Sala Fun House, Madrid. Sábado, 7 de marzo de 2020
Texto y fotografías: Skar PD
Lleno absoluto en la Fun House para ver a una de esas leyendas que se construyen a lo largo del tiempo y que, racionalmente hablando, tienen difícil explicación. El que un puñado de jovenzuelos, allá por mediados de los 80, con escasos 3 discos por entonces, sin apenas salir de su área de influencia y, por supuesto, con un planteamiento totalmente underground, con la escasa visibilidad que eso lleva aparejado, sean capaces, 30 años después, de desatar el impulso irrefrenable del baile y diversión en que se convirtió el sábado pasado la sala madrileña solo se puede achacar a motivos viscerales. A hígado puro y duro. Al primitivismo, a la sencillez y a la crudeza. ¿Qué otra cosa es en definitiva el garage?
La máquina se puso en funcionamiento desde el inicial "Way Down Below" de su segundo disco y ya en el segundo tema el riff de su versión del "Unchain My Heart" de Ray Charles estableció la línea de actividad vital por la que discurriría todo el concierto. Así, nada más empezar.
Y venían con la formación original (o casi) como se encargó de enfatizar el bajista John Davies, dejando deliberadamente fuera a su hermano que ocupó la batería en sus primeras grabaciones.
Una desenfrenada y surfera "Bikers From Hell" dio otro impulso hacia adelante al concierto y los coros de la intensa "Don't Tread On Me" pusieron a cantar a todo el mundo: "No me pises, no me pises". Vendían el single recientemente publicado a través de un par de sellos españoles y ya nos avisaron de que lo compráramos porque no tenían dinero para volverse a Canadá antes de acelerar con "No More Lies",de su inicial EP, y volver a empujar al desenfreno a la abarrotada sala. "Server You Right", con Gerry Alvarez a la voz, y "No, No, No" del "Cave In", el inesperado disco que grabaron allá por el 2000, establecieron el punto de máxima actividad física y mental del que no se bajarían ya hasta el final, y ante su pregunta, quedó claro que "No No No", que también se dice igual en castellano.
El histriónico Bobby Beaton, el cantante de la voz de niño histérico, se encontró a sus anchas recreando gestualmente el "Why Me?, preguntándose una y otra vez ¿por qué a mí?, con esa sonrisa de pícaro travieso al que le han pillado en un renuncio.Con "Someone Told I Lie", la cara A de su reciente single, nos volvieron a recordar el motivo de su primera visita a Madrid en 35 años, y con "Hipnotyzed" y ese bajo de sonidos misteriosos nos mostraron otro de los referentes del garage, esa fascinación por las películas de terror de serie B. Y esta, su primera visita a Madrid, de la que era más que evidente que estaban encantados, había que celebrarla e invitaron a escena a esa leyenda del garage patrio que es Juanito Wau y aquello estalló en pedazos. Tremendas versiones en castellano del "No puedo aguantar más" de Los Furtivos y del "I Never Loved Her" de los Starfires, "Nunca La Quise" para la ocasión, ambas incluidas en el primer disco de Wau Y Los Arrrghs: "el fin de semana tiene dos días, no cuentes el domingo y no te rías"
Aquello entraba en la recta final y "Je Cherche" de los canadienses francófonos Les Lutins, dio el pistoletazo de salida y, a pesar del cansino tipo de la gorra que no paraba de berrear para que tocaran "Jack The Ripper", se descolgaron con "Things She Does To Me", otra cara B del iniciático EP, y cerraron con la versión del "Make Your Mind" de los uruguayos The Mockers, que también ocupa la cara B de su reciente single, porque el garage es muy de caras B ¿verdad?
Como aquello hacía ya tiempo que se había convertido en una pista de baile, tuvieron que volver a salir ante la aclamación unánime de eso que se llama, en ocasiones, el respetable.Tampoco hubo respiro en el bis porque, armónica en ristre, atacaron una tremenda versión del "1-2-5" de The Haunted y literalmente volaron por los aires cualquier resquicio de tregua con "Bloodhound", esa canción donde el garage y el rock'n'roll se agarran de la mano.
Y se fueron y parecía la definitiva, pero no, nada más lejos de la realidad, y se vieron obligados a volver a salir porque todavía quedaba un poco de aire para respirar, aunque se agotó rápidamente con toda la sala respondiendo a la demanda de ese manual garagero que es "You Said Yeah!". Pues eso ¡Yeah, yeah!
A la salida decía Juanito Wau que si la banda se lo pasa bien tú también te lo pasas bien, y es que el que más y el que menos se lo ha pasado muy bien en su vida viendo esas películas de dibujos animados donde salían monstruos y fantasmas horribles, horribles, horribles y absolutamente entrañables, y qué queréis que os diga, pero juraría que las chicas que estaban semiocultas detrás de la columna central del Fun House eran Wilma Picapiedra y Betty Marmol que habían ido a ver a sus vecinos Los Gruesomes, una banda de dibujos animados.