Por: Javier González/Jorge Bravo Crespo “El Gurú”
Fotos: Carlos Bullejos
Fotos: Carlos Bullejos
Veinticinco años de espera han tenido que transcurrir para poder escuchar las nuevas canciones de 091. Un largo periodo para asistir a la resurrección de la banda en “La Otra Vida”, un más que notable trabajo en el que los granadinos siguen el camino marcado en su glorioso pasado, tamizando su sonido de actualidad, para regalarnos un trabajo valiente que mira hacia delante, con la intención de seguir contando historias de desesperanza, amor, perdida y paso del tiempo, entre ciertos atisbos de luminosidad y mucho humor negro.
Guitarreros y melancólicos, poéticos y certeros, los cero vuelven al ruedo, cargados de nuevas canciones, con el carisma, la fe y la actitud inquebrantable que tanto nos hicieron admirarles, pero con las ganas de unos jóvenes que acaban de comenzar en esto; tal y como pudimos comprobar en el encuentro que tuvimos semanas atrás con la banda, donde en un ambiente más que relajado nos encontramos a cinco tipos cercanos y amables en extremo disfrutando de esta nueva bola extra.
Vayamos al comienzo de ésta maravillosa vuelta. ¿Cómo se gestó la idea de dar vida a nuevas canciones?
José Ignacio: La idea de hacer un disco con canciones nuevas empezó a cuajar conforme iba avanzando la gira de “Maniobra de Resurrección”. Cuando empezamos a ver que en los recintos en que estábamos anunciados se iban agotando las entradas y que cada vez nos llamaban de más festivales. A lo largo de ese intenso año para nosotros fue una sorpresa el recibimiento con el que fuimos acogidos. Comenzamos a pensar en qué íbamos a hacer después. Fue ya casi al final de la gira cuando llegamos a la conclusión que no sería mala idea escribir nuevas canciones. Teníamos claro que si seguíamos, tenía que ser con material nuevo, no solo con el repertorio de los años ochenta y noventa. Lo que ocurrió es que todos teníamos compromisos adquiridos con nuestras carreras en solitario. En el año 2017 yo edité un disco en solitario, “El Alma Dormida”, José Antonio andaba presentando el suyo, “Lluvia de Piedras”, y Víctor andaba con su proyecto El Hijo Ingobernable editando “De mis Soledades Vengo”. Los tres años pasados vienen dados por dejar listo lo pendiente por editar y dar forma a las nuevas canciones. Hemos estado trabajando durante seis meses previamente, buscando el repertorio adecuado, y cuando lo hemos tenido, ha sido cuando hemos decidido meternos a grabar material con la condición que fuera de calidad y nuevo.
¿Cómo habéis vivido el hecho de mirar atrás 25 años y volver a preparar canciones de nuevo juntos?
Jacinto: La verdad es que creo que nos ha salido de una forma natural. No ha sido un esfuerzo y no nos hemos retrotraído a ningún momento anterior.
José Antonio: Realmente todo ha surgido muy natural desde el primer día en que nos volvimos a juntar para tocar, como si no hubiera pasado todo ese tiempo. Como si hubiésemos seguido tocando juntos. La verdad es que no sé cómo ha podido ocurrir, no tengo una explicación. Todos teníamos claro cuál era nuestro papel dentro de la banda y todo ha fluido de una manera muy sencilla.
Han sido muchos años de espera para escuchar vuestras nuevas canciones y me imagino que habría una responsabilidad extra a la hora de no decepcionar. ¿Había una presión añadida?
Tacho: Evidentemente, la jugada, el movimiento de hacer un disco nuevo después de tantos años, llevaba implícita el epíteto que casi todo el mundo nos ponía para hablar del regreso de 091: “El mítico grupo de rock granadino”. El mítico estaba en todos los lados. Era un poco arriesgado por nuestra parte cargamos la leyenda de la banda. Eso hacía que la presión estuviera ahí. Lo hemos tratado de superar siendo muy exigentes y nada autocomplacientes. Nos ha supuesto un esfuerzo extra pero creo que el resultado ha merecido la pena.
Os diré que escuchando el disco lo que más resalta es el maravilloso tono general, que creo que es la mejor forma de definir un álbum. También he hablado compañeros y fans que me comentan que los cortes de “La Otra Vida” no deslucirá entre vuestro enorme cancionero. ¿Cómo lo veis vosotros?
Tacho: Había una serie de elementos a tener en cuenta para llegar al equilibrio. Debíamos hacer un disco de 091, porque después de disolvernos no habíamos tenido una carrera conjunta. Había que cogerlo donde lo habíamos dejado y a la vez no podíamos sonar ni rancios ni antiguos. Creo que una vez que nos hemos vuelto a juntar para arreglar las canciones, han aflorado todas las experiencias musicales que hemos tenido a lo largo de este tiempo. Las nuevas influencias que hemos añadido son más contemporáneas que las que teníamos antes y creemos que están ahí en el disco.
Víctor: Sonamos a clásicos contemporáneos. (Risas)
Atendiendo al contenido lírico del álbum, creo que sigue siendo un álbum existencialista sobre la deriva actual del mundo, de dudas y certezas, con un toque luminoso hasta en cierto modo esperanzador que precisamente le da el amor. ¿Estáis de acuerdo con la afirmación?
José Ignacio: La lírica del disco viene a ahondar en la temática que vengo trabajando desde tiempos inmemoriales. Creo que mi estilo como letrista se fue perfilando a partir de “Doce Canciones sin Piedad” en el año 89. Ahí fui consciente del terreno que comenzaba a pisar. Escribir letras de canciones es un oficio que hay que aprender. Digamos que los discos previos a ese eran trabajos de aprendizaje, con alguna que otra letra buena, pero yo los considero como de rodaje siendo autocrítico conmigo mismo. Pienso que a partir de ahí comencé a tener mi propia voz, donde las influencias se iban relajando para comenzar a mostrar mi fuerza creativa. En “El Baile de la Desesperación”, “Tormentas Imaginarias” y en el último que grabamos, “Todo lo que Vendrá Después”, creo que quedaba claro que iba a ser de mí como escritor de canciones. Mi propia carrera solista ha barajado las mismas temáticas: la desesperanza, el amor, el desamor, la perdida, el paso del tiempo y la muerte. Aquí está muy presente el amor, en su faceta positiva y negativa, pero también la muerte. Creo que es un disco de coplas de amor y muerte. Pero los temas más dramáticos como puedan ser la pérdida o la misma muerte están cantados y escritos con tonos irónicos, desenfadados e incluso vistos desde el humor negro. Todo hace que lo dramático/trágico tenga a veces ese toque de lucidez al que haces referencia. Hay un tono de no todo está perdido y de esperanza. Lo definiría como letras que son un gozoso canto a la desesperanza que cuadran con el tono general del disco.
La elección del productor ha sorprendido bastante. Sois músicos de experiencia contrastada y que os conocéis desde hace mucho tiempo. ¿Era necesaria esa visión externa para dar forma a las canciones? ¿A qué se debe la elección de Frandol?
José Ignacio: En esta pregunta vamos a tirar del tópico de la visión externa (Risas). La duda no era si hacerlo nosotros o no. La duda era más bien si se lo encargábamos a una persona externa que solamente se dedicara de forma profesional a la producción pero que fuera desconocido a nosotros, donde se te plantea el interrogante de cómo quedarán las canciones, porque a veces no es fácil llegar al punto que uno quiere. O si por el contrario debíamos llamar a alguien conocido nuestro, que fuera un aliado, con quien además tuviéramos gustos musicales parecidos y con quien el trato personal fuera a ser más fácil. Finalmente contactamos con Francoise Gandolfi, que era amigo personal nuestro desde los años ochenta, al que conocíamos de nuestras giras por Francia. Es un tipo con mucho talento que es guitarrista, cantante y además productor. Creíamos que podía ser nuestro aliado en la grabación, ejerciendo como mirada crítica, siendo director de orquesta, pero a la vez guiándonos ante las dudas que pudieran surgir en el proceso de grabación. Creemos que ha cumplido su misión.
¿Qué matices aportan los teclados de Raúl Bernal a un sonido más que definido como es el de 091?
Jacinto: En realidad en casi todos los discos de los cero hay teclados. Lo que ocurre en este caso es que teniendo cerca a Raúl hemos podido contar con su presencia de manera distinta, pero verdaderamente el uso de los teclados no es una novedad. Quizás hemos tenido la suerte de que en otras ocasiones venían músicos externos a tocar sobre lo que habíamos grabado.
José Ignacio: Creo que es una diferencia muy importante. Muchas de las canciones grabadas en los años ochenta y noventa llevan órgano y teclado pero siempre se habían introducido a posteriori. Los temas venían montados con guitarra para luego incorporar otra instrumentación. En este caso las canciones se han montado desde primera hora con Raúl, que ha sido una pieza muy importante en la construcción de los temas. El hacerlo a priori o a posteriori tiene una importancia brutal.
Tacho: Hay mucha gente, hablo de fans, que hacen referencia al tema del teclado como novedad. En “Qué fue del Siglo XX” hay muchas teclas a lo largo de toda la canción, y ahora parece que es la primera vez que las metemos.
José Ignacio: La sonoridad del órgano hammond, del mellotrón, de los sintetizadores, del piano eléctrico, aportan una gama sonora que es realmente importante a la hora de dotar de color a un disco. El disco ha adquirido una riqueza cromática gracias a la inclusión de todos esos detalles.
También creo que es un disco en el que los matices del registro vocal de José Antonio y los coros de José Ignacio dan otro plus al sonido de los cero.
José Antonio: Creo que es un disco que tiene las voces muy trabajadas y se puede apreciar en pequeños toques. El paso del tiempo ha hecho que mi voz adquiera más matices, aunque creo que eso es algo que tiene que valorar la gente. Tacho: Personalmente creo que el timbre de voz de José Antonio es ahora más interesante. Tienes más cuerpo, más rasguez. Una textura distinta. Dice más.
Canciones como “Vengo a Terminar lo que Empecé”, “Naves que Arden” o “Leerme el Pensamiento” me han matado, creo que son brutales. Y “Al Final” me ha parecido de lo mejorcito que he escuchado últimamente, un tema de poso rockero y letra dolorosamente certera. ¿Cómo de complicado es volcar tanta sensibilidad y tantas tripas en una canción?
José Ignacio: Fue una de las últimas canciones a las que dimos forma. Si hay que elegir una canción que se acerque a lo que habíamos hecho antes, quizás sea esta. Creo que el juego de la armónica le da una personalidad que le acerca a la primera época donde solíamos utilizarla a menudo. Es un guiño que no está hecho a propósito pero que te retrotrae a esa etapa. Luego se han mezclado dos personalidades, ya que Víctor le metió un riff que quizás ayudase a que la canción tuviera un toque más contemporáneo. En “Al Final” jugamos con el pasado y el presente, con la armónica y el riff yendo a caminos diferentes.
Víctor: Pero cuenta porqué motivo surgió la canción (Risas). Frandol al escuchar las canciones no dijo que todas iban en notas mayores, así que había que hacer una con menores.
Y entonces te pusiste el traje de funcionario y le hiciste caso.
José Ignacio: Al día siguiente me puse a hacer una en tonos menores. Cogí, metí un la menor y todo para adelante. (Risas)
Víctor: ¿Has visto para lo que sirve un productor? Sin él no estaría “Al Final” en el disco. (Más Risas)
Creo que “Mañanas de Niebla” habla de esa falsa felicidad que todos tratamos de vender en redes sociales, donde no hay más que pose. ¿Cómo han encajado los 091 en el Siglo XXI?
Tacho: Somos un grupo de gruñones y hemos encajado muy mal. Nosotros gruñimos mucho entre nosotros porque hay muchas cosas en el mundo que no nos gustan y nos tiramos todo el día criticándolas. Tenemos nuestra cuota de mala follá granaína. (Risas)
Víctor: Aunque no somos ajenos a las redes sociales tampoco le damos una gran importancia. Utilizamos nuestras redes casi más en las carreras solistas que con lo que hacemos como 091.
José Ignacio: Utilizamos las redes en la faceta profesional. Creo que esa es una letra muy reflexiva que habla sobre el paso del tiempo, de gente que nos ha dejado, de sentimientos que hemos perdido y de otros que han reverdecido con el paso del tiempo. La verdad que no sabría que decirte. Creo que es la más reflexiva de todas. Las letras nacen en función del tono de la música que las precede. A esta canción le venía al pelo una letra que naciera más del interior.
Varios miembros de la banda tenéis solidas carreras en solitario. ¿Qué planes tenéis después de girar con éste nuevo álbum?
José Antonio: El planteamiento es que no planificamos a largo plazo. Ahora toca hacer el directo. De hecho estamos ensayando y viendo el repertorio. Tocaremos todo el año 2020. En cuanto pase ya veremos, ahora no tenemos nada planificado.
Víctor: A día de hoy, seguimos tocando con nuestros proyectos en solitario. Es más, ahora voy a grabar con Grupo de Expertos Solynieve que estamos acabando el disco. Vamos a aprovechas a ver cómo va la gira y luego decidiremos.
José Ignacio: En unos días me voy a Canarias a hacer una serie de fechas que tengo pendientes. Nuestras carreras en solitario van a seguir. Porque quiero y porque llevo más tiempo cantando en solitario que con la banda. El hecho de dar continuidad a la banda se verá, igual que se vio en 2016. Lo del disco nuevo se planeó al final. Dependerá de cómo vayan las cosas, pero sobre todo de cómo nos sintamos. Quizás las cosas vayan muy bien comercialmente, pero entre nosotros no vayan tan bien. Tal vez nos empleemos como el toro en el castigo aunque no nos llevemos bien. (Risas). O viceversa. Lo mismo no hay mucha expectación y entre nosotros todo sigue en orden.
Ante un repertorio tan brutal. ¿Cómo os vais a apañar a la hora de elegir cuáles suenan en los directos?
José Antonio: Ese es el problema. Tenemos mucho repertorio y nos tememos que apañar para meter canciones del disco nuevo y que no falte ningún clásico.
Víctor: Hay más problemas en los festivas, donde en 50 minutos es difícil meter 8 discos.
Tacho: Intentaremos repescar alguna que hace mucho que no tocamos o que nunca hayamos tocado.
Jacinto: Iremos cambiando el repertorio. Lo que queremos en definitiva es que esta gira sea más viva. Ya que hay canciones nuevas podremos variar mucho más.
Por nuestra parte es todo. Muchas gracias por vuestro tiempo y larga “Otra Vida” a los cero.
Todos: Muchas gracias a vosotros.
José Ignacio: La idea de hacer un disco con canciones nuevas empezó a cuajar conforme iba avanzando la gira de “Maniobra de Resurrección”. Cuando empezamos a ver que en los recintos en que estábamos anunciados se iban agotando las entradas y que cada vez nos llamaban de más festivales. A lo largo de ese intenso año para nosotros fue una sorpresa el recibimiento con el que fuimos acogidos. Comenzamos a pensar en qué íbamos a hacer después. Fue ya casi al final de la gira cuando llegamos a la conclusión que no sería mala idea escribir nuevas canciones. Teníamos claro que si seguíamos, tenía que ser con material nuevo, no solo con el repertorio de los años ochenta y noventa. Lo que ocurrió es que todos teníamos compromisos adquiridos con nuestras carreras en solitario. En el año 2017 yo edité un disco en solitario, “El Alma Dormida”, José Antonio andaba presentando el suyo, “Lluvia de Piedras”, y Víctor andaba con su proyecto El Hijo Ingobernable editando “De mis Soledades Vengo”. Los tres años pasados vienen dados por dejar listo lo pendiente por editar y dar forma a las nuevas canciones. Hemos estado trabajando durante seis meses previamente, buscando el repertorio adecuado, y cuando lo hemos tenido, ha sido cuando hemos decidido meternos a grabar material con la condición que fuera de calidad y nuevo.
¿Cómo habéis vivido el hecho de mirar atrás 25 años y volver a preparar canciones de nuevo juntos?
Jacinto: La verdad es que creo que nos ha salido de una forma natural. No ha sido un esfuerzo y no nos hemos retrotraído a ningún momento anterior.
José Antonio: Realmente todo ha surgido muy natural desde el primer día en que nos volvimos a juntar para tocar, como si no hubiera pasado todo ese tiempo. Como si hubiésemos seguido tocando juntos. La verdad es que no sé cómo ha podido ocurrir, no tengo una explicación. Todos teníamos claro cuál era nuestro papel dentro de la banda y todo ha fluido de una manera muy sencilla.
Han sido muchos años de espera para escuchar vuestras nuevas canciones y me imagino que habría una responsabilidad extra a la hora de no decepcionar. ¿Había una presión añadida?
Tacho: Evidentemente, la jugada, el movimiento de hacer un disco nuevo después de tantos años, llevaba implícita el epíteto que casi todo el mundo nos ponía para hablar del regreso de 091: “El mítico grupo de rock granadino”. El mítico estaba en todos los lados. Era un poco arriesgado por nuestra parte cargamos la leyenda de la banda. Eso hacía que la presión estuviera ahí. Lo hemos tratado de superar siendo muy exigentes y nada autocomplacientes. Nos ha supuesto un esfuerzo extra pero creo que el resultado ha merecido la pena.
Os diré que escuchando el disco lo que más resalta es el maravilloso tono general, que creo que es la mejor forma de definir un álbum. También he hablado compañeros y fans que me comentan que los cortes de “La Otra Vida” no deslucirá entre vuestro enorme cancionero. ¿Cómo lo veis vosotros?
Tacho: Había una serie de elementos a tener en cuenta para llegar al equilibrio. Debíamos hacer un disco de 091, porque después de disolvernos no habíamos tenido una carrera conjunta. Había que cogerlo donde lo habíamos dejado y a la vez no podíamos sonar ni rancios ni antiguos. Creo que una vez que nos hemos vuelto a juntar para arreglar las canciones, han aflorado todas las experiencias musicales que hemos tenido a lo largo de este tiempo. Las nuevas influencias que hemos añadido son más contemporáneas que las que teníamos antes y creemos que están ahí en el disco.
Víctor: Sonamos a clásicos contemporáneos. (Risas)
Atendiendo al contenido lírico del álbum, creo que sigue siendo un álbum existencialista sobre la deriva actual del mundo, de dudas y certezas, con un toque luminoso hasta en cierto modo esperanzador que precisamente le da el amor. ¿Estáis de acuerdo con la afirmación?
José Ignacio: La lírica del disco viene a ahondar en la temática que vengo trabajando desde tiempos inmemoriales. Creo que mi estilo como letrista se fue perfilando a partir de “Doce Canciones sin Piedad” en el año 89. Ahí fui consciente del terreno que comenzaba a pisar. Escribir letras de canciones es un oficio que hay que aprender. Digamos que los discos previos a ese eran trabajos de aprendizaje, con alguna que otra letra buena, pero yo los considero como de rodaje siendo autocrítico conmigo mismo. Pienso que a partir de ahí comencé a tener mi propia voz, donde las influencias se iban relajando para comenzar a mostrar mi fuerza creativa. En “El Baile de la Desesperación”, “Tormentas Imaginarias” y en el último que grabamos, “Todo lo que Vendrá Después”, creo que quedaba claro que iba a ser de mí como escritor de canciones. Mi propia carrera solista ha barajado las mismas temáticas: la desesperanza, el amor, el desamor, la perdida, el paso del tiempo y la muerte. Aquí está muy presente el amor, en su faceta positiva y negativa, pero también la muerte. Creo que es un disco de coplas de amor y muerte. Pero los temas más dramáticos como puedan ser la pérdida o la misma muerte están cantados y escritos con tonos irónicos, desenfadados e incluso vistos desde el humor negro. Todo hace que lo dramático/trágico tenga a veces ese toque de lucidez al que haces referencia. Hay un tono de no todo está perdido y de esperanza. Lo definiría como letras que son un gozoso canto a la desesperanza que cuadran con el tono general del disco.
La elección del productor ha sorprendido bastante. Sois músicos de experiencia contrastada y que os conocéis desde hace mucho tiempo. ¿Era necesaria esa visión externa para dar forma a las canciones? ¿A qué se debe la elección de Frandol?
José Ignacio: En esta pregunta vamos a tirar del tópico de la visión externa (Risas). La duda no era si hacerlo nosotros o no. La duda era más bien si se lo encargábamos a una persona externa que solamente se dedicara de forma profesional a la producción pero que fuera desconocido a nosotros, donde se te plantea el interrogante de cómo quedarán las canciones, porque a veces no es fácil llegar al punto que uno quiere. O si por el contrario debíamos llamar a alguien conocido nuestro, que fuera un aliado, con quien además tuviéramos gustos musicales parecidos y con quien el trato personal fuera a ser más fácil. Finalmente contactamos con Francoise Gandolfi, que era amigo personal nuestro desde los años ochenta, al que conocíamos de nuestras giras por Francia. Es un tipo con mucho talento que es guitarrista, cantante y además productor. Creíamos que podía ser nuestro aliado en la grabación, ejerciendo como mirada crítica, siendo director de orquesta, pero a la vez guiándonos ante las dudas que pudieran surgir en el proceso de grabación. Creemos que ha cumplido su misión.
¿Qué matices aportan los teclados de Raúl Bernal a un sonido más que definido como es el de 091?
Jacinto: En realidad en casi todos los discos de los cero hay teclados. Lo que ocurre en este caso es que teniendo cerca a Raúl hemos podido contar con su presencia de manera distinta, pero verdaderamente el uso de los teclados no es una novedad. Quizás hemos tenido la suerte de que en otras ocasiones venían músicos externos a tocar sobre lo que habíamos grabado.
José Ignacio: Creo que es una diferencia muy importante. Muchas de las canciones grabadas en los años ochenta y noventa llevan órgano y teclado pero siempre se habían introducido a posteriori. Los temas venían montados con guitarra para luego incorporar otra instrumentación. En este caso las canciones se han montado desde primera hora con Raúl, que ha sido una pieza muy importante en la construcción de los temas. El hacerlo a priori o a posteriori tiene una importancia brutal.
Tacho: Hay mucha gente, hablo de fans, que hacen referencia al tema del teclado como novedad. En “Qué fue del Siglo XX” hay muchas teclas a lo largo de toda la canción, y ahora parece que es la primera vez que las metemos.
José Ignacio: La sonoridad del órgano hammond, del mellotrón, de los sintetizadores, del piano eléctrico, aportan una gama sonora que es realmente importante a la hora de dotar de color a un disco. El disco ha adquirido una riqueza cromática gracias a la inclusión de todos esos detalles.
También creo que es un disco en el que los matices del registro vocal de José Antonio y los coros de José Ignacio dan otro plus al sonido de los cero.
José Antonio: Creo que es un disco que tiene las voces muy trabajadas y se puede apreciar en pequeños toques. El paso del tiempo ha hecho que mi voz adquiera más matices, aunque creo que eso es algo que tiene que valorar la gente. Tacho: Personalmente creo que el timbre de voz de José Antonio es ahora más interesante. Tienes más cuerpo, más rasguez. Una textura distinta. Dice más.
Canciones como “Vengo a Terminar lo que Empecé”, “Naves que Arden” o “Leerme el Pensamiento” me han matado, creo que son brutales. Y “Al Final” me ha parecido de lo mejorcito que he escuchado últimamente, un tema de poso rockero y letra dolorosamente certera. ¿Cómo de complicado es volcar tanta sensibilidad y tantas tripas en una canción?
José Ignacio: Fue una de las últimas canciones a las que dimos forma. Si hay que elegir una canción que se acerque a lo que habíamos hecho antes, quizás sea esta. Creo que el juego de la armónica le da una personalidad que le acerca a la primera época donde solíamos utilizarla a menudo. Es un guiño que no está hecho a propósito pero que te retrotrae a esa etapa. Luego se han mezclado dos personalidades, ya que Víctor le metió un riff que quizás ayudase a que la canción tuviera un toque más contemporáneo. En “Al Final” jugamos con el pasado y el presente, con la armónica y el riff yendo a caminos diferentes.
Víctor: Pero cuenta porqué motivo surgió la canción (Risas). Frandol al escuchar las canciones no dijo que todas iban en notas mayores, así que había que hacer una con menores.
Y entonces te pusiste el traje de funcionario y le hiciste caso.
José Ignacio: Al día siguiente me puse a hacer una en tonos menores. Cogí, metí un la menor y todo para adelante. (Risas)
Víctor: ¿Has visto para lo que sirve un productor? Sin él no estaría “Al Final” en el disco. (Más Risas)
Creo que “Mañanas de Niebla” habla de esa falsa felicidad que todos tratamos de vender en redes sociales, donde no hay más que pose. ¿Cómo han encajado los 091 en el Siglo XXI?
Tacho: Somos un grupo de gruñones y hemos encajado muy mal. Nosotros gruñimos mucho entre nosotros porque hay muchas cosas en el mundo que no nos gustan y nos tiramos todo el día criticándolas. Tenemos nuestra cuota de mala follá granaína. (Risas)
Víctor: Aunque no somos ajenos a las redes sociales tampoco le damos una gran importancia. Utilizamos nuestras redes casi más en las carreras solistas que con lo que hacemos como 091.
José Ignacio: Utilizamos las redes en la faceta profesional. Creo que esa es una letra muy reflexiva que habla sobre el paso del tiempo, de gente que nos ha dejado, de sentimientos que hemos perdido y de otros que han reverdecido con el paso del tiempo. La verdad que no sabría que decirte. Creo que es la más reflexiva de todas. Las letras nacen en función del tono de la música que las precede. A esta canción le venía al pelo una letra que naciera más del interior.
Varios miembros de la banda tenéis solidas carreras en solitario. ¿Qué planes tenéis después de girar con éste nuevo álbum?
José Antonio: El planteamiento es que no planificamos a largo plazo. Ahora toca hacer el directo. De hecho estamos ensayando y viendo el repertorio. Tocaremos todo el año 2020. En cuanto pase ya veremos, ahora no tenemos nada planificado.
Víctor: A día de hoy, seguimos tocando con nuestros proyectos en solitario. Es más, ahora voy a grabar con Grupo de Expertos Solynieve que estamos acabando el disco. Vamos a aprovechas a ver cómo va la gira y luego decidiremos.
José Ignacio: En unos días me voy a Canarias a hacer una serie de fechas que tengo pendientes. Nuestras carreras en solitario van a seguir. Porque quiero y porque llevo más tiempo cantando en solitario que con la banda. El hecho de dar continuidad a la banda se verá, igual que se vio en 2016. Lo del disco nuevo se planeó al final. Dependerá de cómo vayan las cosas, pero sobre todo de cómo nos sintamos. Quizás las cosas vayan muy bien comercialmente, pero entre nosotros no vayan tan bien. Tal vez nos empleemos como el toro en el castigo aunque no nos llevemos bien. (Risas). O viceversa. Lo mismo no hay mucha expectación y entre nosotros todo sigue en orden.
Ante un repertorio tan brutal. ¿Cómo os vais a apañar a la hora de elegir cuáles suenan en los directos?
José Antonio: Ese es el problema. Tenemos mucho repertorio y nos tememos que apañar para meter canciones del disco nuevo y que no falte ningún clásico.
Víctor: Hay más problemas en los festivas, donde en 50 minutos es difícil meter 8 discos.
Tacho: Intentaremos repescar alguna que hace mucho que no tocamos o que nunca hayamos tocado.
Jacinto: Iremos cambiando el repertorio. Lo que queremos en definitiva es que esta gira sea más viva. Ya que hay canciones nuevas podremos variar mucho más.
Por nuestra parte es todo. Muchas gracias por vuestro tiempo y larga “Otra Vida” a los cero.
Todos: Muchas gracias a vosotros.