Por: Txema Mañeru
El veterano pianista Chick Corea regresa de nuevo al mejor jazz clásico, y sus muchos seguidores lo celebran. Lo hace en estado puro, en cálido directo y en su formato preferido, el de trío. Además acompañado por dos auténticos titanes de sus respectivos instrumentos. Brian Blade en una impecable batería que salta de los momentos más sutiles a los más rítmicos y vivos sonando a la perfección en ambos casos. En el contrabajo, uno de los mejores con dicho instrumento en el nuevo milenio, Christian McBride, quien ya lleva muchos años siendo fiel escudero de Chick Corea. De hecho cuando Corea y John McLaughlin nos visitaron en el Palacio Euskalduna hace 11 años, ya nos deslumbró gratamente. Aunque es cierto que brillaron ambos protagonistas y también el brillante saxo de Kenny Garrett.
Hace cinco años Chick Corea se hizo acreedor de dos merecidos premios Grammy por “Trilogy” Concord Jazz / Distrijazz). Disco que realmente sigue siendo una gozada. Ellos también gozaron con la grabación y se pusieron a girar para defenderlo. Y eso es lo que trae un todavía mejor “Trilogy 2” (Concord Jazz / Distrijazz), en el que llevan la aventura aún un poco más allá. Una buena presentación para un triple digipack con un muy buen libreto de 16 páginas y más de dos horas de ágil y variado jazz sin fronteras.
No hay que olvidar que Corea se formó con grandes de la música latina como Mongo Santamaría o Willie Bobo, al igual que con figuras del jazz como Stan Getz y Miles Davis. Con este último ya adquirió un prestigio creciente que aumentó al formar Return To Forever junto a Stanley Clarke, convirtiéndose en estandartes del jazz-fussion junto a los Weather Report. Por eso, en “Trilogy 2”, aunque en formato básico, tenemos un poco de todo esto. Lo bordan con algunos standards del género. Es el caso del arranque con "How Deep Is The Ocean" de Irving Berlin y sus casi 13 minutos que comienzan con la paz absoluta de su piano Yamaha. Entra el trío y se sale , habiendo varios momentos para McBride sin desperdicio alguno. Con Thelonious Monk hacen doblete. "Crepuscule With Nellie" está lograda pero me gusta todavía más el guapo ritmo y los fraseos al piano de Chick en "Work". Todavía en el primer compacto suena realmente bella el "But Beautiful" de Van Heusen. Pero la cumbre en este apartado la logran ya en el segundo y superior compacto, con los más de 11 minutos del "All Blues" de Miles Davis. La mayoría de ellos rolando raudos y audaces.
Se acercan también a otros compositores más recientes e incluso algo alejados del jazz. Es el caso del "Pastime Paradise" de Stevie Wonder con su pegadizo ritmo. En este tema McBride se sale tocando el contrabajo con el arco. Antes, el segundo compacto también lo abren con los más de 11 minutos del "Eidertown" de un Steve Swalow cada vez más prestigioso. Lógicamente no faltan tampoco algunos de los temas más emblemáticos del propio Chick Corea, que además de perfecto instrumentista es un consumado compositor. Recurre a temas de amplio bagaje para jugar con ellos como les viene en gana. El primero en aparecer es "500 Mies High", que sus 11 minutos te llevan muy arriba realmente. "La Fiesta" cierra el primer compacto de manera trepidante y genial y sacando alguno de sus toques latinos. La bomba son los más de 16 minutos de "Now He Sings, Now He Sobs". Finalizaránn con dos buenos temas de Joe Henderson y Kenny Dorham el mejor disco en directo de jazz de los últimos años. ¡Obligatorio!