Por: Artemio Payá
Han vuelto nuestros ubetenses favoritos, y en este caso no se han hecho esperar sus ya habituales dos años para mostrarnos su nuevo trabajo; también homónimo, han roto su silencio en un año con doce nuevos cortes repletos de vudú y exorcismo de ritmos más latinos grabados en los estudios La Mina de Sevilla. Si ya en su anterior plástico daban una vuelta de tuerca a su sonido expandiendo lo emprendido en su proyecto paralelo PeloMono, en este caso se adentran más si cabe en la maleza para añadir un toque selvático a melodías mas afines a sonidos populares no tan enraizados en el blues, por ejemplo "Barreño en Ramas", que es el corte que abre fuego y que parece un paso de semana santa perdido en el chitlin' circuit.Tampoco se me malinterprete, no abandonan las tonalidades más apegadas al blues, demostrando que saben fabricar hits rijosos marca de la casa como "Duermo con Serpientes", "Maricarmen" o "Diente de Plata", pero cada paso hacia delante que dan explorando nuevos terrenos sube sin duda su cotización.
Si en su anterior trabajo recuperaban a Violeta Parra, en este caso retornan a Chile de la mano del cantante de la Big Rabia con la espléndida "Lo Mataron", se atreven con una especie de mariachi psicotrónico ("Oigo Voces") , se meten en los zapatos de Luz Interior y Poison Ivy para perpetrar "Corral, Corral" y elevan la apuesta con tres fabulosas y salvajes instrumentales que no puedo parar de pinchar: "Oh Mama"; "Paloma Negra" o el broche del disco que es "Lobo Aullador" y que se ha compuesto para ser pinchada en Transilvania.
Cierto es que ellos lo han resumido muy bien insistiendo en las entrevistas promo del disco que salvando las distancias su fuente de referencia para este álbum ha sido el "Gris-Gris" de Dr John, y yo estoy muy de acuerdo, porque frente a la perenne etiqueta en referencia a que son una banda de blues, ahora mismo están en un punto en el que tocan otra cosa pero dándole a todo un barniz de demoníaco blues.