Acercarte hasta cualquier artefacto sonoro que en su portada lleve la firma de Trogloditas ha sido hasta la fecha garantía de efectividad y miltancia rockera más que acreditada. Franqueza y un sonido reconocible de guitarras potentes, han sido la seña identitaria de un combo que siempre ha seguido el paso marcado por una de las secciones rítmicas más míticas del rock patrio, capitaneada desde siempre por Simón Ramírez y Jordi Vila.
Unas coordenadas sonoras que siguen fijas en éste "2" que nos acaban de regalar, pero en el que lejos de caer en un marcado continuismo logran dar un paso adelante en busca de sonoridades fronterizas, que invitan al baile y al movimiento continuo, arropadas por unos textos repletos de sentimiento, sobre todo amoroso, espíritu callejero y rock vitalista, que acaban por brindarnos un trabajo de obligada escucha para todo aquel amante de la buena música.
Un álbum del que destaca su buen tono general, desde el comienzo con "A Cara Perro", con sus aires juguetones y arrabaleros, que desemboca en un corte de violento rock and roll, donde la voz de Andreu Muntaner cobra gran protagonismo dada su profundidad varonil, "Desterrado", etílica, nocturna y festiva, y el swing arrastrado de "El Gallo del Gitano" o "Siempre quieres Más", un corte de aromas clásicos más que adictivo.
Especial mención merece su revisión de "Malos Tiempos para la Lírica", el genial corte de Golpes Bajos, la banda en la que sobresalía el buen hacer del añorado Germán Coppini, tan ligado durante sus últimos años de carrera al sello Lemuria, donde los Troglos la hacen suya acercándola al rockabilly más corrido, marcando nuevos cauces a un clásico de nuestra música.
Recuperan el tono guitarrero con "Fuimos Arena", afilando sentimiento sobre una maravillosa base rítmica de bajo y batería, a la que hay que sumar el juego de guitarras y voces que proponen Toni Retamosa y Diego García, enlazando de fábula con "Bartes y Nicotina", una vacilada madrileña donde toma la voz cantante Jordi Vila.
En "Perro Viejo" sorprenden con otro trallazo de corte hedonista, de viejos rockeros que siguen muriendo de amor, que es clara contraposición con la profundidad que dota al ambiente desde instantes iniciales de "Una Especie Diferente", donde parecen hacer una analogía a la carrera musical de largo recorrido de Trogloditas, sin el apoyo del foco mediático desde hace años pero también sin ganas de desfallecer ni dejarse aniquilar y que hasta parece encerrar un mensaje nada sutil dedicado al Loco.
Cierran el minutaje con otro corte marca de la casa llamado "Esos Ojitos", de base endemoniada y electrizante, y con "El Último Adiós", que engancha desde compases iniciales para volver a lanzar otro mensaje de resistencia.
En "2" Trogloditas vuelven a demostrar que son historia en nuestra música, algo que nadie duda a estas alturas de la película. A esa capacidad innata para sobrevivir a casi cualquier tópico asociado a nocturnidad y al rock and roll way os life, debemos añadir las miles de noches acumuladas sobre las tablas y un estado de forma que les posibilita seguir firmando discos notables como éste. Tras la escucha no nos queda más remedio que felicitarles por su gran labor y renovar los votos de amor eterno que hace tantos años les profesamos de manera incondicional y que les convirtieron por derecho propio en parte de la banda sonora de nuestras vidas. Mil gracias por todo Troglos y a seguir dándole muy duro.