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Fabián y La Banda del Norte: "El Rumor de los Tiempos"

Por: Javier Capapé 

Después de cuatro años de ausencia relativa (por el camino pudimos encontrarnos con la reedición de su disco de debut), Fabián Díez Cuesta ha vuelto a hacerse un hueco en nuestro devenir diario con "El Rumor de los Tiempos", pero esta vez ha querido estar acompañado en todo momento por la Banda del Norte, cuatro fantásticos escuderos, habituales en la carrera del leonés, que en este disco se alzan con una importante porción de nuestra atención, pues son parte imprescindible de todas y cada una de las canciones que forman esta magnífica obra. Como ya ocurriera en "La Fe Remota", Fabián deja atrás la simplificación de la etiqueta de cantautor para recoger el testigo de predecesores de la talla de Quique González o Xoel López y enarbolar la nueva canción del autor y cantante a medio camino entre el rock y el folk de raigambre americana. Además en "El Rumor de los Tiempos2 deja rienda suelta y espacio suficiente a su banda, que brilla complementando a la perfección la calidez de la voz de Fabián, permitiendo a la vez que nos empapemos de unos sugerentes textos que tienen el don de conectar íntimamente con el oyente para hacerlos suyos. Si todavía hay alguien que no se haya acercado a las canciones de Fabián puedo asegurar que hacerlo con este disco será una empresa estimulante y plenamente reconfortante. Nunca es tarde para ello.

"El Rumor de los Tiempos" comienza con el tema que le da título arrancando con un potente riff de guitarra que conduce la canción y define el estilo que será constante en esta colección, contando también con una letra que se adhiere a tu piel mientras consigue provocarte desde el primer momento. "Los ídolos" es una composición que parece que la hayamos escuchado antes, en la línea de otras anteriores como "Herida y Cicatriz", y es que Fabián nos regala canciones de trajes similares en cada uno de sus discos, donde una melodía amable se viste de intensidad sonora y efectividad en el mensaje, destacando en ésta el fraseo de guitarra eléctrica. Con ella parece querer constatar esa patada a nuestros ídolos de siempre haciendo incluso una crítica de la necesidad de desaparecer para poder ser recordados, sin duda una lección más que necesaria en este maremágnum de opiniones y estrellas de un día. Con nombre de antidepresivo y ritmo arrastrado, "Venlafaxina" se convierte en la canción más arriesgada del conjunto por ser la menos previsible de todas, y con paciencia se disfruta como un presente tentador. El contraste llega con la energía de "San Juan", que nos devuelve a un Fabián inspirado y festivo, que aún lamentándose por todo lo pasado nos invita a vivir y quemar el momento, para volver de nuevo a la intimidad con "Igual contigo", que parece haber sido compuesta para cantarla al oído.

La segunda parte del disco la abre "El Rey Pescador", una canción generacional que nos encandila con frases magistrales y directamente entroncadas con la realidad, en este caso con la del crítico fácil de nuestras redes actuales: "quieres que signifiquen algo más todos esos versos electrónicos que lanzas al ciberespacio". "Satélite" suena voluble y ligera, amable y colorida, cercana a ritmos brasileños, mientras "Artista" nos hace soñar con poder ser por un momento estrellas en nuestro día a día, aunque, en definitiva, nuestra vida y la de todos los creadores es esa involuntaria combinación de "fuerza y aguante". "Cachorro" se detiene en otro de los temas recurrentes de este autor, el paso del tiempo, que aquí queda representado en el vuelo de un colibrí, mientras nos mece con la sonoridad de esa armónica en la tradición más cercana a Springsteen, otro de los referentes del leonés. Y como en todos sus discos, el final queda reservado para una canción minimalista, sentida y exquisita. La verdadera razón de ser de este músico, que nos recuerda que sigue siendo un magnífico autor de canciones que, aún desprovistas de todo artificio, son un firme mástil al que agarrarse, la constatación de que esta realidad tan íntima de Fabián es compartida por todos nosotros, haciéndonos de nuevo partícipes de sus experiencias en primera persona. "Tú no sabes que es la lluvia" es un broche sobrecogedor, de los que te encogen el corazón, y esto es algo que hace mucho tiempo consiguen provocar en mí muy pocos artistas, incluido el que aquí nos ocupa.

Pepe López a la batería, David Nieto al bajo, los múltiples teclados de Alfredo González y la mano derecha de Juan Marigorta a las guitarras (y también en las tareas de producción) han acompañado a Fabián en este viaje que vuelve a ser un fantástico presente para oídos inquietos capaces de disfrutar con la serenidad, la profundidad y la elegancia del que se sabe ganador en las distancias cortas. No es un rumor, este disco va mucho más allá de nuestro tiempo y se convertirá sin ninguna duda en un almanaque vital para aquellos que estén dispuestos a habitar bajo el ritmo de unas canciones exquisitas y tremendamente estimulantes.