Por: Javier González
Fotografía: Miguel Prado
Más allá de lo evidente y de tanto lugar común, fuera de los caminos trillados y estandarizados es donde en ocasiones encontramos parte de la producción más intensa e interesante de nuestra música en los últimos años.
Y es en esos senderos donde hace ya bastante tiempo se mueve el asturiano Alfredo González, quien con su última obra de estudio, “Afluentes”, vuelve a demostrarnos que lo suyo es escribir canciones de hondo calado desde la más estricta heterodoxia.
Un buen puñado de composiciones intensas, de corte narrativo, que estará presentando el próximo día 13 de Junio en la madrileña sala Costello, en lo que a buen seguro será una noche para el disfrute.
Con objeto de conocer sus sensaciones en la previa de su visita a nuestra ciudad, contactamos con Alfredo, quien se sumerge en las aguas profundas de nuestro cuestionario, dejando claro que tiene caudal y bravura suficiente en sus letras como para ser mucho más que uno de esos “Afluentes” a los que hace referencia.
Comencemos por el principio si te parece. Hace algunos meses que vio la luz Afluentes, el sexto trabajo de tu carrera musical, con la perspectiva que da el relativo paso del tiempo. ¿Qué valoración haces del mismo? ¿Qué tal está funcionando el disco?
Alfredo: Mi valoración personal es buena, pues hice el disco que quería, con el productor que quería... Después de tres años en los que apenas cultivé mi proyecto, me apetecía regresar sin prisas y cumpliendo con mis propios objetivos artísticos. En cuanto al funcionamiento de "Afluentes"... Para una artista pequeño, como yo, creo que hay que dejar pasar tiempo para hacer valoraciones. No tengo una gran promoción, mis canciones son de largo recorrido y hasta que uno no comienza la gira (en mi caso, en octubre), no sabe bien si las canciones han llegado al lugar adecuado o se han perdido por el camino. Por de pronto, me parece que están gustando, pero igual soy yo que aún mantengo la ilusión...
Si tuviera que definir Afluentes con un solo adjetivo sería el de heterogéneo. ¿Crees que es el disco en el que más caras tuyas muestras tras una extensa trayectoria?
Alfredo: Sí, totalmente de acuerdo. Nunca he sido muy homogéneo en mis discos, porque mis influencias son muy variadas y no me importa que en una misma grabación haya un tango junto a un blues... Pero en este caso creo que es muy evidente, porque hay canciones escritas en un arco temporal que va del 2006 al 2018 y ahí hay muchos Alfredos conviviendo juntos. También es cierto que me dio la sensación de que Pachi sabría aunar todas esas épocas sin que chirriara demasiado el conjunto, por eso le envié canciones tan diferentes.
Y de entre tantos Alfredos González, ¿con qué traje te encuentras más a gusto?
Alfredo: Con todos. Me gusta ir cómodo a todas las ceremonias.
Por cierto, hablando de trajes, creo que es una muy buena canción Guardad las tijeras. ¿De dónde surge? ¿Debe entenderse como una reivindicación personal o una invitación a romper las cadenas que todos nos autoimponemos?
Alfredo: ¡Muchas gracias! Es una canción que nació con cierta intención catártica. Necesitaba soltar un poco de bilis y nunca he sido de romper cosas, así que escribí y podríamos entenderla como una reivindicación personal. Lo que ocurre es que las canciones nacen de un modo y crecen de otro, así que cuando la acabé también me parecía una buena invitación a la liberación personal y la ruptura de cadenas, como bien dices. Uno nunca sabe a ciencia cierta cuál acaba siendo el significado de sus propios demonios.
Aunque siendo sinceros, atendiendo a tu carrera, no creo que tú hayas hecho muchas concesiones en la misma. ¿Cómo de difícil es afrontar una carrera sincera en un país como el nuestro?
Alfredo: No, la verdad es que concesiones creo que no he hecho ninguna. Y así me va (Risas). Tampoco me han propuesto nunca nada que me hiciera ceder mi integridad como músico... Pero sí es verdad que he ido elaborando una carrera personal en la que me he dejado llevar por lo que me apetecía en cada momento y, si te soy sincero, no sé si sé hacerlo de otro modo. Una gran amiga me dice que soy muy sofisticado para la realidad actual y seguramente tenga razón, pero a mí me gusta mirar hacia atrás y comprobar que mis canciones son radiografías de mi vida en aquel momento. Escribo para que, cuando no esté, me puedan imaginar tal como era.
De Nacho Vegas a Jorge Martínez, con escala en Igor Paskual, Pablo Moro y Fabian. ¿Qué tiene Asturias que da tanto buen músico?
Alfredo: Fabián es de León, pero llevo tiempo queriendo reclamarlo para Asturies, así que te agradezco que lo incluyas aquí (Risas). Bromas aparte y considerando que todos los músicos que citas somos norteños, siempre creí que vivir en estas latitudes nos hace más propensos a la duda y el escepticismo, y eso son dos cualidades muy útiles para la composición.
Por cierto. ¿A cuál de todos esos nombres, y cualquier otro que nos hayamos dejado en el tintero, te sientes más cercano?
Alfredo: Pablo Moro y Fabián son dos de mis mejores amigos, llevamos mucho tiempo juntos en esto y siento una admiración enorme por su carrera; con Fabián además, como sabes, comparto mucha carretera y vía de tren últimamente, pues soy miembro de su banda. Con Nacho también he compartido muy buenos momentos en los últimos años, es una persona muy generosa y uno de los mejores letristas del castellano. A Jorge e Igor les conozco menos y, aunque me son más ajenos musicalmente, sigo sus carreras porque me parecen dos referentes.
Podría añadir muchísimas compañeros y compañeras a esa lista, pues lo mejor que me ha dado la música, sin duda, ha sido la gente que me he ido encontrando. Casi en cada región del estado tengo un amigo con quien departir y que me ofrece techo y comida, y eso no es algo tan común en otros trabajos.
Imagino que ahí tendrá hueco el bueno de Pachi García Alis, ¿verdad?
Alfredo: Sin duda alguna. Siguiendo con lo que te comentaba antes, Pachi no sólo adaptó su sabiduría como un guante a mis canciones, sino que me ofreció su casa y su amistad sin apenas conocerme. Tenemos además, muchos puntos en común a la hora de hablar de música y, sobretodo, comparte conmigo el hecho de valorar la canción por encima de todo. Podíamos pasarnos horas hablando de buenas canciones, aunque fueran de artistas que, a priori, no nos resultaban cercanos.
Lo que es innegable es que tenemos auténticos maestros de la prosa en nuestra música, ando encantado con el último disco de Rafael Berrio y me considero muy fan de Diego Vasallo. ¿A quién admira y reivindica Alfredo González más allá de nombres evidentes?
Alfredo: Precisamente a Berrio he estado escuchándole últimamente, era una cuenta pendiente. Me resulta muy complejo elegir a un sólo nombre a quien admire y que no hayamos nombrado antes, son tantas y tantos... Pero creo que a mi amigo Edu Vázquez tendría que conocerlo mucha más gente y, por elegir a otro, en los últimos meses me estoy haciendo muy fan de David Quinzán.
En unos días tendremos la gran oportunidad de verte tocando en el Costello. ¿Qué nos tienes preparado para esa noche? ¿Qué nos vamos a encontrar?
Alfredo: Aún estoy dándole vueltas al repertorio, ya son seis discos y todas las canciones quieren su lugar en el folio, pero tocaremos unas cuantas del disco nuevo y algún que otro de mis clásicos desconocidos. Como dice un amigo mío, "estoy que me canto encima", sólo tenéis que venir a comprobarlo.
Más allá de esa noche en Madrid. ¿Qué planes manejas a corto y medio plazo?
Alfredo: En verano pararemos -no por propia voluntad, pero no nos llaman de los festivales y el verano es su territorio- y en otoño comenzaré una gira acústica por todo el país. Hace años que no me embarco hacia la aventura, así que intentaré visitar todas las ciudades y pueblos que estén en mi mano. No hay mejor promoción que cantar delante de la gente.
Un abrazo y mil gracias, Alfredo, por dedicarnos tu tiempo.
Alfredo: ¡Gracias a ti! Un fuerte abrazo