Por: Txema Mañeru
¡Esperamos que se cumpla eso de no hay dos sin tres! Y es que este “Black To Blues Volume 2 (Mascot Records / Top Artist Promotion) es una gozada tan grande o mayor que la primera entrega del “Black To Blues”. La única pega es la brevedad del mismo y es por eso que nos hace desear más. Estos dos álbumes son una gozada de la que pueden disfrutar por igual los seguidores habituales de los Black Stone Cherry, así como los amantes del blues en todas sus vertientes. Comenzando por los artistas más tradicionales del Delta de Misisipí y llegando a todos los estilos más eléctricos, incluido el relacionado con Chicago.
El primer disco llegó al número 1 en el Billboard Blues Chart y seguro que esté repetirá a no ser que coincida con mucha competencia en el mercado pre-navideño. Chris Robertson es el cantante y guitarrista de los BSC , quien reconoce que se quedó encantando y sorprendido por la recepción del primer trabajo. Además nos cuenta que fue una gran diversión grabar esos temas a los que han respetado las letras y tonos originales para luego reelaborar la música totalmente, prácticamente improvisando y divirtiéndose en el estudio.
Todo eso se nota al escuchar las nuevas canciones. Comenzando por ese "Big Legged Blues" de Charles Brown, popularizado por Freddie King o incluso Muddy Waters y Taj Mahal. Ellos la ejecutan de manera salvaje y poderosa acercándose a Cream o a unos Led Zeppelin que saldrán más veces nombrados por la forma de acometer estos blues antiguos. El "Me & The Devil Blues" resulta sorprendente y mantiene de Robert Johnson, su letra. Mientras, "All Your Love ( I Miss Loving)", de Otis Rush, se acerca más a la versión de Stevie Ray Vaughan con un ritmo shuffle guapo y algunos guiños a los mejores tiempos de Eric Clapton. Lógicamente no podía faltar Willie Dixon y su "Down In The Bottom", que se goza por sus punteos realmente crudos y por ese órgano cargado de intensidad. "Early One Morning", tradicional pero popularizado por Elmore James, se lo cascan a ritmo de boogie pesado y a las guitarras le meten a tope de wah-wah con los pedales como queriendo acercarse a la locura que le imprimió Little Richard pero desde otra perspectiva totalmente distinta.
Acaban con un blues puro del Delta, concretamente el "Death Letter Blues" de Son House que ya ha tenido otras muy celebradas versiones tan distintas como las de Ida Cox, Grateful Dead, Cassandra Wilson o The White Stripes. ¡Es lo que tienen los temas más grandes e inmortales! Te pueden llevar a cualquier lugar soñado. Ellos le vuelven a dar la fuerza y el estilo de los Led Zeppelin y hasta la voz de Robertson se acerca algo a la de Robert Plant. Además se marcan unos estupendos solos con la armónica y también hace de las suyas el piano. ¡Lo dicho, queremos el tercero cuanto antes! Bueno, si antes hacéis un disco nuevo con canciones propias tampoco nos vamos a enfadar.