Por: Javier Capapé
No podía tener mejor título el nuevo disco de Amaro Ferreiro. Un músico que siempre ha permanecido en segundo plano pero confiriendo personalidad a las canciones de su hermano mayor. Un perfecto escudero en la sombra que, por fin, tras dos discos previos en solitario, consolida su propuesta con un disco sobresaliente como éste. “Personajes Secundarios” podría considerarse un disco conceptual, un retrato social que saca a la palestra el protagonismo de varios personajes que se mueven mejor en claroscuros y les dota de una presencia privilegiada en sus canciones. Cada una de estas diez composiciones tiene a uno de estos personajes secundarios como protagonista y en ellas Amaro Ferreiro se ha permitido jugar creando ambientes diferentes y dotándolas de una personalidad propia arrolladora. Si con “La ciudad de las agujas” inició su camino de forma tímida y con resultados mejorables, y con “Biólogo” se acercó a la desnudez de la composición, aunque con cierta irregularidad, con este último disco su producción gana en empaque, consiguiendo que hasta su voz suene mucho más sólida.
Estas canciones son como diez historias con principio y final. Retratos de personas a las que el gallego les confiere por un momento el protagonismo, su minuto de gloria. Y su nivel armónico e instrumental está garantizado. Nada se ha dejado al azar en la que podría ser la mejor colección de canciones reunidas hasta la fecha por el compositor del generacional “Turnedo”. No nos olvidemos de que uno de los mayores éxitos de la carrera en solitario del mayor de los Ferreiro fue compuesto por el pequeño Amaro, aunque entre estos diez temas le haya salido a éste algún nuevo competidor.
“24H” abre el disco con un suave piano de la mano de José Mª Baldomá que va creciendo muy en la línea de temas memorables de su hermano Iván, con unos arreglos orquestales pero ajustados para no sonar rimbombantes. La canción gana claramente en la profundidad de su voz con respecto a sus dos álbumes anteriores y suena instrumentalmente más compleja que éstos a pesar de que su introducción pueda parecer más liviana. Cuando aparece el rap de Rayden en “Ángeles fósiles” nos percatamos de que este disco va a ser un cambio de rumbo constante. Esta canción rompe radicalmente con la anterior y arriesga el todo por el todo con programaciones entrecortadas entre versos afilados. En “Homicidio involuntario” provoca con un texto irónico que refleja un conocido suceso monárquico contado con gran inteligencia y reforzado en su coda final por las voces de Martí Perarnau IV y el mismísimo Iván Ferreiro. Una inteligente manera de cuestionar a la monarquía en estos tiempos grises clamando por una república factible, pero siempre desde la ironía y el humor, que nunca está de más.
“Sherpa” podría considerarse autobiográfica desde su título. Haciendo de acompañante fiel, que carga con el peso y va mano a mano del protagonista sin hacer ruido, pero siendo pieza clave de sus logros. Sus formas son acústicas y delicadas pero sin dejar de lado los sutiles toques programados. “Vota al amor” es ligera y muy guitarrera, en la línea de sus admirados Smiths, una canción que mezcla con sorna audios de Hitler y los payasos de la tele mientras nos habla de su particular visión del panorama político actual español.
Y llegamos a “Desesperadamente”, una genuina canción de pop mayúsculo, parte de la banda sonora de la película “Litus”. Lo más cerca que ha estado de nuevo su compositor de llegar a las cotas de “Turnedo”. Suena potente, apoyada por el bajo y los sintes, donde puede verse la mano en la producción de Ricky Falkner, que se ha convertido con este disco, sin pensarlo, en el personaje secundario de nuestro particular secundario, valga la redundancia. En “Madrid en la actualidad” suenan cuerdas, vientos y sintes repetitivos, previa al éxtasis comedido de “Doppelgänger”, un homenaje a la serie Twin Peaks y a nuestro propio lado oscuro (¡¡cuántas referencias a la ciencia ficción hay en la carrera de estos hermanos!!), donde el sintetizador de fondo mantiene el pulso de la canción. No necesita mucho más. La guitarra entra en el estribillo pero sin cambiar el clima, subiendo en la parte final. Amaro canta espléndido en este tema y consigue emocionar a todos los que la escuchan.
El disco se completa con “Adorado pez”, cuyo martilleo de guitarra y ritmo seco no consiguen engancharnos tanto después del monumento en el que se ha convertido la canción anterior, pero que encuentran cierta compensación con la suavidad de “Meigallo”, en la línea del cantautor folk, donde además tuerce la mirada hacia sus orígenes gallegos con eso de hacer referencia a las meigas y al encantamiento del amor.
Después del proyecto “Hijos del Mediterráneo”, que dirigió el propio Amaro unos meses antes y en el que participaron muchos de sus amigos y compañeros de profesión, este disco le confirma como un músico íntegro, buen conocedor de las claves de la composición, que de no ser por estar a la sombra de Iván lo podría consolidar como un artista de primera en muchos de los festivales de nuestro país. Tendrá difícil desprenderse de la etiqueta de hermano menor o personaje secundario, pero estas diez canciones demuestran con creces que su talento está fuera de toda duda y que su progresión, ya no sólo como músico sino como intérprete, ha llegado a unas cotas reverenciales.