Por: Txema Mañeru
El grupo de Oxford, excelentemente liderado por Yannis Philippakis, siempre me ha parecido un grupo muy especial e interesante. Uno de los "musts" del nuevo milenio. Siempre con gran y propia personalidad han ido avanzando muy coherentemente y con gran calidad. No tenían ningún disco por debajo del "Bien" hasta la fecha y este quinto disco, en dos entregas diferenciadas, ya se confirma como uno de los más ricos e interesantes en su trayectoria sin mácula. En este "Everything Not Saved Will Be Lost Part 1" (Warner Bros Records) se nota que no les ha afectado demasiado la marcha amistosa de su bajista y que por el contrario les ha sentado muy bien la producción por parte del propio Yannis. Además, a la espera de la segunda parte en otoño, parece una buena idea la de dividir el disco en dos entregas.
Esta primera es Foals a tope y cuenta con atractivas novedades al mismo tiempo. Había ganas de ellos pues habían transcurrido ya cuatro años desde el anterior y muy recomendable "What Went Down" (Warner). Aunque en sus inicios se les comparara con buenas bandas más decantadas por el math-rock como Battles o Karate, ellos siempre fueron un poco más allá. Por eso se miraban también en Talking Heads, New Order o los King Crimson de la época del "Discipline". No obstante también les gustaba la buena electrónica de Letfield o Underworld y aquí le han dado buen espacio. Especialmente en un "In Degrees" que juega con esos ritmos funk de los King Crimson de los noventa. Igualmente tendremos ciertos toques a los mejores Radiohead en "Café D’athens" pero siempre desde su prisma particular.
No faltan tres poderosos singles que ya presagiaban este gran trabajo. Es el caso de la radiante y juguetona "Exits", de una "On The Luna" para volar o de otra de sus maravillas melódicas como es "Sunday". Todo ello sin abandonar del todo algunas de sus atractivas guitarras deudoras del math-rock o con esos destellos funk que ahora saltan desde los Talking Heads a su proyecto más funk y divertido, Tom Tom Club. Cuenta el álbum además con un reposado y melodioso inicio con la noctámbula ‘"Moonlight". ‘White Onions’, por su parte, será un momento estelar para sus futuros directos y "Syrups" puede sorprender agradablemente aunque se salga de su sonido más habitual.
El final es una delicatesen total. Se titula "I’m Done With The World (& It’s Done With Me)" y suena realmente enigmática con buenos coros y cuidados arreglos en forma de teclados. Tiene variadas y cuidadas ediciones pero en todas ellas están presentes sus siempre trabajadas y reivindicativas letras. Sobre todo con un sincero posicionamiento ecológico y con ganas de defender nuestro planeta de nuestras propias agresiones contaminantes. ¡Porque Foals no son ningunos "fools"!