"Lo bueno de estas canciones es que surgieron sin ninguna intención de quedarse"
Por: Kepa Arbizu
Esconde el rock (and roll) un espacio acotado, y reducido, en el que encuentran su hábitat natural aquellos grupos, o músicos, tildados de "malditos". Un adjetivo lo suficientemente disperso como para no resultar significativo a la hora de ofrecer una definición musical pero que esconde, en ocasiones, ciertas connotaciones que perfectamente se pueden aplicar a la formación navarra Jon Ulecia & Cantina Bizarro. Su intenso, eléctrico y decadente romanticismo, apoyado también por un limitado, pero convencido, número de seguidores les hace poseedores, en cierto sentido, de dicha aura.
Diez años de historia regada por la profundidad de un sonido surgido a la sombra de nombres escritos con cuero y bohemia como Willy DeVille, Johnny Thunders, Nikki Sudden, o destilado con la crudeza liberada por las huestes australianas. Ahora, con su tercer disco, "Striptease", nos presentan una versión algo más orgánica, y menos retorcida, de su estilo pero prendido bajo las mismas coordenadas. Todavía, y una vez más, impresionados por los resultados obtenidos, hablamos con dos de sus miembros, Jon Ulecia y Javier Egiluz, sobre un nuevo álbum que vuelve a empujarnos a ensalzar y reivindicar esta banda.
Por: Kepa Arbizu
Esconde el rock (and roll) un espacio acotado, y reducido, en el que encuentran su hábitat natural aquellos grupos, o músicos, tildados de "malditos". Un adjetivo lo suficientemente disperso como para no resultar significativo a la hora de ofrecer una definición musical pero que esconde, en ocasiones, ciertas connotaciones que perfectamente se pueden aplicar a la formación navarra Jon Ulecia & Cantina Bizarro. Su intenso, eléctrico y decadente romanticismo, apoyado también por un limitado, pero convencido, número de seguidores les hace poseedores, en cierto sentido, de dicha aura.
Diez años de historia regada por la profundidad de un sonido surgido a la sombra de nombres escritos con cuero y bohemia como Willy DeVille, Johnny Thunders, Nikki Sudden, o destilado con la crudeza liberada por las huestes australianas. Ahora, con su tercer disco, "Striptease", nos presentan una versión algo más orgánica, y menos retorcida, de su estilo pero prendido bajo las mismas coordenadas. Todavía, y una vez más, impresionados por los resultados obtenidos, hablamos con dos de sus miembros, Jon Ulecia y Javier Egiluz, sobre un nuevo álbum que vuelve a empujarnos a ensalzar y reivindicar esta banda.
Éste es vuestro tercer disco en los más de diez años de carrera que lleváis, esa baja periodicidad a la hora de publicar, ¿es consecuencia de cuestiones extramusicales o señal de una manera reposada y meditada de componer y dedicarse a la música?
Jon Ulecia: Los dos primeros discos fueron compuestos y grabados de forma muy meditada. Poco después de editar “Frame”, algo desmotivado por la falta de recepción, decidí congelar el proyecto y atender otras cuestiones extramusicales. La verdad es que estuve así durante años, hasta que en el 2016, Javi me habló de la posibilidad de reeditar “Last night dream” en vinilo. De esta manera se reactivó un proyecto que haberlo detenido en su momento fue la principal causa de esta forma un tanto errática de llevar la banda. Un error por mi parte.
Y una vez reeditado ese disco debut, ¿cómo lo valoráis visto desde la actualidad?, ¿os sentís muy cambiados?
Jon Ulecia: Creo que es un buen disco. La reedición demuestra que tiene aguante. Por otra parte claro que me siento cambiado y la forma de abordar mi relación con la música ha cambiado, me he ido adaptando a las circunstancias de forma positiva.
Javier Egiluz: Contiene canciones que son clásicos de la banda. Cuesta creer que hayan pasado tantos años porque sigue estando igual de vigente. Lo notas en la gente cuando tocamos esos temas en directo, y personalmente disfruto tocando “Empty Bottles Of Wine” o “Still Fooling Me” como el primer día.
Jon Ulecia: Creo que es un buen disco. La reedición demuestra que tiene aguante. Por otra parte claro que me siento cambiado y la forma de abordar mi relación con la música ha cambiado, me he ido adaptando a las circunstancias de forma positiva.
Javier Egiluz: Contiene canciones que son clásicos de la banda. Cuesta creer que hayan pasado tantos años porque sigue estando igual de vigente. Lo notas en la gente cuando tocamos esos temas en directo, y personalmente disfruto tocando “Empty Bottles Of Wine” o “Still Fooling Me” como el primer día.
El sonido de este nuevo “Striptease” mantiene la marca de la casa pero a su vez se muestra más orgánico, algo más directo, ¿ es una deriva que se piensa primero y luego se ejecuta o que surge de forma natural?
Jon Ulecia: Mientras se gestionaba el tema de la reedición, compuse algunos temas nuevos, muy poco enrevesados y fáciles, para cubrir un evento en particular. Lo bueno de estas canciones es que surgieron sin ninguna intención de quedarse. Muchas veces esta forma de componer tan desinteresada suele dar muy buenos temas, porque no son conscientes de competir con el resto del repertorio. Javi me convenció de que con aquellas canciones y alguna más ya teníamos un tercer disco para Jon Ulecia & Cantina Bizarro. Teniendo en cuenta que su principal virtud era su frescura y la falta de artificios decidimos completar el trabajo manteniendo esa premisa. Para esto lo mejor es trabajar los temas en el local y usar el estudio para retratarlos y punto. Alejándonos así de la manera en que se hicieron los anteriores.
Javier Egiluz: Jon contaba con un puñado de canciones nuevas que estaban entre las mejores que había hecho nunca. Había que aprovechar un momento en el que el grupo estaba en plena forma tras las presentaciones de la reedición de “Last Night Dream” para registrar esos temas. Buscábamos esa producción más urgente y menos elaborada, acorde con las propias canciones.
Javier Egiluz: Jon contaba con un puñado de canciones nuevas que estaban entre las mejores que había hecho nunca. Había que aprovechar un momento en el que el grupo estaba en plena forma tras las presentaciones de la reedición de “Last Night Dream” para registrar esos temas. Buscábamos esa producción más urgente y menos elaborada, acorde con las propias canciones.
En ese sentido, ¿ha tenido influencia en el desarrollo y posterior resultado final haber cambiado de estudio de grabación, ahora uno externo a la banda?
Jon Ulecia: Sin duda. Esta vez hemos grabado en MOTU con Guillermo F. Mutiloa y se nota su presencia. Es la primera vez que no he intentado controlarlo todo y me he dejado hacer. Hemos coincidido toda la banda en el estudio contrastando ideas y eso ha quedado plasmado en el disco. En los anteriores discos, la dinámica fue grabar la batería en un estudio y continuar el resto entre mi hermano y yo en su estudio, aislados del resto, como un par de maníacos buscando el arreglo perfecto. En esta ocasión hemos dejado que se sucedan ciertos accidentes que le dan otro aire a todo.
Javier Egiluz: Tener a Dani es un lujo, pero también teníamos mucha curiosidad por ver cómo sonaría la banda en manos de otro técnico y en un estudio diferente. Guille ha sido la alternativa perfecta.
Javier Egiluz: Tener a Dani es un lujo, pero también teníamos mucha curiosidad por ver cómo sonaría la banda en manos de otro técnico y en un estudio diferente. Guille ha sido la alternativa perfecta.
Un título como “Striptease” es lo suficientemente sugerente como para peguntarse si este disco es especialmente importante o representativo del hecho de “desnudarse”, de mostrarse...
Jon Ulecia: Entiendo que se presta a dicha interpretación pero no fue intencionado. La verdad es que teniendo en cuenta que el disco contiene canciones en inglés y en castellano traté de buscar una palabra ambivalente.
¿Por qué llega ahora esa decisión de cantar dos temas (“Extraños”, “A tus pies”) en castellano?
Jon Ulecia: Pensando en el eterno debate que se suele dar sobre la legitimidad del uso del inglés por parte de las bandas españolas llegué a la conclusión de que ya era hora de tener una experiencia de primera mano con el castellano, tan solo para probar y aprender algo nuevo durante el proceso, y claro que aprendes, ya lo creo. Cambia la forma de interpretar, influye en el resultado final y lo que ya me entusiasma es que incluso el timbre de la voz parece variar. Creo que es interesante pensar en el idioma en términos de textura, sonoridad, color...
¿Y el idioma en el que se interpreta influye a la hora de lo que uno quiere contar y cómo contarlo?
Jon Ulecia: Puede ser. La temática de la canción varía según la sonoridad de las palabras y hay veces que no sabes de qué vas a hablar hasta que das con una frase o un par de versos que suenen adecuados. De todas maneras no siempre soy muy específico con respecto al mensaje. Hay ocasiones que en una misma canción se cruzan todas tus obsesiones particulares. En esos casos, puedes valerte de ambos idiomas.
En la mitad del disco aparece un breve y delicada pieza instrumental, “Faint”, ¿hay que ver en ella y en su ubicación alguna a pista de su significado?
Jon Ulecia: Nos gustó la idea de colar una especie de apunte que apenas se asoma y se va corriendo como un fantasma. Casi siempre estos caprichos se suelen ubicar al final de una cara del vinilo, ya que la calidad del sonido se deteriora a medida que llegas a los últimos surcos.
La portada del nuevo álbum también rompe con ese habitual dominio de lo oscuro para mostrar una claridad turbia y rasgada, ¿tenías la idea de acompañar el contenido musical con una imaginería acorde?
Javier Egiluz: Sí, queríamos desmarcarnos de lo anterior también a nivel estético. Para ello había que pasar por eliminar el fondo negro, el retrato y la imagen elegante y cuidada habitual y dar con algo más orgánico e imperfecto. Con cierta crudeza pero sin renunciar a lo sutil, algo que dialogara bien con la texturas sonoras y las guitarras rotas que te encuentras en el disco. Me gusta la idea de que el envoltorio se corresponda con lo que hay dentro, sin caer en la obviedad. Y, por qué no, presentarlo en una edición de vinilo en color además del negro. Hay que decir también que está realizada con la misma urgencia que ha caracterizado la grabación.
Jon Ulecia & Cantina Bizarro es un proyecto muy asociado a unas determinadas referencias musicales ¿En algún momento uno tiende a intentar esconder esas influencias o siempre se muestran con orgullo y sin ocultarlas?
Jon Ulecia: No me importa reconocerlas, y estoy seguro de que de alguna manera están reflejadas en nuestra música, pero hasta cierto punto y cada vez menos. La realidad es que cuando estás receptivo el detonante para iniciar una canción o un detalle en particular puede llegar de cualquier sitio, bandas sonoras, anuncios de TV, un ruido o grupos improbables. Las referencias son siempre orientativas, nunca definitivas. Además el tiempo pasa y uno puede cambiar incluso radicalmente de opinión.
¿Crees que el paso del tiempo ha ido convirtiendo lo que era un proyecto personal en un concepto más de banda o se mantiene ese peso individual?
Jon Ulecia: Está en algún punto medio entre los dos planteamientos. En comparación con los dos primeros discos es más potente la influencia de la gente que trabaja conmigo: la banda, Guillermo... y más adelante influirá seguro según quién nos acompañe en los directos como guitarrista.
El hecho de haber participado en discos homenajes a Josetxo Ezponda, Rowland S. Howard o Nikki Sudden, ¿denota una atracción por un determinado tipo de perfil de intérprete digamos underground y “maldito” o responde a una admiración estrictamente musical?
Jon Ulecia: Creo que es una atracción meramente musical. Hubiese participado en un disco homenaje a David Bowie si me lo hubiesen pedido. “Dime con quién andas y te diré quién eres” es tan solo una ocurrencia, la realidad siempre es más difícil de desentramar.
Dando por aceptado que el público del rock es minoritario, y una propuesta como la vuestra, pese a la calidad, todavía más, ¿supone esa situación una merma de las motivaciones para ponerse a escribir canciones o esa motivación reside en otros campos?
Jon Ulecia: No creo que tenga tanto que ver la falta de éxito comercial. El mayor enemigo suele ser uno mismo, según el nivel de autoexigencia. Es necesario cierto equilibrio y constancia para llevarlo bien y no siempre ha sido así. Esto es a lo que me refería cuando te hablaba de mi relación con la música. Mi intención ahora es tan solo disfrutar del proceso.