"Quería que quedara lo más claro posible mi punto de vista sobre las cosas de las que hablo"
Por: J.J. Caballero
Siempre es un placer saber que uno de los artistas más veteranos de la escena pop está de vuelta. Tras finiquitar, no sabemos si definitivamente, su etapa con los grandísimos Amigos Imaginarios, se reafirma en sus principios haciéndose acompañar de otros no menos grandes Herederos y decide agrupar sus últimas visiones sobre su propia vida, el oficio de músico y el mundo en general en un disco que sorprende y apabulla por igual. Hacer un álbum doble en unos tiempos en que varias generaciones ya empiezan a ignorar a quienes conservamos la sana costumbre de comprar y consumir discos completos es tan o más llamativo que la emoción que aflora en muchos de estas nuevas composiciones, imbuidas de las mismas influencias de siempre pero con un cierto y renovado empaque respecto a las anteriores. Santi Campos es un músico de raza y profundas convicciones. La fe en sí mismo y en su trabajo le ha llevado a hacer de “La alegría” uno de los discos del año, y de él hablamos a continuación.
Este es el disco sin duda más largo y ambicioso de tu trayectoria hasta el momento. ¿Por qué un álbum doble, con todos los riesgos que se asumen al publicar algo así en el momento actual?
Santi Campos: Por necesidad de no dejarme nada en el tintero. También por inconsciencia, y porque no tenemos mucho que perder, solo dinero. Además, también tiene algo de disco resumen de mi forma de ver la música.
A su vez, en cada uno de los discos hay una subdivisión en dos capítulos, entendiendo los respectivos temas que los componen como episodios temáticos que conforman un todo. ¿Hablamos pues de un disco conceptual?
Santi Campos: El disco gira alrededor de una idea, eso es seguro. Lo que pasa es que esa idea es tan general -la vida- que no sé si sería adecuado hablar de un disco conceptual.
¿Cuánto tiempo ha llevado terminar estas canciones y organizarlas de esa manera tan especial?
Santi Campos: Hay canciones de este disco que tienen varios años y otras fueron apareciendo en los últimos dos o tres años, antes de que tuviera claro que el disco iba a ser doble. Desde el momento que tuvimos claro que el disco iba a ser así de extenso y con este orden (aproximadamente en noviembre del año pasado), todo fue muy fluido.
Todo está contado de forma natural, titulando cada uno de esos bloques de forma explícita para hablar de la evolución lógica de todo ser humano. Al menos, lo que tus propias vivencias entienden como tal.
Santi Campos: Nunca he sido muy de metáforas, no se me dan muy bien y además me pone un poco nervioso no entenderlas cuando los demás las usan, me hace sentir idiota. Lo que quiero decir es que el disco está contado para que se entienda, quería que quedara lo más claro posible mi punto de vista sobre las cosas de las que hablo.
De esos capítulos que estructuran el disco, ¿cuál ha sido el que más trabajo te ha costado armar o al que más vueltas le has dado, por la circunstancia que sea?
Santi Campos: Una vez tomada la decisión, todo fue muy fluido. No hay ningún capítulo que nos haya dado complicaciones, lo que sí que es cierto es que había un par de canciones que encajaban en más de un capítulo, y decidir dónde iban a ir fue un pequeño quebradero de cabeza. Por otro lado, al ser un disco cuyo orden obedece a la temática de las canciones, teníamos un poco de miedo a que en lo musical no fluyera bien, sobre todo en el primer capítulo, que es el que tiene canciones más distintas, y que eso hiciera difícil su escucha.
Al hilo de todo ello, ¿cuánto hay de autobiográfico y cuánto de interpretar los recuerdos en este disco?
Santi Campos: Hay muy poco de autobiográfico, solo dos o tres canciones, pero sí que hay mucho de observación desde un punto de vista a veces excesivamente subjetivo.
“Enid Blyton” es un tema cuyo título nos retrotrae a los que ya tenemos cierta edad a aquellas tardes de sábado, cuando aún éramos demasiado pequeños para salir a guerrear por las calles, en las que devorábamos las aventuras de “Los Cinco” inventados por la escritora británica. ¿Es necesaria la melancolía para no olvidar de dónde venimos?
Santi Campos: No soy muy melancólico y huyo de la nostalgia como de la peste. Lo que sí está claro es que para hacer canciones ese tipo de imágenes son muy poderosas y, una vez que la estructura del disco estaba decidida, me pareció que hacer una canción que llevara a ese lugar podría ser bastante potente. Me encantaban “Los Cinco”, entre otras cosas porque mi pasión por la lectura viene de ahí, pero no me identifico con la canción.
Has descrito en alguna ocasión “La alegría” como un trabajo suicida, como una especie de reto personal con el que echar el resto en una carrera ya de largo recorrido como la tuya. ¿Es una apuesta personal, una cruzada contra los modos y maneras de la industria actual?
Santi Campos: Todo eso. Y también una voluntad de forzar la máquina para no tener deseos de sacar discos en un largo período de tiempo. Es como ir a un buffet libre, pegarte un atracón y llamar a una ambulancia.
Llevas ya unos cuantos años grabando con los Herederos, tu banda de acompañamiento actual. ¿Encuentras muchas diferencias, aparte del concepto de cada disco, entre ellos y los anteriores Amigos Imaginarios con los que grabaste varios álbumes?
Santi Campos: Ambos grupos son maravillosos, pero son prácticamente opuestos. No habría podido hacer un disco como este con Imaginarios, como tampoco habría podido hacer "Muñecas rusas" con Herederos... Además, la energía del directo, siendo increíble en ambos casos, es totalmente distinta.
Confías en la autogestión y la plataforma Verkami para financiarlo, con todo lo bueno y malo que ello puede conllevar. Pero lo que más sorprende es el mimo y los detalles con los que aseguras recompensar a tus “inversores”, mini conciertos a domicilio y apariciones en los vídeos incluidos.
Santi Campos: El pequeño mecenazgo es una muy buena forma de financiación para autores minoritarios, nos da la posibilidad de saber si la gente quiere otro disco nuestro, y además sirve de promoción desde antes de que el disco exista. Por contra, no dejas de tener la sensación durante el proceso de que estás siendo un pesado, y además es un currazo logístico (enviar paquetes, entregar algunas recompensas en mano, la resolución de errores...) difícil de asumir para una sola persona. Respecto a las recompensas, suelen ser muy variadas, para que el que se implique en el proyecto tenga todas las opciones posibles.
Las bases e influencias parecen seguir siendo las mismas, pero ahora suenen más expansivas y coherentes que nunca. Desde luego eso que dices de que este disco es el menos parecido a cualquier otro de los que has grabado está muy cerca de ser cierto.
Santi Campos: El asumir todo lo que me gusta de la música y no autocensurarme ni forzar los arreglos en una dirección u otra creo que es la mayor virtud de este disco, y sí, es el menos parecido a los otros, pero tal vez sea el más parecido a mí y a todos mis gustos.
Para un músico de vocación ya metido en la cincuentena puede que esta sea una buena forma de hacer balance. ¿Con qué momentos te quedas de todo lo bueno que has vivido en el mundo de la música, ese que recuerdes con especial cariño o que haya tenido particular relevancia en el desarrollo de tu carrera?
Santi Campos: Tengo mala memoria, pero recuerdo un viaje a Granada en una época en la que había dejado la música de lado y llevaba un par de años sin tocar. Fueron unos días muy divertidos, y por circunstancias terminé haciendo un concierto en Bora Bora, la tienda de discos. Eso me hizo recuperar las ganas, y aquí sigo.
¿Cómo está afrontando la banda esta gira de presentación? ¿Habrá alguna novedad respecto a las anteriores?
Santi Campos: Hay muchas novedades, empezando porque, aun siendo el mismo grupo de personas, hemos cambiado de enfoque, e incluso tocamos distintos instrumentos respecto a la gira anterior: yo toco el piano, Javi la guitarra, Joe toca teclas en muchas de las canciones... Además, esta vez no llevaremos pregrabados, pues la intención es que gane la víscera a la precisión.