De entre los grandes nombres del periodismo musical de nuestro país resalta en estos últimos años la figura de Juanjo Ordás, colaborador habitual en revistas como Efe Eme o Popular 1, que en los últimos tiempos ha firmado maravillosas e intensas obras dedicadas a figuras de la magnitud de David Bowie y Bunbury, demostrando que a nivel de conocimientos musicales y meticulosidad pocos pueden hacerle sombra.
Para nosotros es un inmenso placer que Juanjo haya aceptado la invitación de venir a celebrar nuestro décimo aniversario, en el marco de una conversación sincera e interesante, que no hace sino acrecentar nuestra admiración por unos de los periodistas musicales más interesantes del actual panorama.
Igual que se pregunta si vinilo o CD, y en tu papel de profesional del gremio, ¿qué virtudes, y lo contrario, encuentras en la prensa digital y en la escrita?
Juanjo: Yo creo que todo cabe y que ambos tipos de prensa cumplen el mismo papel. Ambas pueden ser más o menos inmediatas, más o menos profundas. Se decía que la prensa escrita era más adecuada para leer artículos largos, por eso de que es más reposada, pero el ser humano está en un proceso de cambio, de asimilación de unas tecnologías que siguen siendo muy nuevas y pronto estaremos habituados a leer textos largos en digital aunque la prensa escrita siga teniendo su encanto. Ambas convivirán durante muchos años más.
En los últimos años ha habido una enorme proliferación de todo tipo de webs, blogs, de temática musical, ¿la irrupción de tanta oferta es algo siempre positivo o tiene algunas desventajas esa posible saturación?
Juanjo: Yo creo que es bueno. El mundo de la música es muy amplio y está bien que haya webs o blogs que lo cubran y que haya ópticas distintas. Me gusta lo riguroso de algunos medios y hasta lo frívolo de otros. Al final lo que importa es que la gente escriba con ganas y entusiasmo.
Y en ese mundo donde la manera de escuchar música es mucho más atomizada y el disco ha desaparecido casi como concepto, ¿qué papel crees que debe de jugar el periodista/crítico musical en la actualidad?
Juanjo: El mismo de siempre: Mostrar lo que le conmueve, lo que le emociona y, por lo tanto, puede conmover y emocionar a otros. Permíteme que vaya un poco más allá. En mi opinión, lo bonito de la música es que te muestra cosas que ya tienes dentro y que desconocías. Cuando una canción te conmueve, es porque tira de hilos que mueven “algo” que ya tenías dentro y esa canción te lo recuerda. Te dice lo hermoso que eres en tu interior. Si como crítico o periodista eres capaz de proponerle esa experiencia a los demás, estarás haciendo un gran bien a la sociedad, al mundo.
Dada esa evidente falta de relevo generacional en el interés por la prensa musical, ¿crees que se trata de una cuestión cultural por parte del lector o existe un desapego de la prensa por los intereses más populares?
Juanjo: En España la música nunca fue tan popular como el fútbol. Sigue sin serlo y me parece bien. ¿Quién dijo que los discos que me gustan son mejores que un Madrid – Barça? Cada uno tiende hacia lo que le llena y punto. La música nunca va a desaparecer, obviamente. Tiene su utilidad social y la prensa musical tampoco desaparecerá. No sé si todo es cíclico o si como sociedad seguimos un movimiento pendular, pero lo que es seguro es que estamos inmersos en un proceso de cambio cultural brutal y que no podemos ver el bosque a través de los árboles. Respondiendo a tu pregunta: No lo sé (risas).
¿Y cuál es tu percepción respecto al espacio, y al contenido, que se le otorga a la cuestión musical en esos medios generalistas?
Juanjo: Esta pregunta es muy buena y mucho más compleja de lo que parece. Muchas veces tendemos a quejarnos porque lo que nos gusta (vamos a decir el rock and roll) no sale en los medios generalistas tanto como nos gustaría. Nos parece mal el adoctrinamiento de los medios pero porque queremos que se adoctrine en función de lo que a nosotros nos gusta. ¡Que quiten los programas del corazón y emitan espacios con valor cultural! ¿Pero quién decide entonces qué es valor cultural? ¿Obligamos a la gente que ven los programas de corazón a que se traguen el 69 comeback special de Elvis? ¿Y si llegan otros y nos obligan a tragarnos millones de programas consecutivos sobre la mitosis y el apareamiento del oso polar porque piensan que el 69 comeback special es una porquería? Sinceramente, lo mejor es que dejemos a los señores y señoras mayores viendo sus programas del corazón y nosotros movamos el culo para poner el dvd de Elvis cuando nos apetezca. Yo no necesito que el telediario me diga lo guay que es Springsteen cuando viene de gira, ya lo sé yo por mí mismo. Tampoco necesito que me digan que el último disco de Mark Lanegan es cojonudo, ya me enteraré yo solo. Al final parece que estamos jugando un partido y que queremos que los nuestros (los de la música) ganen a los otros (los de los deportes, los del cine, los del pop). Yo no lo veo así. Que se acerque a la música el que quiera y el que no, que no lo haga.
¿Dónde situarías tus primeros recuerdos en los que pensabas que te gustaría ser quien firmara tal o cual artículo?
Juanjo: Nunca. Jamás soñé con escribir, jamás he visto lo de escribir en esos términos. Para mí es una cosa más natural, lo importante es aprender. Para mí, escribir siempre fue un medio para aprender cosas sobre algo que me interesara y volcarlas en un texto que los demás pudieran leer para aprender conmigo. Nunca he pretendido aleccionar a nadie, sino llevármelos de excursión conmigo.
Y dentro de esa ya larga carrera en diferentes medios, ¿cuál es el momento, el comentario o la situación, que con más cariño y/o emoción recuerdas?
Juanjo: Ninguno. Pero porque para mí todo es pasado. Solo me importa el presente. No echo la vista atrás jamás. Para mí solo importan las personas con las que puedo tener una relación fijada en el presente y los proyectos en los que estoy trabajando ahora.
¿Y el momento o situación que siempre has soñado que te gustaría que se produjese?
Juanjo: La verdad es que ninguno. Nunca tengo ningún tipo de expectativa. Soy muy del día a día.
Si se puede contar, ¿cuál ha sido ese personaje (del ámbito musical) con el que te has topado que sin esperarlo te haya sorprendido gratamente y por qué?
Juanjo: Todos los que me han sorprendido gratamente han acabado siendo amigos y tengo por norma no hablar jamás de mis amigos con nadie, salvo con ellos mismos. Así que voy a citar a alguien que no es amigo íntimo pero que parece encantador: Iván Ferreiro.
Otro aspecto consustancial, por la propia esencia del aspecto musical, es el factor social, las amistades… ¿crees que a veces en la forma de realizar la tarea informativa se impone demasiado ese aspecto frente a una mirada más profesional, más objetiva?
Juanjo: No. Al menos en mi caso. Cuando un amigo o alguien a quien respeto muchísimo ha hecho un disco que a mí no me gusta, pienso que lo que pasa con ese disco es que simplemente no me gusta a mí, lo cual no quiere decir que sea un mal disco. ¿Qué hago en ese caso? No escribo sobre él. Y si en privado mi amigo me pregunta, le diré lo que opino también en privado. Pero eso se extiende también a músicos que no conozco. Si hacen un disco que no me gusta, no escribo sobre ello. Conmigo habitualmente es fácil, si escribo sobre algo es porque me parece estupendo o interesante como poco.
¿Qué valoración haces de esa necesidad de información al instante frente a los textos con más calma y reposados?
Juanjo: Que hay espacio para todo.
Hoy en día, todos sabemos, creo, qué tipo de artículos son los más leídos o los que tienen más repercusión, ¿de qué manera lidias con esa corriente que propugna por encima de cualquier otra consideración la polémica, el ruido en redes; la imposición del clickbait, etc…?
Juanjo: Ninguno de los medios en los que escribo le da importancia al click sobre la calidad. Y yo tampoco. Me dan igual las cifras. Imagina que escribo un texto sobre, qué sé yo, el último disco de Goat Girl y solo lo leen 50 personas. Si de esas 50 hay 5 que escuchan el disco y les llega hondo y les es útil, ese artículo habrá sido útil. Ese es el valor, eso es un éxito emocional incomparable.
Sabemos que económicamente ésta no es una profesión bien pagada es un hecho. ¿Compensa al menos en parte el esfuerzo, el poder dedicarte a tu pasión que es la música?
Juanjo: Claro. Si me permite aprender siempre compensa.
Últimamente te has especializado en la elaboración de Libros; “Bunbury Experimental”, “David Bowie. Elegia” o “Bunbury. El Mundo sobre el trapecio”. ¿Cómo ha sido la elaboración de unos libros tan intensos?
Juanjo: Cada uno es diferente. Fueron procesos distintos y no te sabría decir qué une los tres más allá del aprendizaje que ya he mencionado. Por ejemplo, en “Bunbury Experimental” pude ser más creativo con la estructura mientras que “David Bowie. Elegia” y “Bunbury. El Mundo sobre el trapecio” tenían un guión biográfico clarísimo sobre el que fue un gusto trabajar. Me lo pasé muy bien escribiendo los tres.
¿Disfrutas más con el día a día musical o con obras de este calado?
Juanjo: Disfruto de todo. Pero siempre me gusta recordar algo: Un libro como los que yo escribo nunca es del todo tuyo, porque sin músico no hay libro, eso está clarísimo. Pienso que los que escribimos sobre los demás tenemos que ser humildes.
¿Qué valoración haces del trabajo que desempeñamos en El Giradiscos?
Juanjo: Me encanta. Hacéis un gran trabajo.