Por: Txema Mañeru
Descubrí a este nativo de Louisiana hace tres años gracias al inquieto sello de Seattle, Sub Pop, siempre dispuesto al descubrimiento de nuevas y atractivas propuestas. Quedé cautivado con su “Dolls Of Highland”, lleno de influencias del rock más clásico de los años 70 y con muchos toques cercanos a David Bowie y Bob Dylan; igualmente tenía otros psicodélicos e incluso más pop relacionados con el mejor Elton John. Discos mágicos como “Hunky Dory” o “Ziggy Stardust” te venían a la mente en varias de sus variadas canciones.
El año pasado ya quedó claro que no estábamos ante ningún bluff ni ningún hype. Y es que “Full Circle Nightmare” (Sub Pop / Everlasting) demostró que era tan bueno o mejor que su predecesor a base de buenas y variadas canciones. Si en el primer disco fue bien producido por sus compañeros en Sub Pop de The Helio Sequence, en su reválida contó con otro prestigioso nombre como Chris Funk. Sí, el hombre de The Decemberists que también ha producido a Langhorne Slim o Red Fang. Aquí gozamos con temas que nos podían recordar a otras referencias clásicas de los 70 como Marc Bolan Ian Hunter, Van Morrison y hasta al mejor Neil Diamond, dada su facilidad para conseguir pegadizas melodías. La gran ayuda instrumental de un montón de músicos resultó sencial para alcanzar dichos logros.
Pero es que el tío no ha parado y ahora nos trae un disco, “Showboat Honey” (Sub Pop / Everlasting), firmado por la banda de nombre Kyle Craft & Showboat Honey, en el que la variación y los buenos resultados vuelven a darse la mano. Ahora caben las influencias de los Beatles más psicodélicos y de otras bandas amigas de las amebas y los paramecios como The Soft Boys (Robyn Hitchcock) o The Chemistry Set.
Comienza en plan “Sgt. Peppers” con una luminosa "Broken Mirror Pose", cargada de buenas voces, su fantástico piano y algunas guitarras rock realmente poderosas. Suena más psicodélico y ácido en una joyita como "O! Lucky Hand", que se acerca hasta al George Harrison más hindú. Tiene preciosos temas lentos melódicos como un "Blackhole/Joyride" con toques a la E.L.O. y Elton John, donde vuelve a destacar su piano y un precioso y muy melodioso estribillo. En plan balada total nos embelesa con un "Bed of Needles # 2" con magníficos teclados y flamante estribillo para corear. Destaca el órgano y las guitarras de puro rock en "Buzzkill Caterwaul", dejando para el final otras dos gemas que pudieran ser singles. Primero está la expansiva "Johnny (Free & Easy)" y luego la despedida que te deja con ganas de más titulada "She’s Lily Riptide", volviéndonos a encandilar con un estribillo pegadizo al igual que con su fantástico piano y la alegría al estilo de los más populares T-Rex.
La riqueza de arreglos a lo largo del disco, con muchas cuerdas y teclados resaltando a cada momento, y su gran voz acaban de redondear la que quizás sea su mejor colección de canciones hasta la fecha. En cualquier caso un nombre y un hombre así es de los que hay que seguir sin duda alguna. ¡Estará de nuevo en mi lista de mejores discos del presente año!