“Hay un vacío terrible de música en los medios tradicionales”
Por: El Giradiscos
Fotografía: Desi Estévez
Por: El Giradiscos
Fotografía: Desi Estévez
Si un día nos decimos lanzarnos a la aventura de escribir sobre música hace diez años fue por la pasión que en nosotros inocularon un montón de amigos desconocidos; músicos de toda índole y condición de clara militancia pop-rockera, que desde nuestras más tierna infancia venían sonando en el tocadiscos de casa, clara herencia paternofilial, o en las por entonces tan valoradas radiofórmulas, que pese a oscuros intereses se demostraban libres de prejuicios hacia determinados géneros.
En ambas tesituras recordamos la figura de Mikel Erentxun, ya fuera al frente de Duncan Dhu o defendiendo una siempre consistente carrera solista, desde el fantástico “Naufragios”, que tantas veces giro en vinilo en el salón de casa cuando solamente era un niño.
Es por ello que nos hace especial ilusión haber podido contar con su presencia para la celebración de los diez años que nos contemplan. Afable, locuaz y cercano accedió a coger nuestra llamada telefónica para regalarnos un entrevistón con el que seguir agrandando su leyenda en nuestros corazones.
En estos últimos años ha habido una enorme proliferación de todo tipo de webs, blogs, de temática musical, ¿la irrupción de tanta oferta es algo siempre positivo o tiene algunas contraindicaciones esa posible saturación?
Mikel: Nunca puede haber saturación de información musical. De hecho creo que es necesario porque hay un vacío terrible en los medios tradicionales. Cuando empecé en la música había mucha en papel, en televisión y en radio, ahora no es así. El vacío lo ocupan las nuevas tecnologías que creo que son muy necesarias. Internet y las páginas webs permiten la especialización, te dejan llegar a sitios donde en formato físico no era posible. Creo que no se debe hablar de saturación ahora mismo.
En un mundo donde la manera de escuchar música es mucho más atomizada y el disco ha desaparecido casi como concepto, ¿qué papel crees que debe de jugar el periodista/crítico musical en la actualidad?
Mikel: Pienso que el mismo de siempre. Efectivamente todo ha cambiado, para mí, como apunte personal, a peor. No porque ahora la industria de la música genere menos dinero, porque se venda menos, sino porque soy un ferviente defensor del soporte físico. Me da mucha pena que los discos se hayan quedado como mero atrezzo decorativo, como reclamo para los muy fans y coleccionistas. Es una pena. Pero bueno mejor algo que nada porque si no hubiera desaparecido totalmente. Por suerte hay un público muy pequeño pero muy fan que permite a las compañías editar en vinilo. De hecho parece que desaparecerá antes el cd que el vinilo. Dicho esto creo que la labor del crítico musical es la misma que antes aunque los medios hayan cambiado, debe dar a conocer las canciones y entrevistar al músico que saca disco. Su función no ha cambiado mucho. Lo que ha cambiado es que quizás antes la prensa especializada era eso, prensa especializada. Ahora al ser relativamente sencillo escribir desde casa, hay mucha gente que no está preparada. Imagino que a la gente preparada no le hace mucha gracia el intrusismo. A mí últimamente me han hecho entrevistas con un iPhone delante para una web local con un desconocimiento brutal de mi carrera. Se llegan a hacer cosas que ni en los tiempos del fanzine. Para el crítico riguroso, de siempre, las cosas no deberían cambiar.
¿Mantienes cierta rutina o tradición de acercarte a determinadas publicaciones musicales o accedes de forma esporádica por informaciones o artículos que te llegan o interesan?
Mikel: Las dos cosas. A veces llegan cosas de rebote a través de redes sociales que te llevan a artículos de revistas digitales, reseñas y otras noticias. O también artículos de revistas de papel que tiene su formato digital. También ocurre que a veces se buscan directamente porque quieres saber algo de un artista determinado y vas directo a una web que has visitado antes y te gusta.
Dada esa evidente falta de relevo generacional existente en el interés por la prensa musical. ¿Crees que se trata de una cuestión cultural por parte del "nuevo" lector o existe un desapego de la prensa por los actuales intereses más populares?
Mikel: Efectivamente es así. Hay una falta de interés. Tiene mucho de las dos cosas que comentas. Hay un desinterés por la cultura en mayúsculas en general y por la música en particular. Más allá de bajarte la canción que te gusta a través de Shazam, o que a lo mejor la compran por otros medios si tienes algo de suerte. Ahora falta una cultura de ver qué ha salido. Saber que ha salido el último disco de Coque Malla, buscar qué dice determinado crítico, porque confíes en él y si le gusta ya sabes que te gustará. Antes eran así las cosas. Ibas a tu revista de referencia, de la que te fiases, y con esa crítica tenías una opinión del disco. Eso ha desaparecido. No sabes nunca qué ha ocurrido primero, si ha desaparecido la referencia de cabecera y por eso no hay gente que lo siga, o al no haber gente que lo siga ha desaparecido la revista. En cualquier caso hay una total desconexión entre la calle y la cultura.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos o contactos con la prensa musical desde la perspectiva de fan y consumidor?
Mikel: Si toca retrotraerme a la infancia tocará hablar del “Súperpop” que fue mi primer contacto con la música. De ahí ya salté a hacerme socio de un fan club de Elvis donde mandaban un fanzine cada cuatro meses que venía de América. Creo que fue la primera vez que me suscribí a algo. Luego llegaron revistas con más contenido. En España teníamos el “Rockdelux” o “Popular 1”. Si alguien venía de Londres traían el “Melody Maker”, “New Musical Express” y “Rolling Stone”, pero desde América antes de que tuviéramos la edición de aquí. También los periódicos tenían su sección de cultura que era bastante interesante, “El País” tenía un suplemento muy bueno. Revistas como “Primera Línea” daban importancia a la música con reseñas y entrevistas. Esto ha ido cayendo hasta parecer que no tiene fin. He asistido a la muerte del “Rolling Stone” en su edición nacional. “Efe Eme” dejó de editarse en papel. “Rockdeluxe” se ha convertido en una revista muy cerrada, de tendencias. Yo he sido portada y luego no me han vuelto a mentar en mi vida. No he vuelto a salir más cuando hace treinta y cuatro años fui portada, es algo curioso. El “Ruta 66” es una revista que me gustaba mucho aunque ahora es casi testimonial, incluso “El Gran Musical” en su última época era una revista con gran rigor, tenía una encuadernación cuidada, chula, de lomo gordo. Todo ha desaparecido progresivamente desde hace diez o quince años. En el cine se aguanta. Ahí está “Cinemanía” o “Fotogramas”, que llevan un porrón de años dando guerra.
Da la sensación de que ciertos ámbitos del aspecto musical han quedado reducido a un gueto para unos pocos, lo que un amigo denominaba público “yonqui”. Las revistas, los discos, el vinilo…
Mikel: Yo soy un “yonqui” totalmente, lo que ocurre es que ahora estamos de suerte. Hubo un vacío entre el año 1998 y el 2008 más o menos, que se dejó de editar en vinilo, en Warner, mi compañía, no lo veían rentable. Y de repente con la crisis y la aparición del público que estamos denominando “yonqui” volvieron a reeditar en vinilo. Como artista es algo que me encanta y como consumidor puedes volver a comprar agujas, hay platos en las tiendas, hasta en las Fnac las tienen. Ahora es algo muy sencillo.
El otro día hablaba con Alex Cooper de tu primera banda, los Aristogatos, de la que se confesaba fan.
Mikel: Nos conocimos hace poco en un festival, hará cosa de dos meses, y me contó que habíamos ido al mismo colegio. Yo no sabía que él era de San Sebastián, de hecho le relacionaba con León, que había estudiado en el colegio de los Jesuitas. Había ido al primer concierto que dimos Los Aristogatos. Me confesó que desde entonces me admiraba mucho. La verdad es que tuvimos una conversación realmente interesante.
Hablando de los inicios de tu carrera musical, ¿cómo fue la relación con la prensa musical, tuvisteis rápidamente apoyo, costó que os hicieran caso?
Mikel: En la época de Los Aristogatos no teníamos prensa, éramos un grupo local y lo más que hicimos fue grabar una canción que se incluyó en un recopilatorio. Tuvo un cierto eco en el periódico local, en el “Diario Vasco” y algún que otro medio de aquí. Con Duncan Dhu enseguida tuvimos repercusión, desde el comienzo, empezamos a tener la atención de fanzines, “Ruta 66”, “Rolling Stone”, de la prensa especializada en general, sobre todo de la más alternativa. La primera que sonamos fue en Radio 3 en el programa de Jesús Ordovás, “Esto No es Hawai”, lo que nos situó en un sitio muy concreto. La verdad es que tuvimos suerte. El éxito no fue inmediato pero sí hubo buena relación con la prensa y radio desde el primer momento.
Y dentro de esa historia de la relación con los medios, ¿cuál es el momento, el comentario o la situación que recuerdas con más cariño y/o emoción?
Mikel: La primera vez que sonamos en la radio fue un gran momento. Recuerdo que en la primera entrevista a Duncan Dhu estábamos solos Diego y yo, pero no llevábamos el disco sino la maqueta, fue en el programa de Jesús Ordovás que comentábamos anteriormente, lo hacía a la noche. Pero de eso no tengo un recuerdo tan claro como del día que se estrenó el primer single físico de Duncan Dhu que fue “Casablanca” y lo estrenó Alfonso Pérez, que era el director de Grabaciones Accidentales, también en Radio 3 pero a la tarde, en el programa que tenía Diego Manrique. Nos avisó para darnos la noticia y recuerdo estar en casa con la radio encendida. Eso sí que lo recuerdo muy bien porque fue un momento muy bonito.
¿Han sido parte las revistas -o cualquier otro formato- de tu educación musical? ¿Te han servido para conocer y/o descubrir cosas?
Mikel: Históricamente han sido fundamentales. Ahora puedes descubrir una canción navegando por Internet, por lo que es más fácil o tienes más formas, pero antes se hacía escuchando programas de radio especializados, que había bien pocos o bien leías prensa. Otra buena forma de conocer discos era teniendo en tu ciudad una tienda de discos de calidad, cosa que nosotros teníamos. En Donosti estaba Discos Ugarte, donde ibas para encontrarte con gente que sabía de verdad, con ver qué vinilo estabas viendo sabían buscarte la influencia. “Si te gusta esto, te gustará aquel disco”, te decían. En Donosti en aquella época había muchos discos de importación, ya que en la prensa británica te descubrían un montón de cosas interesantes.
¿Crees que existe posibilidad de revolucionar la prensa escrita hablando con los músicos desde otro enfoque? ¿O más bien crees que está todo tan trillado que estamos condenados a repetirnos una y otra vez? ¿Cuánto daño crees que han hecho las rondas de entrevistas concentradas en unos pocos días, donde tenéis que responder siempre a lo mismo?
Mikel: Es posible que esté todo muy machadado, la verdad es que es muy posible. Ocurren dos cosas, de un lado lo que comentas, murieron las ruedas de prensa, que era muy práctico. Pero la gente no hacía preguntas cuando llegaba el momento, porque nadie quería que le pisaran la suya. Eso llevó a hacer la ronda de varios días de promo, donde el artista acaba aburrido de contestar lo mismo. Si el entrevistador no es muy bueno, la cosa pierde interés. Por otro lado en mi caso, cuando llevas treinta y cuatro años de carrera, con veintitantos discos a tus espaldas, entiendo que es difícil despertar el interés de nadie. Eso solo lo salva un buen entrevistador que sepa sacar al entrevistado enfoques distintos. O alguien que por tener una credibilidad fuerte haga que la entrevista valga por si sola por su mera firma.
También es cierto que las entrevistas musicales han pasado a englobarse en el cajón de sastre de la sección cultura, lo que hace que muchas veces os tengáis que enfrentar a gente que no conoce vuestras carreras.
Mikel: Como artista cuando estoy de promo agradezco ser entrevistado por alguien que se ha currado la entrevista. Esto parece una tontería pero cada vez lo es menos. De cada diez entrevistas que hago, ocho me resultan absurdas. Son de gente que le han mandado cubrir algo sin saber ni quién soy. Quizás saben quién soy pero no saben que he sacado disco o ni tan siquiera se lo han escuchado. Que te hagan una entrevista como la última que mantuvimos nosotros, con gente que se ha currado las preguntas y ha oído el disco es maravilloso. Gente que sabe que te pregunta por un disco del que tiene algo que preguntar ocurre muy poco. Hay veces que le dices al entrevistador, “Hostía, te has escuchado el disco” con ilusión, como si fuera algo raro. Antes era inviable que nadie fuera sin oír el disco, ahora es algo general. También es cierto que no hay plumas de renombre como las que había antes, no hay relevos de un Manrique de un cierto cache y prestigio.
Personalmente creo que hay mucha gente haciéndolo bien y luchando por darle valor a la música desde el sector de la prensa.
Mikel: Te hablo que antes había gente que escribía en el suplemento de “El País” y te leían dos millones de personas.
Creo que hay gente muy buena Carlos H. Vázquez, César Luquero, Kepa Arbizu, que es de la casa, o Arancha Moreno, por citar unos pocos.
Mikel: Yo no dudo de que haya buenos periodista, lo que pasa es que ya no es un sector que interese. No mueve gente ni dinero, por lo que no tiene la repercusión que tenía antes. Las páginas de música en un periódico ocupan nada en contraposición con la sección de política, economía y fútbol entre otras. Quizás un día en apartado de cultura hablan de un músico, con suerte pero no es lo habitual. Es una pena, pero es así.
Eres un escritor de canciones prolífico y sensible, ¿nunca te has planteado llevar esa afición literaria al ruedo periodístico como hace Lapido?
Mikel: No, pero me encantaría. Tuve una época de mi vida que tuve un blog, antes de la proliferación de las redes sociales, cuando todo el mundo tenía su blog y su web. Hablaba de cine y de música. Me encontraba muy a gusto. Lo que ocurre es que nunca fue más allá. Claro que me encantaría. Escribí alguna columna muy concreta, pero nada representativo, todo eran cosas muy pequeñitas
¿Quizás en un futuro escribir la autobiografía de tu vida?
Mikel: Hay un par de libros que tocan mi historia, aunque sí me lo he planteado. En muy poco tiempo y muy reciente se publico la biografía de Duncan Dhu de Javier Escorzo, “Hoy el Viento Sopla más de lo Normal”, además de una mía que escribió Ana Lucas, “Mikel Erentxun. Una Cosa y la Contraria”. Me ha dado píe a pensar seriamente en hacer algo, un libro para hablar de mí, más sentimental. Escrito de mi puño y letra. Estas dos son muy objetivas y de datos. Están genial pero me gustaría hacer algo más profundo, más íntimo. Es algo que tengo en la cabeza. No lo descarto. La biografía de Ana Lucas es muy rigurosa y me serviría como guion. A veces comienzo a olvidar cosas de mi cronología. Tengo muy buenos recuerdos de unas cosas y de otras no tanto.
¿Qué valoración haces tú de la función que hacemos desde El Giradiscos? ¿Cómo has visto nuestra evolución en estos diez años?
Mikel: La verdad que os he conocido hace unos años, sobre todo a raíz de mi trilogía en los últimos seis años. Me gusta lo que hacéis. Las dos únicas revistas que suelo mirar de forma asidua, en las que busco cosas, son Efe Eme y El Giradiscos. Creo que hacéis un papel fundamental. Las entrevistas que me habéis hecho han sido rigurosas, las que he leído de otros artistas también lo son. Entiendo que todos vosotros lo hacéis mientras os dedicáis a otras cosas. Cuando empecé la promo de mi último disco, la gente de Warner me habló muy bien de vosotros. Me consta que sois una revista que cuidan y miman. Hay muy pocas revistas ya sean físicas o digitales que cuiden las entrevistas. Es algo que la compañía valora pero también el artista. Os desearía que crecieras lo justo para poder profesionalizaros y tener muchos más medios. Me gustaría mucho que fuerais más grandes, pero no sé cómo se hace eso.