Por: Txema Mañeru
La idea inicial era reeditar este histórico segundo disco del colectivo musical y visual Migala el pasado año, cuando se celebraban los 20 años de su publicación. Finalmente, “Así Duele Un Verano” (Acuarela) ha llegado un poco más tarde en una flamante y preciosa edición limitada en LP doble que se está ventilando a un ritmo vertiginoso. Vamos, que ya debieras estar pasándote por www.acuareladiscos.com si no te quieres quedar sin tu ejemplar.
Allí te enterarás de paso que siguen con una buena y renacida actividad con la reciente publicación, entre otros, de los nuevos discos de Early Day Miners o Julie Doiron, porque además ambos acaban de hacer hecho una gira conjunta por nuestros escenarios para presentar sus respectivos nuevos discos. También está calentito todavía el último single de uno de sus grupos internacionales favoritos, junto a los dos anteriormente citados. Se trata de The Zephyrs y de esa hermosa joyita titulada “The Witches And The Crown Prince Of Lies”. Dos excelentes composiciones más con letras de S Nicol y la música de The Zephyrs al completo. Un grupo que jamás debieran dejar de conocer los seguidores de Belle And Sebastian, Sufjan Stevens o The Decemberists, por ejemplo.
Pero regresando al siempre sorprendente y mutante colectivo musical y artístico Migala, constatar que siempre se decantaron especialmente por el rock instrumental y poniendo siempre especial cuidado en la faceta audiovisual. De hecho, poco antes de su disolución entregaron “La Increíble Aventura” (Acuarela) en formato de CD más DVD. En dicho trabajo, crearon casi un cortometraje para cada una de las surrealistas canciones que lo componían. Entre los miembros de la formación destacaba siempre la presencia de los hermanos Yturriaga, del guitarrista y crítico de arte y cine, Abel Hernández, del ex bajista de Los Planetas, Kieran Stephen o del guitarrista (aquí también al theremin) Nacho Vegas, ex Manta Ray y con una trayectoria posterior de sobras conocida. Abel se embarcaría posteriormente en aventuras muy recomendables como El Hijo y otros de sus músicos crearían otro proyectos como Núm 9.
“Así Duele Un Verano” fue su segundo disco tras su sorprendente e inesperado debut del 97, “Diciembre, 3 A.M.” (Acuarela). Fue un disco trabajado de manera mucho más colectiva. A ratos oscuro, y otros más luminoso al hablar de la nostalgia de la infancia. El sonido creció exponencialmente con una gran riqueza instrumental y una sonoridad general mucho más orgánica. La melancolía también palpitaba por temas como "320 m. To The Surface", que comenzaba a modo de space-rock con ese loco theremin de Nacho y cono otros sonidos para bandas sonoras y para perderse en ellos. En su sonido cabían influencias que iban de Mazzy Star hasta Tortoise pasando por The Cure, Yo La Tengo, Palace Brothers, Calexico y hasta el más alucinado Tom Waits, como reluce en una de las perlas más relucientes de este disco. Una ‘The Whale’ que ha envejecido especialmente bien
Para mí esta obra maestra también tiene mucho del Lou Reed más intimista del “Magic And Loss”. Y todavía se acercan más en este y otros exquisitos momentos al precioso “Songs For Drella” que firmaron Lou Reed & John Cale. Por ejemplo veo esta referencia clara en otra joyita como "Ancient Glacer Tonques", que abre con hermosura el segundo de los vinilos y que tiene un precioso piano muy bien acompañado de arreglos solemnes. A este respecto hay que destacar el trabajo a lo largo de todo el disco con los instrumentos de cuerda (algo también a destacar en "The Whale"). Buen ejemplo de ello son su presencia, o la del acordeón, en un tema de aires fronterizos a lo Calexico como "Regular Storm Sounds". El lado folk más desnudo está protagonizado por Abel Hernández, que en temas como "Unlost Memory" emula a los mejores momentos de Palace Brothers o Will Oldham en solitario. Dicha estela folk americana se despide con los ruidos de los grillos de fondo en la campestre "When I Go, Go". Un final redondo e íntimo para un disco a recuperar de nuevo.
Entre las influencias cinematográficas y literarias pasaron por sus discos John Ford, Jim Jarmusch, Jack Kerouac o Julio Cortázar, por citar sólo unos pocos, pero muy significativos.
Quizás no gozaron de la popularidad que merecían y de hecho fueron más apreciados internacionalmente que aquí, donde vendieron quince mil discos, mientras que en el resto del mundo se fueron casi hasta los cuarenta. Tuvieron especial repercusión en Francia o en Japón y, en concreto, de este disco, despacharon más de media docena de miles de copias en el país vecino. Muchos fans de Experience o Diabologum fueron gran parte de sus compradores, suponemos. Gracias a sus fans de Belle & Sebastian publicaron también con Sub Pop en los Estados Unidos. Existen otras curiosas anécdotas en torno a ellos, como que con este disco alcanzaron el puesto número dos en las listas de los mejores discos del año en Rock DeLux, aunque estuvieron en puestos muy altos con todos sus discos. A eso hay que sumar que son la banda española con puntuación más alta en Pitchfork, alcanzando un 9’3 con su siguiente disco. Un “Arde” que esperemos tenga también edición en vinilo con motivo de su 20 Aniversario el próximo año.
“Así Duele Un Verano” ha sido brillantemente remasterizado, con lo que se puede gozar mejor aún de sus sonidos cinematográficos, sus trabajados arreglos instrumentales y sus pasajes realmente hipnóticos y/o alucinantes. La presentación visual y el diseño están a la altura e incluso más arriba. Esa preciosa foto de portada de César Russ y el magnífico diseño gráfico de Antonio D. Resurrección, La Caja del Diablo. Y por supuesto todo en flamante carpeta doble, claro.