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Crypt Trip: "Haze Country"

Por: Albert Barrios

Hay discos que necesitan de sucesivas escuchas para ser valorados en su justa medida, para poder apreciar globalmente su calidad y empaque. Pero existen otros, como  "Haze County" de los tejanos Crypt Trip que te impactan y sacuden desde el primer segundo. Suenan las primeras notas y sabes que estás ante algo realmente grande. A menudo citamos a grupos que basan su sonido (con mayor o menor personalidad propia) en la música rock de los setenta, pero lo de estos chicos de San Marcos es de matrícula de honor. Su discoteca no debe ser muy diferente a la nuestra, y "saquean" a los grandes referentes del género con respeto, pero con la desfachatez obligatoriamente requerida para no sonar a burda copia.

Grabado con equipos analógicos en los Cibolo Studios de San Antonio , Texas, y con la exquisita colaboración a la pedal Steel de Geoff Queen, "Haze County" suena intenso y potente hasta los límites delimitados del Hard Rock, abandonado definitivamente los sonidos más Stoner de sus anteriores entregas. Poseen la madurez para pausar el conjunto cuando es necesario, resaltando los matices instrumentales que a menudo se nos pasan por alto en las descargas más salvajes. 

"Forward" es de esos principios de disco que te hacen salivar: instrumental, con un riff inicial deudor de los dos primeros discos de The Allman Brothers Band , se transforma en un trotón country rock gracias a la pedal Steel. "Hard Times" y "To Be Whole" siguen patrones parecidos ente si, combinando la furia de Budgie o Stray con reposados interludios con ecos de Emerson Lake & Palmer o Yes. Combinar sinfónico con hard de esta manera solo es posible si tienes una sección rítmica tan escandalosamente buena como Sam Bryant al bajo y Cameron Martin a la batería.

Los Rush más progresivos y los paréntesis galácticos de Man se dan la mano en "Death After Life", mientras que "Free Rain" nos evoca a los Estados Unidos más desatados de Ted Nugent y Brownsville Station. Ryan Lee, guitarrista tan sensacional como versátil, es capaz de fusionar el groove de Montrose con la vehemencia de los Eagles más energéticos en "Wordshot". A continuación dos piezas de marcado tono Country Rock : mientras que la aparición de la pedal Steel de Geoff Queen en "16 Ounce Blues" nos invoca a los New Riders of the Purple Sage , en la instrumental "Pastures" la banda se calma y serena a modo de los Grateful Dead de "Workingman's Dead". "Gotta Get Away" funciona como perfecta coda definitoria: un riff digno del más lisérgico Jeff Beck , solo de batería y una continuada robustez digna de los mejores Cactus

Un álbum totalmente "old school" (en el buen sentido de la palabra), de acertada duración y enorme portada. Atemporal, sin fisuras ni ataduras, bucea en los sonidos más característicos de las grandes bandas de los 70’s para ponerlos al día con un grado extra de potencia. Autoconfianza al límite para concebir el disco perfecto para el sábado noche.