Por: Artemio Payá
Vuelven los chicos malos de Atlanta, aunque si nos paramos en pensar ni son tan chicos tras dos décadas en activo ni son tan malos, y la época de reventar escenarios la han dejado atrás. Lo cierto es que en su anterior trabajo (“Satan's Graffiti or God's Art”) empezaron a dar muestras de asfixia compositiva y la fórmula no funcionaba, resultando un disco totalmente irregular y falto de chispa salvo alguna contada excepción. Sumando a todo esto la marcha de Jack Hines todo parecía indicar que habían perdido el mojo.
Pero no amigos, perder es posible que pierdan algunos de sus fans más punkers, pero desde luego este nuevo elepé ha supuesto una gratísima sorpresa. Han marinado divinamente “Bringing It All Back Home” con los vapores de “Exile on Main Street” y le han dado otra vuelca de tuerca a su sonido para encaminarse en su noveno trabajo hacía el country garagero. Y el traje les queda fetén.
Tampoco vayamos a pensar que han maqueado su sonido para tocar en el Ryman Auditorium, la cabra tira al monte y las canciones siguen mordiendo y siguen oliendo a cerveza y tabaco aunque ahora están hechas para ser tocadas en Tootsie's en vez de en el CBGB. Eso sí, las tocarán en pantalón corto con camiseta cutre y cabrearan a los puristas del country como ya hicieron en su día con los garageros ultraortodoxos.
La cosa empieza a todo trapo, los Stones mas chuzos en el ambiente y una elegante eléctrica. En “Hooker Jon” suenan más tranquilos pero siguen apretando los dientes y desde luego conservan la ironía de siempre (“You're like a retarded Isaac Newton in Johnny Appleseed's mind...”) mientas nos cuentan una historia de perdedores. En “Chainsaw” tiran de outlaw de manual y en tercer corte ya se despachan un hit como la copa de un pino que suena a tiempos pretéritos (“Rumbler”).“Holding Me, Holding You” suena de perlas y te los imaginas tocando con un traje de Nudie Cohn lleno de lamparones en una fiesta que en la que se cruzan con un “Genteleman” preguntándose que mierdas hace un enano saltando de un cubo de basura vestido de cowboy Congolés ( !!!). Obviamente eso sólo puede acabar en una resaca con aires velvetianos llamada “Get it on time”.
La cara B empieza pletórica con “Angola Rodeo”, una relamida road-song de vuelta a su ciudad (“Georgia”) y otro hit marca de la casa para compensar: “Odelia”. Para el final dejan dos cortes que suenan a los primeros Black Lips ( las correctas “Dishonest Man” y “Live Fast Die Slow”) que acompañan a un fantástico medio tiempo llamado “Locust”.
Por mucho que hayan bajado un peldaño la distorsión parece que The Black Lips siguen en plena forma y siguen entregando discos de los que apetece poner una y otra vez. Bravo.