Teatro Fernán Gómez, Madrid. Jueves, 13 de junio del 2019
Texto: Oky Aguirre
Fotografías: Martín Larroque
Aunque unos problemas operativos me impidieron acudir al maravilloso concierto que por lo visto dieron la Bantastic Fand en el recién creado Festival Americana Music Madrid, por donde también han pasado Steve Forbert, Phosphorescent, Frank Turner, Ryan Bingham o Scott H. Biram, mantenía intactas las ganas de volver a encontrarme con los Hermanos Durham, después del gran recuerdo dejado el pasado año en la Joy Slava, con esa mezcla y actitud tan peculiar hacia todos los estilos musicales, sobre todo americanos. 000
Kitty, Daisy & Lewis volvieron a hacer exactamente el mismo concierto que vimos hace doce meses en la famosa discoteca madrileña, presentando entonces su cuarto y último disco, "Superscope", clavando prácticamente el repertorio con las mismas ganas y sensaciones, trasladando al público esas buenas vibraciones que transmiten con sus canciones. Pero esta vez en un entorno totalmente diferente y muy acertado, el Teatro Fernán Gómez, frecuentemente utilizado para espectáculos y músicas más acordes a la comodidad de las butacas, y raramente imaginado para la Americana Music, que nos aproximó aún más a esta familia que vive de la música y para la música –recordar que su padre, que los acompañó a la guitarra, es además un gran ingeniero de sonido y su madre fue bajista en el grupo punk The Raincoats-.
De esta forma, y con uno más por venir en la familia, visto el evidente bombo que lucía Daisy, se fueron sucediendo todos esos temas que les han hecho girar sin parar –el día anterior en Escocia, de la que maldijeron su clima, dejando claro Kitty su amor por nuestro sol, y posteriormente irían hacia Madrid y Bilbao, allí junto a cracks como Little Steven o Ben Harper. "Slave", "Baby, Bye Bye", "Black Van", "You´re So Fine", "The Game is On", alternándose en los instrumentos y voces con una maestría con la que desde luego han nacido. De nuevo, volvimos a ser hechizados por esta música del diablo, con los solos de guitarra del elegante Lewis, cercanos a los maravillosos años cincuenta y sesenta, el desparpajo de Daisy a la batería, siempre risueña y arrebatada, y la exuberancia de Kitty, muy al estilo de Peggy Jones "Lady Bo", la gran dama guitarrista acompañante de Bo Diddley, que nos volvió a regalar su "Just One Kiss", con ese ambiente tan "Albatross" de Peter Green.
Además de rockabilly, blues, soul, southern, funky, boggie o sonido Nueva Orleans, tuvimos otra vez ración de "positive vibrations" con la presencia del trompetista jamaicano Eddie “Tan Tan” Thornton, que con sus 88 añitos nos puso tiernos a todos, contando sus recuerdos de infancia en Spanish Town, Jamaica, levantándonos de nuestros asientos ya hasta el cierre con sus dos temazos ska, "Tomorrow" y "Turkish Delight", con sonidos de toro bravo incluido, dejando para el final la dulce "No Action", con la futura mamá en teclados y voz y un "Mean Son Of A Gun" como explosivo bis, con Kitty endemoniada a la armónica, cuya imagen y sonido nos será difícil olvidar.
Aunque estaba claro que no podía faltar el "Going Up The Country", ese clasicazo de Canned Heat que sonaba hace medio siglo allá por Woodstock y que ya han hecho suyo –y nuestro- en su particular y “pelos de punta” versión, con batería y chicas en pie, lo que se podría considerar como un himno a la Americana Music, perfecto para casi poner cierre a este Festival excelentemente gestionado, que esperemos mantenga ubicación, y que no ha hecho más que plantar su semilla, ofreciéndonos tardes tan gloriosas como tantos días ha durado.