"Hay muchas formas de amor y de amar, pero lo que está claro es que el amor nos hará libres”
Por: David Marsé
Tras el pseudónimo de Tucho se encuentra, Toño Villar, aquel que fuera cantante de Lex Makoto, y que ahora emprende un nuevo proyecto que se abre paso, por lo menos en este disco de debut, transitando entre las grandes y desérticas carreteras de Estados Unidos. Cargado por lo tanto de ese sonido americano de alto contenido melódico y detallista trabajo instrumental, presenta un álbum homónimo de esos escritos con el corazón y las entrañas. Nos ponemos a la vera del músico para conocer los pormenores de esta nueva andadura por medio de esta entrevista:
La nota de prensa del disco nos habla de dos giras por Estados Unidos como previo paso a darle forma a este proyecto personal, ¿cómo de importante fueron, viendo sobre todo el sonido y el ambiente tan americano que dirige el disco, esas giras?
Toño Villar: Pues lo cierto es que Tucho nace allí. Tuve la suerte de poder acompañar a Carbayo, gran artista y amigo, en dos de sus giras veraniegas por USA, algo que lleva más de 10 años haciendo los veranos por los States. Fue a raíz de empezar a tocar con él que retomé mi faceta más acústica y volví a escribir. Los primeros temas los compuse aquí, ya influenciado por esos sonidos, pues es el estilo de música que más escucho de unos años para acá, pero claramente los viajes por el Oeste Americano fue lo que me inspiró para darles la forma final.
El disco tiene una portada de lo más explícita y delata unas claras intenciones, ¿hay tanto de tu corazón, y de tu vida, en estas canciones como sugiere esa imagen?
Toño Villar: Totalmente. Es un disco absolutamente basado en vivencias muy personales. La cuestión es que estas canciones nacieron sin ningún tipo de intención más allá de escupir a un papel en blanco ciertos sentimientos muy profundos, no tenía la idea de grabar un disco, ni siquiera de montarlas con banda, así que me sentía totalmente libre, escribía para mí y para nadie más, y creo que esa sinceridad, esa crudeza, se transmite.
Y en este disco, y por extensión en Tucho, y a pesar del estilo diferente que adoptas, ¿cuánto queda del cantante de Lex Makoto?
Toño Villar: Lex Makoto siempre será la banda que me lo enseñó todo, y no puedo estar más que agradecido por haber tenido la suerte de pasar esa época tan maravillosa con dos de los músicos, y hermanos, que más respeto: Álex Supershow y Manu Perrino, con el que además tengo la suerte de contar en este nuevo proyecto. Lo cierto es que es muy muy diferente mi faceta como cantante y frontman en Tucho que en Lex Makoto, pero me siento muy cómodo en el escenario y no tengo ningún miedo a enfrentarme al micrófono, ni en un escenario, ni en la radio o en la televisión, y eso me lo ha dado Lex Makoto, sin duda.
Y cómo sienta ser el protagonista total de un proyecto, dar la cara y decidirlo todo...
Toño Villar: Pues como siempre tiene su parte buena y su parte mala. La buena es que tienes el control total artístico y logístico, pero la otra cara es que a veces te sientes un poco solo…¡Y que es muchísimo curro!
¿Y a la hora de formar la banda que toca en el disco, y que creo que es parte de su éxito, cómo fue esa selección, tenías claro quiénes iban a ser tus acompañantes?
Toño Villar: Pues la verdad es que son todos muy buenos amigos, y fueron ellos los que me alentaron a probar a montar los temas con la banda cuando les enseñé las ideas. Varios de ellos son como mis hermanos, nos conocemos desde hace más de 20 años…
El disco mantiene un sonido muy homogéneo, con ese tono desértico, envolvente, ¿tuviste especial miramiento a la hora de no desviarte de ciertas directrices, o fue un resultado natural?
Toño Villar: Lo cierto es que no, ha salido todo de una forma muy natural. Todos los músicos que hemos participado en el disco bebemos de lugares comunes y Toni Brunet, el productor, lo entendió en seguida. Si te fijas, está “El mundo entre los dos” que es un sonido más pop, pero aunque me planteé que no entrará en el disco, al final ahí está. Tiendo a no darle muchas vueltas a esas cosas, solo intento disfrutar al máximo durante todo el proceso.
En ese sonido que alcanza el disco tiene una gran importancia el tono paisajístico-ambiental que transmite, ¿hay en estas canciones una idea premeditada de transmitir ese elemento visual?
Toño Villar: No especialmente, pero sí es cierto que soy un tipo que aprecia enormemente el contacto con la naturaleza, aquí donde me ves, soy biólogo especializado en cetáceos, y creo que eso se nota también. He intentado que el disco sea una especie de viaje, casi de aventura, que igualmente he querido plasmar en el diseño de la contraportada, con una imagen para cada canción, evocando un viaje o una aventura real.
Toño Villar: Han sido unos años muy convulsos en mi vida, y como la verdad es que soy un tipo bastante positivo y feliz, y tiendo a llevar la angustia muy por dentro, cuando escribo lo utilizo un poco como desahogo para soltar esa oscuridad.
De ahí supongo un tema como “Coyotes”, en el que haces un llamamiento claro a mantenerse en pie pese a todo..
Toño Villar: Siempre. Nunca hay que rendirse ante la adversidad.
Lo que también está presente en esas letras es el amor como un elemento de salvación, de camino para escapar de esos sombríos pensamientos..
Toño Villar: El disco gira en su mayor parte en torno al amor y al desamor, ya sea hacia una mujer, a una ciudad, o a uno mismo... Hay muchas formas de amor y de amar, lo que está claro es que “el amor nos hará libres”.
La grabación del álbum se ha realizado en directo, ¿era el método idóneo para reflejar ese sentido personal y honesto que busca el disco?
Toño Villar: .Desde luego. Teníamos muy claro que queríamos plasmar ese rollo de tocata de banda y creo que lo hemos conseguido.
Está claro que Tucho representa una nueva etapa profesional, pero, ¿va implícito en ello también una nueva etapa personal? ¿Hacer otro tipo de música es el reflejo también de una forma de entender la vida diferente?
Toño Villar: Sí, claro, pasa el tiempo y no puedes luchar contra eso, sólo adaptarte, buscar nuevas metas y retos y disfrutar del camino. Antes me agobiaba pensando mucho en el futuro, la edad me ha enseñado a que lo realmente importante es estar con la gente a la que quieres y apreciar cada etapa del viaje.