primigenio que se factura en pleno siglo XXI en nuestras fronteras.
Y es que con sus particularidades a Los Saxos del Averno, The Limboos y Los Mambo Jambo, por citar unos pocos nombres, debemos sumarles por derecho propio una referencia más, venida desde el norte estatal como es la de Ghost Number. Apunten, apunten y no dejen de apuntar el nombre y el número de la bestia. Con tal nombre, lo normal es que se les aparezcan en alguna madrugada sospechosa. Mi consejo es claro, que les pillen con sus mejores zapatos de baile listos, a buen seguro los van a necesitar.