Por: Txema Mañeru
Puede parecer una simpleza el primer juicio que vamos a emitir sobre este trabajo, pero realmente creemos que no lo es pues es bien cierto lo que vamos a firmar. “Eternal Voices” (Jazzline / Distrijazz) es un genial doble compacto de casi dos horas de duración que puede gustar por igual a los amantes de la música clásica que a los del jazz. Lo mismo que encantará a quienes gusten de la improvisación y libertad total dentro de una música básicamente ya libre como suele ser el jazz.
Aquí celebran estos dos prestigiosos veteranos una colaboración que se remonta ya a hace medio siglo. Colaboraciones en directo y también en bastantes discos. Lo hacen por todo lo grande por si, por desgracia, pudiera ser la última ocasión que tuvieran. Aunque ninguno de estos dos monstruos necesite presentación haremos un breve repaso de ambos.
Dave Liebman toca los saxo tenor y alto, además de la flauta. Ha tocado junto a Miles Davis, Chick Corea, McCoy Tyner, John McLaughlin o Elvin Jones entre muchísimo más. Ha trabajado fundamentalmente dentro del jazz pero no es la primera vez que entra en territorios clásicos y ha hecho buenas colaboraciones en el mundo del rock. No en vano ha participado en más de 500 grabaciones y en 200 de ellas, aproximadamente, como líder o co-líder.
Richie Beirach es un consagrado pianista y compositor que comenzó con uno de los más grandes, Stan Getz. Muchísimos grandes nombres también en su historial y el más popular quizás sea el del inolvidable Chet Baker.
Juntos han querido llevar a su terreno algunas breves piezas clásicas de renombre y de compositores de primer nivel. Así en el primer compacto se enfrentan a monstruos como Mozart, Beethoven, Bach, Katchaturian o Schoenberg en un viaje de varios siglos. Comienzan con el "Piano Concerto No. 23" de Mozart estableciendo ya un diálogo total entre un sutil y limpio piano y el genial saxo de Liebman. El "Little Prelude No. 4" de Bach lo bordan con una preciosa y solemne melodía llevada conjuntamente. Ambos aportan una pieza por cabeza. "For Ernst" la firma Beirach y es hermosamente triste, destacando mucho la flauta. "For Walter" es el tema de Liebman y resuena aún más profundo con su tenor y las teclas más graves del piano. El "Prelude" de Scriabin tiene un precioso arranque improvisado solo de saxo.
La verdad es que lo comparten todo. También el texto del trabajado libreto que viene dentro del bonito y cuidado triple digi-pack. El texto lo firma Beirach pero con la supervisión y las correcciones de Liebman. En el primer compacto también tenemos temas de Mompou, Faure y el "Bagatelles" de Bela Bartok. Pero es que el segundo compacto está íntegramente dedicado a los seis "String Quartet" de Bartok. Muy curioso hacer estos célebres cuartetos de cuerda con saxos y piano únicamente y en formato de dúo. El ‘String Quartet No. 1’ comienza con un estupendo solo del tenor de Liebman. Algo que se repite en el ‘String Quartet No. 4’ y también en el emocionante final del "String Quartet No. 6". Pero en muchos momentos como los más de ocho minutos del "String Quartet No.2" o en los más de doce del "String Quartet No. 6", Beircah se muestra realmente inspirado con el piano. En general, en este segundo compacto con temas más extensos son mayores aún los momentos dedicados a la improvisación. ¡Ojalá les queden unas cuantas colaboraciones conjuntas más!