Por: Javier González
Revólver es uno de los nombres míticos de nuestro rock; y si hay una etiqueta que se asocia a la formación, tras la que lleva treinta años escondiéndose el alma de Carlos Goñi, es la palabra “Básico”.
Comenzaban los años noventa y Revólver, una banda con dos discos meritorios ya en el mercado, se lanzaba a la aventura de grabar un trabajo desenchufado, que acabaría por convertirles en nombre indispensable de nuestro panorama, merced a composiciones épicas y desgarradas, fácilmente disfrutables para el gran público; fue tal el éxito de aquel proyecto que meses atrás, Goñi sorprendía a propios y extraños con la publicación de “Básico IV”, donde bajo el mismo formato que tanto bueno le ha reportado, vuelve a demostrar que no ha dejado de facturar composiciones notables, ni tras el hundimiento de la industria, ni cuando los vientos de las radios comerciales cambiaron de rumbo para darle la espalda.
Inasequible al desaliento, con la incontinencia verbal de siempre y con un presente y futuro tan esperanzador como su glorioso pasado, nos ponemos en contacto con Carlos Goñi para que nos cuente porqué el Revólver sigue acariciando con sus balas el centro de la diana.
Se cumplen treinta años como Revólver, evidentemente te damos la enhorabuena por una efeméride tan brutal. ¿Te debes sentir como un auténtico superviviente?
Carlos: No, la verdad que no. No es algo a lo que le haya hecho mucho caso. Me encanta poder seguir disfrutando de un proyecto que goza de tanta salud treinta años después. Jamás imaginé que esto daría para tanto, para qué te voy a engañar. Ni jamás me llegué a imaginar que tendría la edad que tengo encima de un escenario. Sinceramente el proyecto y yo tenemos buena salud. Más allá tampoco pienso. No soy de pensar en efemérides, nunca me ha gustado mucho. Siempre creo que tengo mucho qué hacer y que lo mejor está por venir. Tengo mucho trabajo por delante. Nunca miro cuánto he hecho. El otro día andaba haciendo un repertorio nuevo, escuchando disco a disco, y pensé que no había perdido mucho el tiempo durante estos años. He hecho cosas y sí, desde ese punto de vista, me siento orgulloso y agradecido.
¿Y qué mejor forma de demostrarlo que siguiendo con la gira de presentación de “Básico IV”?
Carlos: Pues sí, pero nada menos “Básico” que los conciertos de ésta gira. Lo primero porque no hay repertorio establecido, hay un saco de cincuenta canciones que viajan conmigo, por lo que unos días entran unas y otros otras. Hay algunas que suenan todos los días, porque soy consciente de que las tengo que tocar sí o sí, porque me lo paso bien y al público le gustan. Así que feliz por ello. Y por otro lado no es un concierto acústico ni mucho menos. Es un concierto más eléctrico que acústico en el que no hay un guion establecido, porque no hay dos conciertos iguales. En las fechas que hemos tenido hasta ahora, ha habido casi tres horas de concierto y la gente me decía que se les había hecho corto. Y la verdad es que he tenido sensaciones similares. Además, musicalmente la banda que me acompaña en directo es la mejor versión musical de Revólver hasta la fecha.
Hablando de “Básico IV”, me ha gustado ver que recuperas canciones como “Lisa y Fran” y “Si es por Ti”, de “El Dorado”, porque creo el resto de canciones pertenecen al siglo XXI, desde las extraídas de 8:30 AM en adelante. ¿A qué se debió este hecho?
Carlos: Era la idea. Tirar de canciones del primer decenio de Revólver era fácil, pero hubiera sido vivir de rentas más que otra cosa. Escogí dichas canciones por el único motivo de no haberlas incluido en ningún disco básico anterior. Lo hice junto a “Esperando mi Tren”. Creía que se lo merecían. Son canciones que tengo muy cerca, muy dentro, por eso las metí.
Queda demostrada la rotundidad de tu repertorio, disco a disco, hasta la actualidad. Algo que no todo el mundo puede decir.
Carlos: Lo que ocurre es que he tenido mucha suerte. Ha sido un regalo por parte del público y la industria. Se me ha permitido que mi música creciera a la par que yo como persona. A día de hoy me puedo permitir el lujo de hacer un concierto sin tocar canciones de los noventa, donde sigue habiendo muchos éxitos, empezando por “San Pedro”. Lo cierto es que en ese sentido tengo que dar gracias porque no tengo que tocar canciones de “El Dorado” por obligación, puedo hacer otros temas que el público conoce, que les hacen pasárselo bien y que nunca faltan en un concierto de Revolver porque los han convertido en himnos.
También me ha gustado que incluyas “Más Tequila”, con su palo a la modernidad y al FIB.
Carlos: Muchas gracias por el piropo. Es una canción que me divierte mucho tocar porque encierra mucha ironía desde que empieza hasta que acaba. Además, me pareció una canción fantástica para dar entrada uno a uno a los miembros de la banda. Es un trozo del concierto donde me lo paso muy bien. En ese concierto específicamente, los dos o tres primeros temas que toqué solo, estaba que los nervios se me comían. En ese tema me sentí arropadito, sentí que todo empezaba y que daba comienzo al “Básico”. Me lo pasé muy bien y es un tema que disfruto muchísimo. Seguro que se nota en el fraseo al escucharlo, porque hasta ahí no disfruté del todo. Porque hay una cosa que decir que pertenece a la intrahistoria de la grabación. El día 30 de Diciembre 2018, días antes de la grabación del disco que es de Enero, me metió un crujido la espalda, yo pensé que era una lumbalgia de mucho cuidado. Tuve que tirar para adelante porque todo estaba planificado, yendo cada vez a peor. El disco, de hecho, lo grabé hasta arriba de antiinflamatorios y calmantes. Cuando acabó la grabación del disco, tras los ensayos, al mes, apenas me podía mover. Fui al médico y me dijo que tenía dos hernias discales y una protusión. Grabé porque no sabía que tenía, si llego a saber lo que era quizás no lo hubiera hecho. Al saberlo se me quedó una cara interesante y el médico no sabía cómo me había levantado de la cama y mucho menos porqué había hecho esa locura. Ahora afortunadamente estoy bien. El año pasado fue muy duro porque fue algo que me limitó mucho. Entre los nervios y todo lo que llevaba encima, hasta que no entró la banda estaba que me quería morir. (Risas)
¿Qué le debe Carlos Goñi a los dos primeros “Básicos”?
Carlos: Cada vez que hablo del primer “Básico” siempre digo lo mismo, sería de necios negar lo importante que fue en mi carrera. Por mucho que aquel disco se nutriera de canciones del primer y segundo elepé, “Revólver” y “Si no Hubiera que Correr”, el álbum hizo que en las tiendas de discos se me sacara de un cajón para que fuera a otro. Hizo que estuviera en el expositor de los trabajos que había que escuchar. Creo que se dio la oportunidad a Revólver y la aproveché. Se hizo un magnifico disco. Trabajé duro y estuve afortunado a la hora de componer. El álbum que vino después fue “El Dorado” y el siguiente “Calle Mayor”, sirvieron para apuntalar el éxito de “Básico”. Todo venía cimentado por dos álbumes de calidad, que refrendaron que no había sido éxito de un día. Al menos eso creo. Cuando las canciones tienen peso y solvencia se mantienen. Las canciones al aparecer “Básico” trillaron mucho más, pese a que de manera inicial los trabajos donde aparecieron habían vendido, pero no tanto como con el directo. Son cosas que ocurren a veces.
Mirando atrás, a tus tiempos de Garage y Comité Cisne, ya vas camino de cumplir casi cuarenta años sobre las tablas. ¿Con qué te quedas de toda esta maravillosa andadura?
Carlos: Me quedo con que no puedo hacer caso a lo de los treinta años de carrera, porque llevo toda mi vida en esto. Cuando llevas toda tu vida, es toda tu vida, no veinte o treinta años. No creo que los discos sean libros distintos, soy yo con mi vida y mis cosas. Cada álbum es un capítulo, tanto si lo grabas tu solo, como si lo haces con una banda. Hay capítulos que a la gene le gustan más, pero todos son capítulos de un solo libro. En mi caso cuento más desde Revólver porque el que escribe la historia soy yo, antes éramos varios miembros en otras formaciones. En capítulos anteriores me gusta menos lo que ocurre, porque formaba parte de un grupo de gente. Una de las cosas más importantes que aprendí tanto de Garage como de Comité Cisne es que nunca iba a formar parte de un grupo nunca más. Para bien o mal, lo que quería era escribir mi historia, como he hecho en Revólver, y como creo que cada uno debería hacer dentro de su vida. Tu historia es tuya, debes escribirla tú. Así decidí hacerlo y es como mejor me ha hecho sentir, sinceramente.
Sigues realizando giras con éxito de público, tus discos tienen buenas escuchas en las plataformas y sin embargo no suenas en ninguna radio. ¿A qué crees que se debe?
Carlos: Hace años que cada vez que saco disco, bueno casi desde el “Básico”, suelo aparecer en los puestos altos de la lista de ventas. El último álbum, “Capitol”, entró al número cuatro. Las giras rondan los ochenta conciertos y suelen ser llenos. Creo que es algo que también ocurre con músicos como Springsteen, que no suena en ningún lado pero cuando viene, llena un estadio de fútbol. Llega un momento en tu carrera, cuando lo has hecho bien, con cierta conciencia, cuando te has dejado la vida en los conciertos, en que la gente ve que te dejas la vida y se lo pasan bien en tus conciertos. Al final lo que pasa es que tu último disco es la excusa, pero el motivo de ir a verte es tu carrera y la solvencia sobre un escenario que muestras. Cuanto más tiempo pase mejor lo harás. Esto es lo que le pasa a muchos músicos de mi generación y también a mí. En cuanto a lo de sonar en radios, no suenas en radios que apuntalan la vanguardia. Pero si tu coges el dial, es raro que en algún momento del día Revolver no suene. En mi caso “El Dorado”, “El Roce de tu Piel”, “Tu Noche y la Mía”, “San Pedro” y “Odio”, suelen escucharse en alguna emisora. No tienen que ver con la vanguardia pero sí que se quedan para siempre. Es un regalo que no siempre ocurre, pero cuando te sucede es fantástico.
Ahora que ha llegado al gobierno una coalición de izquierdas, que se supone cuidará más la cultura. ¿Crees que se modificará finalmente la situación de los artistas?
Carlos: No me considero un artista sino un artesano. Te voy a ser sincero, bueno siempre lo soy, pero en cualquier caso ahora más. Nunca espero nada de ningún gobierno. Ni de izquierdas ni de derechas ni de centro, ni de arriba ni de abajo. Lo único que le pido a cualquier gobierno, a cualquiera, es que no me ponga palos en la rueda. No quiero que me beneficien, quiero que no me jodan. Cuanto menos intervengan mejor. Quiero leyes justas y que vigilen que se cumplan. No quiero más. No quiero que me pongan locales gratis. Y sobre todo e incido, que hagan cumplir la ley. No que se la pasen por el forro de los cojones porque hay un nido de votos que les viene mal perder. No confío en este gobierno, ni en el anterior ni en el que venga. No confío en el poder. No confío en ellos. Como decía Víctor Hugo, “el poder corrompe y el poder absoluto, corrompe absolutamente”. Lo único que quiero es que me dejen trabajar. Eso es todo.
¿Qué le queda por hacer a Carlos Goñi en el mundillo musical?
Carlos: La pregunta debería ser qué me queda por hacer en mi vida. ¿En mi vida? Muchísimas cosas. No sé si me va a dar tiempo a hacerlas todas. Me apetece hacer muchas cosas. De discos, de conceptos y de escribir. Y estoy feliz porque no puedo pararme a pensar en lo que he hecho. Creo que cualquier persona siempre debe sentirse vivo. Uno está vivo en tanto en cuanto lo estén tus proyectos. Tus sueños, tus planes. Está muy bien soñar, es maravilloso, pero hay que convertir los sueños en planes, y los planes en hechos. Eso lo tengo muy medido y controlado. Cuando tengo algo entre manos, me pongo a ello sin demora. Si tengo que estudiar o empaparme de algo, lo hago. Lo he hecho siempre. Me fascina el hacerlo. No creo que tenga nada hecho y terminado. Ni que me haga falta demostrar nada. Es una cuestión de disfrutar. Soy extremadamente curioso y la curiosidad, como decía Einstein, que por favor no se nos acabe nunca, es el motor de todo. Tengo una curiosidad extraordinaria, me gusta todo lo que ocurre a mi alrededor. Me quedan muchas cosas por hacer.
Hemos tenido el placer de escuchar tu música desde muy pequeños, haciéndonos mayores para entender qué significaban canciones como “Mi rendición” y “El Dorado”, donde nos has legado poso, hasta quedarte en el imaginario colectivo de toda una generación. Creo que no nos queda más remedio que darte las gracias…
Carlos: Las gracias os las tengo que dar a vosotros. No sé como se escribe un éxito, solo sé escribir canciones. De igual menara que tengo la potestad de escribir y ver qué cortes incluyo en un disco y cuáles no. Por la misma potestad los únicos que tienen la fuerza de decidir qué forma parte de la banda sonora de su vida, sois vosotros. Hago canciones lo mejor que sé y que puedo, sois vosotros los que decidís cuáles os quedáis y cuáles no. Nadie en el mundo tiene poder suficiente para decirte qué tienes que quedarte y no. He tenido la suerte de que el público se haya quedado con un montón de canciones mías. Solamente os puedo hacer la ola.
Buenos, pues entonces muchas gracias, Carlos, por habernos dedicado tu tiempo. Y mil gracias más por acompañarnos con tus canciones desde niños.
Carlos: Muchas gracias a vosotros. Yo también estoy muy agradecido por vuestro trato. Un abrazo fuerte.