"He sido muy afortunado porque me he ganado la vida con la radio."
Por: El Giradiscos
Sobre Carlos Pina se pueden decir muchas cosas; la primera de ellas que ha sido y es vocalista y alma mater de Panzer, una de nuestras bandas de heavy más reconocibles. Aunque quizás para el gran público su nombre esté más ligado a Rompehielos, Bienvenidos al Paraíso y Música en Negro, el programa dedicado al rock que durante largo tiempo dirigió con tino en Radio 3, hasta la purga política que cierto infame mal gobierno decidió llevar a cabo años atrás, acabando con buena parte de nuestros locutores más míticos fuera del ente público.
Pero sobre todo del señor Pina hay una cosa que resaltar, que va mucho más allá de sus anécdotas con los grandes dinosaurios de nuestra música, y es la bondad de la que suele hacer gala, lo que unido a su buen trato, hacen que cualquier rato de charla con él se convierta en un momento lleno de cercanía y calidez.
Como no podía ser menos, cuando le planteamos formar parte de este ciclo de entrevistas mostró en todo momento su disponibilidad a la hora de formar parte de nuestro pequeño homenaje a estos más de diez años que nos contemplan, y en los que hemos tenido el placer de publicar algún que otro pequeño texto donde nos iluminaba con su clarividencia de viejo rockero.
Igual que se pregunta si vinilo o CD, y en tu papel de profesional del gremio, ¿qué virtudes, y lo contrario, encuentras en la prensa digital y en la escrita?
Carlos: No leer es parte del momento, un tremendo error, por lo tanto la prensa escrita está teniendo problemas. La era visual lleva poca letra y quiere engañar con un marketing desproporcionado y borrar así la idea personal de tu razonamiento. Leer en papel es historia, pero en digital parece peor ante la avalancha de información visual. Ahora hay nuevos formatos de revistas “musicphotosexandtrips” online y anuncios breves con los que resulta difícil competir. Si fuera una revista musical, saldría en clave de novela adolescente y vendería música mejor. Tal vez, quién sabe. Hay que seguir escribiendo para crecer, para avanzar como músicos frustrados, locos, arriesgados, como personas, poetas y novelistas. Que no pare la imaginación, para saber leer entre líneas o entre imágenes nocivas. Para cuando llegue el gran apagón y haya que leer en un periódico viejo que el mundo terminó hace cincuenta años y enterarnos de una vez por todas de que somos unos capullos.
En los últimos años ha habido una enorme proliferación de todo tipo de webs, blogs, de temática musical, ¿la irrupción de tanta oferta es algo siempre positivo o tiene algunas desventajas esa posible saturación?
Carlos: Hay saturación de información pero es una etapa de autoproclamacion del yo como músico frustrado. Hay más personas emocionadas con tener un proyecto de comunicación que músicos, es buenísimo para difundir lo que se cuece en nuestro país. Todo el que escribe utiliza una terapia o una debilidad. Es una de las cosas más saludables que existen en este mundo, escribir. Una actividad contigo mismo sacando miedos y rabias que algunos vomitan contra los músicos que le caen mal. Creo en la libertad pero algunos se les va la olla. Con el tiempo te haces persona y empiezas a saber más sobre ti y sobre la gente. Te vas cultivando y aprendes a escribir. En ese momento es cuando merece la pena que te lean. Cuanto más se escriba de música mejor. Hay que ahondar en la realidad de los músicos, sus circunstancias y en la triste miseria de algunos medios sin ética.
Y en ese mundo donde la manera de escuchar música es mucho más atomizada y el disco ha desaparecido casi como concepto, ¿qué papel crees que debe de jugar el periodista/crítico musical en la actualidad?
Carlos: El periodista musical, es una especie de gurú maravilloso que te orienta, te descubre y te ilusiona con algo nuevo. Importante que dirija sus apreciaciones sin dejarse manipular. Hay que vivir, lo sé. Pero es mejor ser libre e independiente además de estar cualificado para destrozar a un músico, mejor no destrozar a nadie. La música por muy mala que sea siempre llega a alguien. El periodista debería de estar motivado por la inquietud de seguir comprando discos. No querer ser más importante que el artista como base primordial. Yo siempre he escrito sobre discos que me gustan. Si no te gusta algo mejor que escriban otros, ¿no? Si un disco no me gustaba, no escribía sobre él. Pero si no te queda más remedio que escribir sobre un trabajo de un artista que no te gusta, habrá que ser consecuente, y preguntar al que sabe y a quien le gusta. Todo puede ser malo o bueno depende con qué lo compares.
Dada esa evidente falta de relevo generacional en el interés por la prensa musical, ¿crees que se trata de una cuestión cultural por parte del lector o existe un desapego de la prensa por los intereses más populares?
Carlos: Cuesta más hacer una revista o periodismo en papel que una radio online. He almacenado revistas New Musical Express, Vibraciones, Popular 1, Mercantil, Heavy Rock…. y a medida que la música pasa a ser utilizada como reclamo para vender ordenadores desde las cadenas de bancos y por las grandes plataformas en donde lo tienes todo, la gente pierde el interés. Por consiguiente dejan de leer sobre música, de comprar, de interesarse., L@s chic@s no necesitan que alguien l@s dirija, eligen sin complejos lo que les gusta, acorde a su edad y momento. Antes nos dejábamos más en brazos de quien nos hablaba de música sin intereses personales. Más que nada porque el rock nos sorprendía, llenaba, hipnotizaba. Ahora hay opciones infinitas. La música está triturada por la sociedad y carece de llevar la rebeldía y la ruptura en su genética porque se la han extirpado para ser solamente un producto bien acabado y envuelto. Ahora el móvil es la llamada del más allá de uno mismo y el crítico pasa a un segundo plano, se esfuma de la escena. Y parecido pasa con el programa de radio. No hay apenas tiempo para nada.
¿Y cuál es tu percepción respecto al espacio, y al contenido, que se le otorga a la cuestión musical en esos medios generalistas?
Carlos: Tengo la sensación de haberse convertido en una sección por compromiso con la cultura. Nunca se ha cuidado salvo en algún periódico por intereses económicos. Solo hablarán de los más vendedores a título comercial en una industria que se ha fagocitado. Y en los informativos de tele, solo hablan de un músico a su muerte, con la salvedad de no haber puesto jamás un vídeo de dicho artista en programación musical desconocida porque no hay.
¿Dónde situarías tus primeros recuerdos en los que pensabas que te gustaría ser quien firmara tal o cual artículo?
Carlos: En New Musical Express. Aunque al principio solo veía y sentía la música en el corazón. Después parecía que había que contarla, nada más lejos ya que la música es para sentirla. Pero si alguien mayor que te sugería algo, ibas a por ello. Y desde ahí surgió la manipulación…..bla...bla.
Y dentro de esa ya larga carrera en diferentes medios, ¿cuál es el momento, el comentario o la situación, que con más cariño y/o emoción recuerdas?
Carlos: Cuando Manrique me hizo alguna sugerencia de manera afectuosa con mucho tacto. Le tengo cariño y respeto. Y dicho así, como él dice las cosas, es una enseñanza. He aprendido y me gustó de Ordovàs su forma de engrandecer su entorno musical dando prioridad a los músicos por encima de todo y de Antonio Fernández tengo gran recuerdo también. No me quiero olvidar de Santi Alcanda. Cuando era adolescente escuchaba Musicolandia un programa de Vicente Romero. Hendrix era liberador.
¿Y el momento o situación que siempre has soñado que te gustaría que se produjese?
Carlos: Cuando la cantante de Rockbitch se subió la falda antes de comenzar la entrevista... y cuando bailé unos pasos con Jhon Lord en Estambul, cuando entrevisté a Paul Rodgers, Lemmy... lo cuento en un librito que verá la luz próximamente, eso deseo al menos.
Me gustaría volver a Radio 3 cuando sea considerada como se merece.
Si se puede contar, ¿cuál ha sido ese personaje (del ámbito musical) con el que te has topado que sin esperarlo te haya sorprendido gratamente y por qué?
Carlos: Un abrazo de Angus Young en batín tras su actuación en Madrid, testigo Domingo J. Casas. Jesús Ordovás por defenderme en Radio 3. Y Fernando Argenta por confiar en mi. Hay un personaje formado por muchos corazones, los oyentes y los lectores ellos son lo mejor que me ha pasado, cuando tienes su respeto no hay nada mejor.
Otro aspecto consustancial, por la propia esencia del aspecto musical, es el factor social, las amistades… ¿crees que a veces en la forma de realizar la tarea informativa se impone demasiado ese aspecto frente a una mirada más profesional, más objetiva?
Carlos: Si somos sinceros no hay porqué tener esas inquietudes malsanas. Los amigos están para ayudarse y no para tapar sus errores. Cada cual tiene que darse cuenta de los suyos. Yo no he puesto discos de mis amigos porque eran realmente malos y me ha jodido, pero no los he puesto. Hay cosas por las que no podemos pasar. Es como comprar medallas para que los perdedores no se sientan mal.
¿Qué valoración haces de esa necesidad de información al instante frente a los textos con más calma y reposados?
Carlos: He leído crónicas en periódicos desastrosas y otras fantásticas. Todo depende del escritor. A veces es mejor a las bravas y otras más reposadas. Depende del huracán sonoro que hayas visto. Lo bueno es escribir sobre la marcha y contar lo que sientes, después añades con tranquilidad y haces un remix. Y la información al instante tiene que hacerla alguien preparado, que no se vaya haciendo pajas mentales ni autoproclamándose el rey o la reina del mambo. No me imagino un cronista de guerra contando idioteces.
Hoy en día, todos sabemos, creo, qué tipo de artículos son los más leídos o los que tienen más repercusión, ¿de qué manera lidias con esa corriente que propugna por encima de cualquier otra consideración la polémica, el ruido en redes; la imposición del clickbait, etc…?
Carlos: Los eslóganes baratos: Compra o muere, Brutales, Arrasadores, incluso siendo verdaderamente cierto son relativos. Me gusta el relato íntimo sobre el artista para conocer el trabajo o la genialidad. Lo mejor es profundizar.
Sabemos que económicamente ésta no es una profesión bien pagada, es un hecho. ¿Compensa al menos en parte el esfuerzo, el poder dedicarte a tu pasión que es la música?
Carlos: He sido muy afortunado porque sí me he ganado la vida con la radio. Y estoy muy orgulloso de todas las personas que he conocido, compañeros, amigos, enemigos y artistas a los que he entrevistado. Tenemos que aprender de la realidad. Un hobby es una pasión y puede que te dé más alegrías que una profesión, por el tema de caer en emisora o revista con ciertos intereses comerciales exclusivamente.
Carlos Pina es también Carlos Panzer, vocalista y compositor de la mítica banda heavy madrileña. ¿Qué diferencias ves entre estar a uno u otro lado de la silla de entrevistador/entrevistado?
Carlos: Con el grupo nunca he ganado lo suficiente para vivir, pero fue clave para llegar a Rne. Con la radio pude sacar a mi familia adelante. Y por ello me siento feliz. Me hubiera gustado quedarme en R3 pero me dijeron que tenía que firmar e irme porque sería mejor para mí, ya que la radio entraría en una etapa negra. Sin embargo ahí sigue, me alegro por quienes están ahora llevándola donde se merece. Solo digo que me gustaría seguir allí. Adoraba mi trabajo. Espero que R3 algún día sea una emisora al nivel de BBC. Ahora está desatendida.
¿Disfrutas más sobre las tablas o haciendo programas o textos que hablen de música?
Carlos: Las tablas son palabras mayores. Amo las dos cosas. Hacer radio es muy cómodo. Para cantar y tocar tienes que prepararte, sentirlo y lograrlo. Y en Spain es un camino de problemas continuo, tan duro que se convierte en un hobby.
¿Qué valoración haces del trabajo que desempeñamos en El Giradiscos?
Carlos: Muy positiva, porque es ágil y directo. Y sois conscientes de quiénes sois, sobre todo tú que sé que has comprendido lo que ocurre aquí. Eres consciente de la realidad. En la música toca hacer caso a las inquietudes musicales vengan de donde vengan. Gracias Javier and family por tu apoyo.