Por: Javier González
Paso a paso, con buena letra y sin cesar en su empeño, así es como Nunatak ha ido escalando posiciones en el panorama pop-rock de nuestra música. Saliendo de su Cartagena natal, con la mochila llena de ilusión y completando repertorio con un puñado de canciones emocionales y enérgicas con las que una creciente audiencia ha ido sintiendo cada vez más identificada.
El último capítulo de dicha trayectoria lleva por título “Nunatak y Las Flores Salvajes”, donde a su sonido característico, le añaden guitarras más potentes que dan aún mayor fuerza a un pop sinuoso cargado de mensaje y emoción.
De todo ello hablamos vía telefónica con Adrián Gutiérrez, que nos desvela los detalles y la gestación de la nueva obra de Nunatak.
Volvéis a la carga con un nuevo trabajo, tras dar por finalizada la anterior gira con una evolución patente en los números que marca vuestra audiencia. ¿Cómo vivís este hecho en el seno de la banda?
Adrián: Hemos notado ese crecimiento, sinceramente. Aunque creo que somos ese grupo que no desiste, que sigue luchando pase lo que pase. Queremos hacer mejores composiciones y hacer más kilómetros en la carretera, en cada disco y en cada gira. Realmente estamos muy contentos de lo que estamos consiguiendo. Y durante este 2020 queremos seguir moviéndonos, con energía, por toda España, para dar a conocer nuestras canciones por buena parte de salas.
Desde esa perspectiva, ¿no da miedo enfrentarse al hecho de hacer nuevas composiciones?
Adrián: Nunca sabes si vas a tener un período de sequía creativa, ni si vas a estar menos inspirado. De cara a la preparación de estas nuevas canciones no hemos tenido demasiado tiempo, lo que no sé si es algo positivo o más bien negativo para la composición. Hemos tenido la suerte de que han salido canciones que nos gustan muchísimo. Hemos editado un disco muy ecléctico que varía mucho de canción a canción. El hecho de no tener demasiado tiempo ha hecho que no hayamos pensado demasiado las cosas y que hayamos decidido tirar para adelante. Sinceramente estamos súper orgullosos de cómo ha quedado.
Musicalmente estamos en un trabajo que creo que confirma las bases de un sonido característico, entre guitarras cada vez más potentes, el intimismo y un toque de pop sinuoso. ¿Habéis encontrado el sonido Nunatak definitivamente?
Adrián: Yo creo que estamos ante algo que sí que nos representa. Aunque creo que en cada disco cambia un poquito, sobre todo en función de estado de ánimo que tengamos cuando hacemos las canciones. También nos influye mucho la música que estemos oyendo. Te diría que sí, que hay detalles que se están convirtiendo un poco en pilares de nuestro sonido. Lo que no quita que a lo mejor en un futuro aparezcan nuevas estructuras y que haya otras que desaparezcan.
Habéis estructurado el disco en tres partes, la primera que habla sobre relaciones, el fuego y saber mantener el calor. La segunda quizás habla de perdidas, de rabia y de rupturas. Y la tercera quizás tenga un punto de lucha y rebeldía. Además de un epílogo que creo que es la canción más directa en cuanto a letra. ¿A qué se debe?
Adrián: La razón principal es que partimos de la base de que las canciones son muy distintas entre sí. Nos apetecía ayudar al oyente con una pequeña guía de escucha del disco para todos aquellos que lo compren, porque esto en Spotify no está visible. Queríamos que la persona que escuchara fuera consciente del momento de escucha en que se encontraba. Hay una primera parte más pop rock, una segunda más tranquila y una tercera más cañera y loca. Y por último el epílogo. Queríamos que la persona no pensara que estaba escuchando discos diferentes cuando pasara de un corte a otro. Y también nos apetecía proponer el juego de pasar por las diferentes partes y los diferentes estilos que hemos creado.
¿Debemos considerarlo un disco temático-conceptual?
Adrián: Normalmente solemos hacer discos en los que haya un concepto principal que se desarrolla a lo largo del disco. En el anterior, por ejemplo, se trataba de la valentía. Antes fue que la vida siempre se abre paso. En todos ellos había algo así, pero en éste no ocurre. En este hablamos de “Las Flores Salvajes”, que en cierta medida es un canto a la autenticidad, a la belleza de lo imperfecto. Una especie de lucha contra la foto perfecta que aparece en Instagram. Pero cada canción trata de una historia diferente. Creo que hay muchas composiciones que hablan de distintas formas de amor puro, de ruptura, de relaciones y de paternidad. Es un disco muy de relaciones. Pero no hay concepto que hile todo, más allá de esa diversidad de conceptos que encierra. Hay mucha diversidad de estilos y de historias.
Cortes como “Hijo de La Tierra” y “Criminal de Guerra” parecen escritos con las tripas y con rabia.
Adrián: “Hijo de la Tierra” es una canción que habla de lo auténtico y de volver a los orígenes. De tener una vida más tranquila, cercana a la naturaleza. Y “Criminal de Guerra” es una reivindicación hacia todos los movimientos que están habiendo en el mundo contra la extrema derecha, básicamente. Es una pregunta hacia qué nos está pasando y por qué estamos perdiendo los derechos que tanto nos costó conseguir.
En “Viento del Sur” parecéis hacer alegoría a vuestra tierra, Cartagena.
Adrián: Tiene un poco de eso, pero también tiene un mensaje ecologista. En cada disco tratamos de reivindicar un poco la ecología a raíz del argumento, que parece que se está poniendo de moda, de que no hay un planeta b. Es una canción que pide mirarnos a nosotros mismos para que veamos que estamos haciendo y por qué motivo ocurren desastres como el acontecido en el Mar Menor. ¿Cómo hemos llegado a esta situación? Si no nos ponemos las pilas, lo que está ocurriendo será solo el aperitivo de lo que puede llegar a pasar.
En tres años habéis sacado tres discos, ¿el pozo compositivo de Nunatak no tiene nunca fín?
Adrián: Ha habido también un cambio en el sentido de que siempre hemos sacado los discos a finales del invierno, principio de primavera. En esta ocasión queríamos dar un cambio a esa situación, quizás más estratégico, para empezar el año con la salida del disco reciente. Decidimos sacarlo en este Otoño, lo cual ha sido una auténtica locura. Nos hemos dado una paliza para poder llegar a la agenda programada, por eso el final de año ha sido de descanso merecido, para empezar con la vorágine con el comienzo de 2020. De cara al siguiente nos lo vamos a tomar con más calma. Acabábamos de terminar la última de las “Sesiones Valientes” con Carlos Sadness y a la vez estábamos grabando las voces de “Créeme”. Ese ha sido el nivel de trabajo. De cara al siguiente disco sí que querríamos hacerlo con calma. Todavía no hemos hecho un disco con calma de verdad. Nos apetece hacer un disco más reposado.
De cara a la gira. ¿Habéis planteado un cambio en la escenografía en busca de algo más concreto?
Adrián: Todavía no estamos en ese punto. Nos falta crecer un poco en público para plantear algo más ambicioso. Estas cosas funcionan así. Si no mueves determinadas cifras y vas a caché, pensar en hacer un montaje es más complicado. Todo va un poco de la mano. Para conseguir un show de luces y demás, los cachés se tienen que multiplicar. Con el que estamos nosotros ahora mismo no se dan las circunstancias de una escenografía. Estamos en un punto continuista, pero con la idea de crecer en audiencias para ofrecer algo distinto. En Madrid movemos mucha gente, pero en otras ciudades no ocurre lo mismo.
Me imagino que habláis de capitales de provincia y similares que no son demasiado grandes.
Adrián: En ciudades de 100.000 habitantes es complicado que la cosa salga rentable. Es muy difícil.
Tras cuatro discos, ¿Qué os planteáis a medio y corto plazo?
Adrián: El repertorio con la suma de los cuatros discos ha crecido mucho. Realmente nos da mucha fuerza y tenemos muchas ganas de tocarlo en directo. No hay ninguna canción de relleno, casi todas tienen vocación de singles, y nos encanta tocarlas. Creo que es algo que el público nota en directo. Hasta la fecha, los conciertos que hemos dado son con diferencia los que más energía y alegría nos han dado. Estamos sintiendo una buena comunión con el público. En ocasiones estás tocando y sientes como hay temas en los que la gente se desconecta, algo que no nos está ocurriendo en esta ocasión. De cara al futuro no sabemos. De momento la propuesta es tocar. No hay pensado grabar nada nuevo. Queremos tocar un montón y alargar la vida del disco, no como el anterior que no llegó al año. Y luego a descansar después de eso.
¿Qué tal fue la cita aquí en El Sol?
Adrián: Muy bien, la verdad. Se vendieron todas las entradas y la gente disfrutó.