La Nau, Barcelona. Domingo, 17 de noviembre del 2019
Por: Àlex Guimerà
Hablar de esta banda de Tucson es hacerlo del inconmensurable Howe Gelb. Si bien él ha querido alternarlos con su proyecto personal, la actual formación solo conserva al veterano músico de pelo plateado, dejando atrás a un imponente legado de nombres entre los que destacan John Convertino y Joey Burns de Calexico, y de entre los que ha rescatado para la gira al veterano y primer batería Tommy Larkins, que también lo fue del gran Jonathan Richman .
Tras su tremendo paso por el Primavera Sound del 2015, la formación volvía a la Ciudad Condal en un combo reducido y con la presentación del flamante disco "Recounting The Ballado Of A Thin Man", una deconstrucción de su segundo trabajo de estudio "Ballad Of A Thin Line Man", de 1986, tal como ya hicieron hace un año con su disco debut "Valley Of Rain" y su "Returns To Valley Of Rain". La gira, con paradas en Bilbao, Madrid y Valencia, llegaba a Barcelona reuniendo a una legión de fans de la "americana" de más de cuarenta años en la pequeñita sala La Nau.
Aunque a decir verdad, el nuevo giro de la banda se mueve más hacia el indie guitarrero de los noventa que hacia los sonidos de raíces. Culpa de ello la tienen la energía inagotable de Gelb y Larkins pero también la juventud de la bajista-guitarrista Annie Doland, quienes abordaron de entrada una potente y emblemática "You Can't Put Your Arms Around a Memory" de Johnny Thunders incluida en el disco de revisión. Y es que si bien las viejas canciones compuestas por un joven Gelb fueron grabadas con medios de producción simples y preeminencia de lo acústico, en el nuevo álbum aparecen fornidas, cargadas de electricidad, vigor y mucho aroma "loureediano" (ojo que entre el respetable se encontraba el máximo especialista del autor de "Berlin" en nuestro país, Ignacio Juliá).
Antes de todo ello habíamos tenido de aperitivo a Touchy, el proyecto de la hija mayor de Howe, Patsy, quien junto con Christian Blunda forman un dueto synth pop con elementos de psicodelia que nos dejaron un gran sabor de boca y recuerdos a Beach House, merced a unos elaborados sintes que se entremezclaban fabulosamente con la guitarra eléctrica, todo ello adornado por el áurea misteriosa de la voz de la propia Patsy con un rollo muy Nico (otra vez volvemos al universo Velvet/Lou Reed).
Luego llegaría la entrada de Gelb, junto a sus dos escuderos, ubicándose a la derecha del escenario y luciendo su inseparable gorra yankee de camionero que fue lanzada y prestada a la banda a lo largo del concierto, pero también engalanado con una americana marrón con motivos del desierto americano. Era la puesta en escena de un concierto plagado de guitarras sucias, voz displicente casi recitada, batería frenética y líneas de bajo letales, para presentar temas como "Reptillian", o la pegadiza pieza alt-country "Tantamount", con la entrada del "telonero" Christian quien se incorporó a la banda hasta el final del show, cambiándose instrumentos con Annie Donald, lo mismo que la hijísima que entró para cantar "The Chill Outside", antes de demostrar sus dotes al bajo. Los sintes aparecieron de nuevo en "Body Of Water"; las guitarras Neil Young en "A Hard Man To Get To Know", mientras que "Graveyard" trajo las de Jeff Buckley y un perezoso final. Magníficas reinterpretaciones del lejano álbum, cargado de pasajes psicodélicos, descargas electrizantes y mucha energía rockera, culminada con la formidable "Thin Line Man", alargada para nuestro deleite.
Para los bises, llegaron la repetición de "You Can't Put Your Arms Around a Memory" con la participación de nuestra Maika Makovski a las coros que se entregó a la causa cual fan del genio de Arizona.
Según Gelb, la presente es la última gira larga (habrá que verlo), mientras que tras lograr su mejor disco en "Heartbreak pass" (2015) se resiste a publicar nuevo material. Por el momento nos tenemos que conformar con estas maravillosas revisiones, que sólo los grandes saben dar sentido. Lo cual, no es poca cosa.