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Bunbury: "California Live!!!"

Por: Javier González

Hay dos cosas que nadie podrá negarle al bueno de Enrique Bunbury, una de ellas es que se trata de un músico incansable, quizás el más trabajador junto al Loco del gremio nacional, y la otra es que estamos sin lugar a dudas ante el artista que mayor peso muestra en sus presentaciones en directo, donde su personalidad y carisma, junto a su particular estilo vocal, le hacen llenar cada hueco sobre las tablas como pocos saben hacer a nivel mundial. 

Es por ello que no resulta extraño el ver como cada cierto tiempo llega a nuestras estanterías algún artefacto que, ya sea en forma de dvd o disco en directo, nos sirva para conocer las últimas evoluciones ante el público del aragonés errante, siempre en en perfecta compañía de sus Santos Inocentes, mostrando todo su músculo en lo que a sonido, escenografía y poder de convocatoria se refiere, sobre todo fuera de nuestras fronteras, en plazas no del todo evidentes como Estados Unidos y Europa que tan esquivas se han mostrado con lo que a música de aquí se refiere. 

En éste contexto hay que calibrar y poner en valor el peso de éste "California Live!!!", que ante todo debe entenderse como testamento sonoro de un momento concreto que recoge un repertorio  que se ha redondeado con el paso de los años, repasando algunas de las grandes canciones de la carrera en solitario de Bunbury, mezcladas con adaptaciones de clásicos de Héroes del Silencio, que sufren una tremenda mutación, dejando claro otra vez que el inmovilismo no es una palabra fetiche para el zaragozano y que si de algo puede presumir es de una carrera extensa, plagada de himnos mayores y menores. 

La principal virtud del álbum radica en su capacidad de mantener enganchado al oyente desde instantes iniciales, ya que la relación del set list y el orden de canciones funciona a la perfección, mostrando un sonido logrado, modernizado, abierto al siglo XXI, que deja atrás esa maldita sensación que embriaga muchos directos, que a todas luces suelen caer goleados ante las mismas versiones de estudio de los temas que recogen, salvo gloriosas excepciones todo sea dicho. En éste caso además observamos un filtro que da brillos y matices nuevos a "El Anzuelo", "Héroe de Leyenda" y "Tesoro", creciendo exponencialmente, siendo muy celebrados también la consistencia de temas tan escasamente barrocos como "Cuna de Caín", "De todo el Mundo" y "La Constante" que no solo no decaen, sino que se engrandecen en el caso que hoy nos ocupa.  

Una fotografía de un momento concreto del disfrute de un solista y su banda, arriesgando, al no grabar en la mejor de las salas ni ante el mayor de los aforos de la gira, mostrando las cartas boca arriba, dignificando el trabajo, la profesión, hecha arte y canciones, de aquellos nómadas que independientemente del parné que recauden, salen cada noche a escena a sudar la gota gorda y darlo todo, para gloria y disfrute de éste negocio de titiriteros que es el rock español, convertido en modo de vida solo para unos pocos valientes como ellos. Bravo.