Por: Javier González
La vida son experiencias. A veces buenas, también malas y otras regulares. Y todas ellas tienen algo en común aplicadas a nuestra protagonista de hoy. Y es que Vega tiene un auténtico máster en vivencias. No cabe duda que las mismas le han hecho ser la creadora e interprete combativa que es hoy en día. Pocos músicos de nuestro panorama pueden hablar en primera persona de la tiranía de los talents shows y de ciertos usos de las multinacionales, para rematar la jugada apostando por sí misma de una manera radical en interminables jornadas de trabajo para sacar adelante un proyecto que capitanea como autónoma, editora, compositora e intérprete.
Antes de toda esta crisis, Vega se había regalado la edición de “Diario de una Noche en Madrid”, un directo que nació sin vocación de serlo, en el que arropada por su público, el que nunca le falla, el que colgó el cartel de sold out en Joy Eslava con cuatros meses de antelación, y por un buen puñado de amigos artistas, donde confirmaba que su sencillo directo funciona de manera notable sin fisuras, sonando rotundo y siendo capaz de seducir a propios y extraños sin necesidad de efectismos.
Descolgamos el teléfono para charlar con ella, locuaz y vehemente afronta nuestro cuestionario sin evitar temas y dando una visión profunda de lo que es el momento actual, su pasado y presente. Regalándonos una entrevista de artista grande, hecha a sí misma, que debería ser de obligatoria lectura para todo buen aficionado a la música.
Ante todo. ¿Cómo estás? ¿Qué tal llevas el confinamiento?
Vega: Bien, la verdad. Imagino que como todos Triste por las personas que están perdiendo la vida a causa del virus. Por otro lado también agradecida aquellos que están batallando contra la pandemia desde el buen hacer, que están arriesgando su bienestar y el de su familia. Desde sanitarios hasta quienes están manteniendo los servicios mínimos indispensables para abastecer el país. Para un adulto pienso que el confinamiento es solo paciencia. Me preocupa más el después que el ahora, las consecuencias que va a tener todo me preocupan más que el estar confinada. Ahora quizás por tener un trabajo en el que estamos fuera de casa mucho tiempo, valoro estar en familia porque normalmente no estoy todo lo que me gustaría. Nunca está de más el tiempo en casa. Me preocupan las personas mayores solas en casa y los niños por las repercusiones psicológicas que les pueda acarrear ya que los niños pequeños no entienden muy bien qué pasa. No les puedes decir más que no se puede salir porque hay un bichito fuera. No entienden porqué han dejado de vivir una vida cotidiana, porqué no ven a sus amigos y familiares, porqué todo se hace con una videollamada. Me altera más pensar en el tiempo de después para todo un país y las consecuencias económicas y sociales que vamos a tener. Ahora es un problema de salud y de cuantificar la magnitud de la tragedia. También tengo preocupación como autónoma porque estamos desprotegidos. Hay incertidumbre por lo que va a pasar, que es lo que puede hacer más duro el confinamiento. La vuelta será cruda.
¿A qué dedicas tu día a día? ¿Cómo te organizas?
Vega: Durante el día me dedico a las tareas de casa y a hacer un seguimiento con las cosas del cole para con mi hija. Cuando la duermo empiezo a trabajar: me toca componer, grabar y maquetar. En definitiva a hacer todo aquello para lo que tenemos que sacar tiempo entre giras.
También veo que sigues con las labores promocionales, aunque me sorprendió ver que te especifican en un correo que esta entrevista era estrictamente musical.
Vega: Estoy haciendo entrevistas con medios que se dedican a hablar de música. Y lo digo hasta cierto punto medio enfadada y triste. Veo que sigue habiendo una sección de deportes cuando las competiciones están paradas y no de cultura ahora que tienen que rellenar con algo. No quiero hablar de otros temas, sigo dando entrevistas a gente que está dando cobertura a la música. Que daban cobertura antes y después. De repente los artistas nos hemos convertidos en gente a la que se recurre para ver qué hacemos en nuestro día a día. Antes no era interesante y ahora sí, pero sigue sin haber espacio para la música. Por eso estoy hablando con vosotros.
¿En qué punto de “Diario de una Noche en Madrid” te ha pillado toda esta maldita situación?
Vega: A mí casi en el “impasse”, recién sacado y a punto de empezar la gira, que iba a comenzar el 17 de Abril en Valencia, luego íbamos a Barcelona y Madrid. No era una gira grande. Se trata de un disco que cerraba la gira de “La Reina Pez”, realmente no iba a ser sino un concierto que grabé para hacer unas pistas en streaming, pero el clamor del público hizo que nos planteáramos ir más allá.
¿Qué te llevo a plantearte grabarlo y editarlo?
Vega: Nunca había tenido un trabajo en directo en 18 años de carrera, que creo que son una friolera de años. Fue una noche muy bonita, salió todo muy bien. Las entradas se vendieron cuatro meses antes, por lo que hubo tiempo de preparar todo bien, sin presión. Creo que la gente que lo vivió sintió algo muy bonito por eso nos pidieron el directo. Tuvimos que chequear que habíamos grabado todo para el streaming. Ha sido un mes y medio de ir pista a pista para ver que se hubiera registrado bien, que no hubiera fallos de protools. Lo mezclamos sin regrabar. Ha sido un trabajo de montaje enorme. Imagina que un videoclip de tres minutos tiene un presupuesto y un trabajo enorme, pues todo un disco ni te cuento. Hemos hecho pocas copias pensando en que era un formato algo obsoleto, por aquello del streaming. También hicimos un libro contando la experiencia. A día de hoy el disco físico se agotó, en digital sí que está.
¿A qué respondía la idea de esta mini gira para presentar el álbum?
Vega: Queríamos dar la oportunidad de volver a girar al concierto porque había mucha gente que se quedó sin verlo. Elegimos cinco fechas para volver a repetir, que hemos pospuesto por las razones que todos saben. Ahora no tenemos la certeza de que lo vayamos a poder hacer, veremos las restricciones a los aforos que va a haber. En principio se harán en Octubre.
Acabas de tocar el “quid” de la cuestión. Ese es mi miedo. Si hay reducción de aforos, los números no van a cuadrar.
Vega: Los números no dan, ni los alquileres tampoco. El sector de la industria cultural sufrirá un varapalo con ésta crisis. Cuando le pedían soluciones al ministro, decía que no era una crisis cultural, por supuesto que no lo es, pero es un sector que va a estar perjudicado durante el confinamiento y que después va a sufrir mucho para recuperar la normalidad. Se va a ver perjudicado por cuestiones obvias, ya que el desempeño de nuestra labor está ligada a reunir a gente muy pegada dentro de una sala, sobre todo en conciertos que no son al aire libre. La mayoría de la industria cultural, salvo los eventos muy grandes, suceden en salas. Son los pequeños, medianos y grandes artistas los que giran en ese tipo de sitios. Hay mucha gente y puestos de trabajo que no se ven. Se tiene presente la cara visible de los artistas, pero hay muchas personas detrás, gente que no se conoce, los técnicos de sonidos, luces, programadores, bookers. Hace unos días sacamos un hastag con “somos música”, donde se veía cuántos puestos de trabajo hay detrás de cada concierto y de la música en general.
Me decías antes poco menos que el disco surgió por clamor popular, por lo que no te debió dar mucho tiempo a pensar demasiado en el set list.
Vega: Realmente es algo que estaba hecho para el directo. El disco es el reflejo de lo que sucedió aquella noche, por eso se llama “Diario de una Noche en Madrid”. Hay una predominancia de canciones de “La Reina Pez”, pero es más un grandes éxitos de composiciones que han calado en el público. Era un cierre de gira, unido a un momento en el que yo me enfrentaba a algo concreto, ya que no tenía claro cuándo iba a volver a subirme a un escenario. Quería sentarme a escribir y plantearme si quería volver a sacar un disco. Soy un artista independiente con un sello propio, por lo que tengo que buscar las fórmulas, tanto creativas como económicas, para lanzar un proyecto nuevo. Soy una artista medianamente conocida con respaldo del público y que vende relativamente bien. Cuando saco disco entro en el top tres de los más vendidos del país, aún así lo hago con sello propio y definir todo tiene su dificultad. No digo que aquel fuera a ser el último concierto porque decir eso es mentir. Todos los artistas nos volvemos a subir al escenario tarde o temprano, sin tener claro a veces cuál va a ser la próxima vez.
Me ha gustado mucho el ambiente que desprende el directo.
Vega: El responsable de casi todo es Kike Fuentes, desde el orden de las canciones, a la intro de Patricia Benito al comienzo, pasando por el sonido. Él es responsable musical de la banda, coautor de las canciones, porque con él miro estructuras, armonías y arreglos, aunque luego hemos grabado fuera con Sebastian Chris. Siempre ha sido el responsable de grabar los discos en directo, creo que te respondería mejor él incluso que yo. Tengo confianza ciega en su criterio. Si hay algún escéptico cuando viene a los conciertos, se convence. Quiero pensar que les convenzo encima del escenario, soy una artista de verdad que escribe sus canciones, además cuando interpreto y toco soy honesta.
El sonido es una mezcla de sencillez y fuerza, que unido a la interpretación que haces de unas canciones muy combativas, por cierto, transmiten mucha verdad.
Vega: Bueno, eso es a lo que me refiero. Encima del escenario estaba Quique Fuentes, con todo el peso de las guitarras eléctricas, Arturo Ruiz llevaba el bajo, Andrés a la batería y Laura Gómez a los teclados, sintes y coros, y yo me hice cargo de las acústicas y ukeleles. Lo que se oye es lo que hay, sin tocar nada. Es muy básico y complejo. Las canciones eran potentes y suenan enérgicas. Creo, en un ejercicio de autocrítica, que lo importante está. Las canciones son honestas. Están escritas para conectar con el público solo con guitarra y voz. El ser creadora me permite conocer la historia tras la canción, me permite a nivel interpretativo, en un buen día con la emoción del público que tengas frente a mí, interpretar de una forma u otra. Por otra parte, el espíritu combativo va en mi personalidad, creo que una vez me dijeron que las canciones que hacía eran nostálgicas. Personalmente creo que hay un punto de luz en lo que hago, me defino como con un punto de crudeza, o de espíritu combativo como dices tú, donde lo negativo busca una forma de ser afrontado, superado y combatido. Eso va en la personalidad y en la interpretación. En el escenario me rompo si las canciones me llegan. El repertorio está definido con lo que siento ahora a los cuarenta años, otras de mis composiciones también han calado en el público, pero no las toco porque no me siento identificada con ellas.
Otra de las cosas más llamativas es la nómina de colaboraciones. Se podría decir que estás muy bien relacionada.
Vega: Me considero una artista, cada día más, es algo que a una le cuesta creerse. No nací con un espíritu combativo, sino que por las experiencias vividas en el mundo de la música, me han hecho sentir que había que combatir muchas cosas. A veces me he cuestionado dónde iba y hasta dudaba de mí misma. Te digo esto aquí para explicarte que la gente que aparece en el disco son amigos de verdad, gente que me respeta. A lo largo de mi carrera he hecho colaboraciones en discos propios y ajenos de amigos, nunca he hecho una colaboración por puro marketing. También es cierto que nunca me lo han pedido. No cantaría con nadie que no me guste. Cuando invite a toda la gente que aparece es porque son buenos amigos.
Si te parece centrémonos nombres a nombre empezando con María Blanco de Mäbu.
Vega: María me había invitado muchas veces a cantar, entonces caí en la cuenta de que yo a ella nunca se lo había comentado. Le dije “vente a cantar conmigo”, rápidamente me dijo “que sí, que venía”. No se lo pensó. Cantó “Sombras”, porque era situación vivida por las dos.
Sigamos con un clásico ligado a Vega como es Budiño.
Vega: Budiño lleva dos discos colaborando conmigo, “Wolverines” y “La Reina Pez”, de hecho hay canciones de mi repertorio como “Martes”, “Santa Cristina” y La Reina Pez”, que están pensadas para sus matices. Es un invitado de lujo que aparece con cierta constancia en mi obra, siempre me dice que sí. Estoy mal acostumbrada.
¿Qué me dirías de Andrés Suarez?
Vega: Andrés Suárez es alguien a quien admiro mucho como compositor. Él sabe que le he estado viendo tocar con una guitarra únicamente y me ha puesto la carne de gallina. Sinceramente se me saltaban las lágrimas. Muchas veces decíamos de hacer algo juntos, así que le escribí para ver si quería hacer “Santa Cristina”, que era de las canciones más bonitas de “La Reina Pez”.
¿Y de esa joyíta oculta que es Guadi Galego?
Vega: Con Guadi me unen muchas cosas. Me regaló su amistad, hablamos a diario, quizás una de mis canciones favoritas se “Su Matriarca”. La conocí a través de su canción, la escucho para sentirme a salvo, me invito en su día a cantarla en gallego, más tarde me invitó a cantar “Privilegio” en castellano. Entre medias quise invitarla a Madrid a cantar conmigo, somos muy amigas, hablamos cada día. Le dije que iba a cantar una gran canción que saqué de mi repertorio en su día, “Nueva York”, pero es de las favoritas del público. Era una forma de que mi público conociera y viera quién es Guadi Galego, porque me fascina lo que hace.
Y cerremos con alguien tan mítico como Eva Amaral.
Vega: Eva Amaral es… me emociono al hablar de ella. Es un referente para cualquier mujer que escribe canciones. Su forma de entender la música y de escribir es única. Hemos tenido carreras juntas en la línea temporal, porque en edad no nos separamos mucho. De todas formas nadie en este país puede estar al margen de la discografía de Amaral. Nos habíamos visto muchas veces con cierta distancia, hasta que un día nos juntamos varias noches por algo concreto. Estuvimos hablando y nos contamos cosas de nuestros trabajos, travesías e inquietudes. Me sinceré mucho con ella, conectamos. Le conté que en Octubre iba a dar un concierto, que si tenían la fecha libre y querían venir a verme estaban invitados. Me dijeron que sí, tanto Juan como Eva. Y entonces le dije que si quería cantar conmigo, me dijo que sí. No tiene más.
Te has debido sentir como una auténtica afortunada.
Vega: Al final creo que una recoge lo que siembre, si se es honesta y transparente. Para aquel concierto todas las entradas estaban vendidas, sin anunciar a nadie. Era una cosa para disfrutarla con el público como sorpresa. No quiero que la gente piense que en mis conciertos siempre hay invitados. Era una noche especial y quería compartirla con amigos. Resulta que tengo muy buenos amigos como amigos y que como artistas son enormes. También tengo más amigos que no pudieron acudir en aquella fecha. Luego, accedieron a que pudiéramos editarlo en el formato que se ha hecho, perfecto podrían haber dicho que no. Y habría que haberlo respetado porque sabían que se estaba grabando para streaming. Cuando les comenté el cambio todos dijeron que sí. También saben cómo soy, que no hay engaño, que tengo un sello pequeño y que soy su amiga y cuidaré de ellos.
Atendiendo al repertorio me ha hecho gracia ver que vuelves a grabar “Mi Habitación”, la primera canción que compusiste. ¿Debió ser algo realmente emocionante?
Vega: Estando en Los Ángeles allá por 2015 en unos estudios míticos donde habían grabado Pink Floyd, le dije a Quique que “algún día me gustaría tener “Mi Habitación” bien grabada”. En 2018 se cumplieron veinte años desde que escribí la canción, coincidiendo con que ya se habían cumplido los años mínimos requeridos para regrabar una canción de mi primer álbum, porque aquellos discos salieron con multinacionales. Ahora mismo hasta “Metamorfosis” ya se ha cumplido el tiempo para poder regrabar todas aquellas canciones. Realmente no quiero hacerlo, la gente las conoció de una manera concreto que no quiero modificar. “Mi Habitación” era un track oculto en el primer disco, no había forma ni de buscarla en streaming, ni tan siquiera comprarla en Itunes. No existía como tal, pero es una de las canciones que más me ha pedido el público. No sé si la compuse con 17 años, fue de las primeras que escribí entera. En aquel estudio grabamos unas guitarras y no la voz. En 2019 Quique acabó de arreglar las guitarras y yo metí la voz. Es una versión igual que la original, pero añadí una frase que es la última que dice, “Sigo en esa habitación”. Es una forma de decir que sigo sintiendo de una forma similar, aunque he crecido y he madurado. Era una forma de hacer la canción accesible al público. Aquel disco vendió bastante, fue doble disco de oro, pero sufrió varios percances. Se quemó en el almacén y no existen más copias. He visto copias de segundo mano a 150 Euros en Ebay, cosas de la que no doy crédito. Se vende como si fuera un disco de culto. Me reclamaba gente de otros países que la regrabara, porque no tenían acceso a ella y habían cortado el final en Internet. Era una de las que íbamos a subir al streaming inicial. La canción solo se editó en formato físico en un vinilo de 7 pulgadas, porque me hacía ilusión, pero el público se me echó encima porque no se podía comprar. Era la cara b de “Dónde Estabas Tú” que canté con Iván Ferreiro. Solo estaba el video de youtube en mala calidad, grabado con móvil. Gracias a que tengo mi sello, leo redes y hablo con los seguidores, puedo hacer lo que me de la gana. Así que busqué la forma de subsanar el error. En el disco aparece la versión en directo, donde me emociono. De hecho acaba cantando el público y también en la versión de estudio para que la gente la encuentre fácilmente.
Saltaste a la fama a través de un programa como Operación Triunfo, sin embargo tu carrera poco tiene que ver con los clichés que se asocian a dicho “talent show”. ¿Qué opinión tienes hoy día del formato? ¿Te has encontrado prejuicios por haber entrado en el programa?
Vega: Es fácil y a la vez complejo de contestar. Con el paso del tiempo pienso algo parecido a lo que pensé a mitad de camino. Han pasado ya 18 años y el formato ha cambiado. Voy a tratar de resumirlo. Mi paso allí, en ese año concreto, con esto no estoy generalizando, hablo de esos gestores y profesores, no fue agradable. Es algo que está claro. No estuve cómoda ni me lo pasé bien. Es fácil de entender. Musicalmente lo que tuve que interpretar no me gustó. Me he hecho intérprete con los años, definida a través de mi trabajo como autora. Primero soy autora y luego interprete. Ahora las dos cosas van de la mano, pero es importante decirlo para entenderme. Salgo de allí cabreada, además me encuentro con un panorama mediático que te da las mieles del éxito y a la vez las fauces del mismo. Me di cuenta de que no nos toman en serio porque no soy idiota. Somos en parte con cierta razón el mono de la feria, porque nadie se toma en serio a alguien que hace una carrera estratosférica en tres meses. Nos toman como juguetes. Te hacen preguntas estúpidas, banalizan sobre cómo eres por lo que han visto en un resumen de tres minutos. Eso me cabrea. Empieza mi encabronamiento con el mundo Operación Triunfo. No tanto con el programa sino con el cómo se recibe mediáticamente. Pasan los años y me siguen preguntando por el tema, algo que me llega al hastío. Sigue saliendo gente de ahí y me pregunto por qué no les preguntan a ellos. Pero no, me preguntan a mí que debo ser la única que me cabreé en el programa. Pasan más años y dije “me planto, no contesto más”. Pero luego me calmo, porque es un show, un programa de carácter musical y entiendo que los artistas se hacen con el tiempo. Aún a día de hoy tengo claro que sigo aprendiendo, de mi banda, de otros músicos y productores con que trabajo, con gente de la industria. E incluso de los sellos en qué he estado. En algunos he estado cómoda y en otros no. De la gente con que he estado cómoda he aprendido y de la que no me ha hecho sentirme cómoda, también. Pero te das cuenta de que la mochila del prejuicio en este país pesa. Yo me lamento porque me doy cuenta de que lo de “las cosas con esfuerzo y sudor se consiguen”, es mentira. De repente es como si fuera una mancha en mi currículum. Da igual lo que hagas, quien lo considera una mancha no mira más allá y quién no lo considere mancha, acabará por seguirte porque le dará igual. No tengo nada en contra del formato sino de quién sigue sin querer ver tu currículum, porque a lo mejor le interesa. Para mí no es una mancha sino una de las mil millones de vivencias que he tenido. He tenido mil capítulos más “heavys” que OT sin ser televisados. Es un programa de entretenimiento, la gente lo ve y se divierte. Creo que es más nocivo y positivo lo que ocurre alrededor. Hay muchas cosas buenas y malas. Mi llamamiento es que la gente que pasa por ahí son personas, es probable que alguno que pase por ahí será un artista con una carrera en un futuro. No creo que la mejor forma ayudar a labrársela sea meter el dedo en la llaga. No me creo las carreras estratosféricas de tres meses, esos artistas se llevan un batacazo y luego no saben levantar cabeza. Tranquilos todos, porque el tiempo coloca a cada uno en su sitio, no Dios. Hay algo que el tiempo no coloca, es el prejuicio, que es una cosa muy insana que tenemos en este país.
En tu caso has luchado contra el estigma de OT, saliendo del juego de las multinacionales, hasta el paradigma de la independencia real, donde comandas y editas a través de tu propia compañía: La Madriguera Records. Muchos compañeros optaron por la autoedición, desistiendo por el camino. ¿Cómo de difícil es gestionar todo?
Vega: Es difícil sobrellevarlo, muy difícil, no solo anímicamente, ya que tienes que dedicarte a muchas, pero también por horas de curro. Llevo desde 2011 sin tener quince días seguidos de vacaciones y el sello se creo en 2013. ¿Adivina por qué no ha habido vacaciones? Todo tiene un porqué. Siempre hay algo que hacer. Económicamente es difícil de mantener. Puedo hacerlo por mi labor de compositora para otros artistas. Lo que gano, lo reinvierto en mi propio sello y discos. A lo más que aspiro y he conseguido es a tener las cuestas equilibradas a cero. Es algo titánico tener mantener un sello independiente de un solo artista. Lo defiendo y se sustenta por la parte editorial, artística y con nuestros directos. No te imaginas las de horas que tengo que pegarme. Es un sello en que trabajan activamente dos personas y una tercera a media jornada. De ellas una es mi hermana mayor que es abogada de profesión, la otra soy yo que soy artista y publicista, y mi hermana pequeña que también es publicista. Son mis hermanas y me quieren mucho. Por mucho que ganen un sueldo, pelean más horas de las que cobran. Echan horas para su hermana. Es difícil que alguien levante un sello por sí solo.
Eres madre, empresaria, artista y compositora para otros. ¿De dónde sacas tiempo para todo?
Vega: Pues sí, si a todo lo dicho le sumas una niña de cuatro años imagina. Hacerle caso, estar pendiente de la crianza, no poder salir a hacer promo un mes como salía antes. Apaga y vámonos. No atiendo a los medios generalistas preguntando por cosas ajenas a la música porque entre otras cosas no tengo tiempo. Ahora mientras hago la entrevista, ella está mi marido con ella. Los niños no entienden de confinamientos ni hostias. Ni entienden de tu dedícate a esto mientras mamá y papá trabajan. Hay que estar con ella hasta que se duerme. Cuando ella se duerme, me cojo los cascos y el ordenador, voy al garaje de casa a maquetar, cantando bajito. Me acuesto a las cuatro de la mañana…
Y ahora como dices con el confinamiento es el más difícil todavía.
Vega: Sin colegio y sin nada. Ahora toca hacer dibujos de vacas y colorear. Y antes había que hacer promo. Si antes era difícil ahora siendo madre más aún. Todavía saco tiempo para componer para otros. Cuando te piden algo, te dicen que si puedes tenerla para una semana vista. Tenerla quiere decir crearla, hacer la melodía, una letra, producirla y entregarla maquetada. Cobrando los derechos de autor cuando sale la canción seis meses más tarde.
Para llevarte una miseria de cada click en Spotify, porque la gente no sé si sabe que las cifras son ridículas.
Vega: A lo mejor que te llevas una basura de los streamings, porque no aportan económicamente nada. Ya de por sí es difícil manejarte en la industria gestionando una empresa cobrando a seis meses vista, cuando cobras. Ahora encima no vamos a poder tocar en directo hasta dentro de un año. Que te digan que un disco cuesta nueve euros, lo que cuesta una copa en Madrid, una copa que la haces pis a los quince minutos (Risas). De un disco se pagan los sueldos de muchas personas. Ahora cuando falta la gente lo pone en valor. El entretenimiento de los demás es una profesión de la que come mucha gente. Yo estoy con el público para arroparlos, pero espero que muchos reflexionen para bien del futuro de la cultura en este país. Pero que nadie se engañe, cuidado, soy muy optimista con todo esto, que no se te olvide.
Venga, inúndanos de optimismo.
Vega: Voy a ser optimista. Creo que todo el mundo cree que el futuro está en el streaming, pero hay que darle una segunda oportunidad al formato físico. No hablo del Cd, hablo de formatos donde se ve el trabajo que hay detrás.
Veo por dónde vas. A ese sector que compra discos le llamo público “yonqui”, desde el máximo respeto y cariño porque me incluyo entre ellos.
Vega: Yo tengo un público “yonqui”, como dices tú, que amo. No sabes el gusto que me da a mí, que he estado con Universal y Sony, donde en 2011 me daban por muerta al irme, ver cuando edito discos las listas de Promusicae. Veo clasificaciones en las que se lee sellos: Universal, La Madriguera Records y Sony. Lo digo con orgullo porque me da mucho gusto. Me mato haciendo números en agradecimiento al público. La cosa es que los artistas nos concienciemos de lo conseguido cuidando al público. En mi caso no se van a encontrar algo que ha costado un euro, sino algo cuidado, bien hecho, para ellos y único. El público que tú llamas “yonqui”, no es “yonqui”, es que no es tonto. Saben buscar algo que les gusta de un artista que les gusta. Soy optimista. Estoy preparando canciones nuevas, para rearmarme económicamente, que a ver cómo lo hago después de esta edición de lujo. Volveré para sacar algo con un formato espectacular y físico.
Entonces nos emplazamos para entonces. Mil gracias por todo, nos has regalado un entrevistón.
Vega: Gracias a ti. Me he encontrado cómoda con la entrevista. Eso sí, no te esperabas una artista tan cotorra como yo. (Risas)