Por: Javier González
Fotografía: Pablo Vázquez Varela
Qué feeling más bueno te llevas en cada charla con el bueno de Eladio Santos, vocalista y compositor principal de Eladio y Los Seres Queridos; suena cercano, sabe moverse en varios registros y sobre todo, está dotado de una innegable retranca gallega, elementos comunes a las canciones atemporales que con tan buen tino suele facturar este combo, tan alejado de los ritmos y tiranías que la industria suele imponer.
Están de vuelta con un trabajo notable, “Academia”, un trabajo largo, de acertada producción y amplias miras, sin concesiones aparentes y lleno de matices, donde las influencias sesenteras se dan la mano con la música tradicional y la herencia de los cantautores, con el que pretenden ampliar las fronteras de unas tierras gallegas donde son muy queridos, retomando el contacto con el resto del territorio nacional, en el que sabemos positivamente que se les espera con muchas ganas.
Fieles a vuestra cita de cada tres años, volvéis Eladio y Los Seres Queridos. ¿Qué tal os ha tratado la vida en estos tres últimos años?
Eladio: Bien. Creo que nos hemos reproducido inconscientemente, tenemos más niños todavía de los que teníamos la última vez que hablamos. Nos ha ido bien, pero hemos estado unos años más metidos rodando en Galicia. Antes salíamos más fuera. De hecho, sacamos un disco durante 2017 de canciones galegas, que fue muy bien y nos ayudó a sobrevivir. Luego hicimos “Historias de Casa”, que eran discos muy “low cost”, sostenibles, pero que funcionaron muy bien, aunque no tuvieron promo, ni una gran repercusión mediática. Ahora como teníamos dinero de un patrocinio, tiramos la casa por la ventana con un disco largo, con enjundia, con muchos sonidos y canciones. Queríamos que tuviera mucho de todo y una edición bonita. Queríamos salir del universo “low cost”.
Lo primero que llama la atención es el título, “Academia”, muy en la onda de los filósofos griegos y los centros del saber. ¿Por qué motivo os habéis decantado por un título tan formal?
Eladio: Tiene gracia e historia la cosa. Yo hago siempre las maquetas en casa, pero los Seres Queridos, me dicen que les mande las canciones para ir trabajándolas. Entonces les pongo la excusa de turno, que si no están acabadas, que si quedan unas frases. Me gusta pillarles a traición, que lleguen a ensayar sin haberlas oído, porque si no vienen con ideas o me copian las de mis maquetas, pero yo quiero que aporten. Entonces siempre les puteo. Me vienen con que les diga los acordes y les contesto, “Esto no es una Academia”. El chiste fue a más. Fue cuando hice la canción que hablaba de ser feliz, entonces busqué una palabra que reuniera la vida de la banda, los ensayos, la furgoneta y los conciertos, y creo que era “Academia”. Ahí quedó la cosa. Y luego vi la foto de la portada y todo me empezó a cuadrar. Es el primer disco en que el título fue lo último, normalmente suelo tener el título antes de grabarlos. Esta vez no.
De otro lado, en tiempos de brevedad os habéis marcado un disco 14 canciones. ¿Valentía o temeridad?
Eladio: Bueno, no era una cuestión de hacerlo más largo o corto. En realidad es un disco grabado en casa, como hacen ahora muchos grupos. Hecho a lo largo de muchos años. Hay canciones de distintas épocas, que vamos tocando y retocando. Las tocamos en ensayos hasta que hay una toma bonita, entonces empezamos a jugar. Me apetecía que sonara como un grandes éxitos de un grupo desconocido. Te llama la atención por la portada, pero las canciones suenan a épocas diferentes.
Desde fuera da la sensación de que os ha quedado un disco de guitarras muy limpias, instrumentado y con clara vocación de banda de pop-rock, recogiendo la herencia de los cantautores de uno y otro lado del Atlántico. ¿Os veis reflejados en esa descripción?
Eladio: Hay muchas capas en las canciones. Me han dicho que algunas suenan como Andinas, pero sí que es verdad que soy un poco impostor. Durante toda mi vida he oído muchos tipos de canciones distintas, también mucha música tradicional gallega. Hay guitarras, todas las que tengo son de caja, acústicas, o de tipo años cincuenta, a las que no les puedes meter mucha distorsión. Luego al grabar en casa tienes que ser práctico y limpio, porque hay que tener disciplinas con los ruidos.
De todas formas, bien podríamos hablar de que habéis hecho un disco de canciones, un tópico en toda regla, al que es sencillo recurrir aquí.
Eladio: Ese es un objetivo desde el principio de la banda. Nuestra batalla realmente son las canciones, que vayan a un lado u otro sin pretensiones. Nos definimos como banda pop. Si una canción me sale como me sale, no la cambiamos. No hay pretensión de sonar a algo. Buscamos canciones buenas, con una buena armonía y melodía, punto. De hecho, en directo cambiamos las texturas y el timbre. Lo importante son las canciones realmente. Llevas razón en que es un tópico, lo dicen muchos grupos, pero también nosotros lo pensamos.
Me ha llamado la atención la delicadeza y brillantez de la inicial “Quemé una Bandera por Ti”.
Eladio: ¡Qué guay, gracias! Es la última de todo lo anterior y la primera de todo lo que viene. Tiene ese sentido de ruptura. En el video lyric que nos hizo Paco Serén de Los Piratas en casa, había una bandera quemándose, pero para que no hubiera que herir sensibilidades, decidimos quemar nuestros discos anteriores. Quemamos nuestra propia bandera, toda una declaración. Era como quemar las naves, diciendo “de aquí en adelante vamos a evolucionar”. Es una virtud que debes tener, cuando llevas quince años te puedes quedar en el método que te es más cómodo. Creo que en la música hay que ser algo valientes.
“Señores Disfrazados”, tiene un aire gallego modernista y una retranca en su letra también muy de la tierra.
Eladio: Qué curioso, tiene mucha retranca es cierto. Un día vino mi hija del colegio, muy pequeñita, debía estar en primero, diciéndome que “habían ido los reyes magos al colegio”, pero que una amiga le había dicho que “no eran los reyes, sino unos señores disfrazados”. Me quedé con esa frase. Me vi obligado a decirle la verdad, pero de una forma ingeniosa, fue como me salió, le dije “los mayores perdemos superpoderes y en vez de ver a los reyes, vemos a señores disfrazados, no somos capaces de ver la magia. Tú amiga no es capaz de ver la magia porque se hace mayor y empieza a ver como los mayores. Tú disfruta mientras puedas, porque de mayor solo verás señores disfrazados, pero son los reyes magos que viven en la imaginación”. Y me dijo “pues sí, porque me fije en la barba y parecía pelo de muñeca”. De ahí tiré toda la canción. Me encantó la historia, era muy tierna y me encantó la frase.
Me ha gustado mucho escuchar una canción como “Loco Estafador”, con su homenaje a Golpes Bajos y a Germán Coppini.
Eladio: Soy muy fan de Coppini. Bueno, todos los cantantes vigueses quieren ser como Coppini. Era el tío más cool y el más guay del mundo.
Pero era tan bueno por ser de Santander, Eladio. (Risas)
Eladio: Ostras es verdad. Bueno era norteño (Más Risas). Tenía una mística increíble. Tú ves una actuación de Coppini, el solo con un micro, y es un videoclip en sí mismo. Brutal. Tenía una expresión corporal enorme, le daba a cada frase lo suyo. Y era un letrista increíble. No tenía pelos en la lengua. Era conflictivo el cabrón. De hecho, siempre había polémica. En las conversaciones decían “era un encanto”, “no, era un cabrón”. Se le echa mucho de menos porque incluso cuando no estaba en Golpes, tenía cosas interesantes. Era un tío valiente que intentaba superarse. “El Ladrón de Bagdad”, disco en solitario suyo era tremendo, “Alien Divino” y todas esas canciones eran brutales.
Sigamos con los homenajes a gente de la tierra, suena brutal “Baixaron as Fadiñas” de Emilio Cao. ¿Cómo surgió la idea de hacer una canción así?
Eladio: Muy bien pronunciado, por cierto. Fíjate, yo creo que hace varios años reeditaron el disco en que salió esta canción. Un día alguien nos citó a los dos a Emilio y a mí. Apareció sin más, recuerdo quedar en casa de Uka, yo tenía su imagen en los ochenta cuando era niño, se parecía muchísimo a mi hermano mayor, que era quien traía sus discos a casa. Así conseguí dirigirme a él con gran familiaridad. Total que un día vino y le atraqué para que cantara con nosotros, le obligué a cantar cinco canciones. Por ahí tengo las grabaciones hechas a dos voces. Me hacía mucha ilusión hacer una canción con él. De los ocho a los catorce años escuchaba su música mucho. De hecho, en aquella época yo era gaiteiro. Sus discos inauguraron lo que se llamaba la música Celta, creo que fue un disco que editó por el año 76. Hablar con él es fascinante, viajó mucho y conoció a Dalí. Es un tipo muy humilde, al que no le gusta dar entrevistas ni nada por el estilo. Cuando hacen reportajes sobre la historia de la música en Galicia, no aparece cuando hablan de él. Todo el mundo habla y el pasa de todo. Está en casa con su arpa y dice que odia el folk, que está hasta los huevos y que quiere tocar con grupos de pop. Le encantaba Siniestro Total que le hacían un homenaje en una canción, “Emilio Cao”. Dije la saco, la pongo, aunque sea con calzador. Y ahí queda. Es un tío muy guay.
Pues si te gusta juntarte con gente amiga de Dalí, puedes contactar con Miguel Bosé. (Risas)
Eladio: Oh. Pues sí, iba por su casa, es verdad (Más Risas). Fíjate que mi hija se llama Gala como su mujer. Me gusta Dalí como personaje. Me gusta mucho como tío rompedor que decide ser él mismo y hacer el loco.
Desde “Están Ustedes Unidos”, da la sensación de que a Eladio y Los Seres Queridos ha sido más complicado seguirles la pista. ¿Por qué motivo?
Eladio: Es cierto, sí. Puede ser, no lo sé. No es cosa nuestra, la verdad. Hay muchas razones, pero quizás sea porque nos hemos hecho mayores y tenemos más familia. Luego el disco de “Cantares” nos ancló en Galicia. Nos salían bolos en teatros, nos hizo cómodos. También hemos girado pero se hizo menos promo, quizás “Orden invisible” sí tuvo algo más. “Cantares” e “Historias de Casa”, están grabados en casa y han hecho menos ruidos. Queríamos recuperar eso ahora, salir de la tierra santa. La gente de Galicia también valora que salgas de allí. Me dice gente que a ver si vamos más a Madrid. Nos encanta la meseta, el Mediterráneo y Andalucía. Somos muy turistas, además vamos por los pueblos y somos muy de parar a ver cosas. Nos gusta mucho viajar.
¿Cómo sobrevive una banda con un ritmo de edición más bien lento como es Eladio y Los Seres Queridos?
Eladio: Tenemos todas alguna cosa más de la que tirar. Yo trabajo de técnico de sonido en La Fábrica de Chocolate y hago música para cortos y publicidad. Uka trabaja en una productora. El resto son profes de música. Son trabajos que te permitan salir una semana fuera y tienes que hacer mil números para cuadrar todo. Vivimos con el agua al cuello. Hay que tirar para adelante, aunque hay épocas complicadas, pero si no arriesgas no haces nada. Siempre decimos una frase de Josele que es “Me subí a una furgoneta con catorce años y pasaron treinta más y ahí sigo”, pues similar. Ya no sabemos hacer otra cosa. Vamos tirando. Y todos somos padres de familia, no vivimos en un piso compartido. Tenemos que generar dinero. Dios aprieta, pero no ahoga. Siempre pienso, “¿seguiré el año que viene en esto?”. Siempre digo “¿pagaré el piso”, “¿podré comprar regalos en navidades?”. Vamos tirando como todo el mundo. El mundo moderno es vivir al día. Ya no hay aquello de ser funcionario para estar seguro, todo está en el aire. Una de nuestras canciones dice “Cayendo me hago viejo, de nubes me alimento”, lo dice la canción.
¿Por dónde pasa el futuro más inmediato de Eladio y Los Seres Queridos?
Eladio: El año lo tenemos ideado ya. El disco está gustando, tenemos festivales y más o menos cuatro fechas al mes cerrada. Tenemos el calendario prácticamente cerrado hasta navidad. Al año 21 llegamos. En Abril tocamos en Moby Dick, luego tenemos más cosas. Vamos tirando, ya te contaré.