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Florence + The Machine, las dualidades del alma

Por: Clara López Vallejo 

"Want me to love you in moderation? Do I look moderate to you?" Con estas palabras abría Florence Welch, vocalista y compositora de Florence + The Machine, el año 2019. El grupo lanzó dos nuevos singles el pasado mes de enero, tras haber revelado uno de ellos previamente en un concierto pocos días antes de su lanzamiento oficial. Una de las voces femeninas más destacadas dentro del indie británico (si bien juega también con otros estilos musicales), Florence + The Machine lanzó su cuarto álbum el pasado 2018. Sin embargo, el grupo no ha permanecido ocioso mucho tiempo. Tan solo unos meses después del lanzamiento de "High as Hope", publicaron dos nuevos singles: "Moderation" y "Haunted House". 

Con una voz que parece salir de las profundidades del alma, una impresión que se ve reforzada por la puesta en escena de la cantante, no es difícil dejarse impresionar por Florence Welch. Una voz capaz de recorrer un amplio registro y, sobre todo, que logra transmitir las sensaciones y sentimientos más diversos y de producir un poderoso vínculo con el público, tanto a través de sus grabaciones de estudio como de sus conciertos en directo. Un acompañamiento musical que potencia el indudable talento de la vocalista y le ayuda a crear distintos ambientes en función del tema en cuestión. Desde rítmicas canciones con agitados riffs de guitarra como telón de fondo que podemos escuchar en "Kiss with a Fist", sensuales melodías como "Breaking Down" o "Ship To Wreck", letras con una temática más social como "Patricia" o "Hunger", o temas donde la percusión actúa a modo de estructura donde la voz de la artista parece bailar, en "Drumming Song". Otro ingrediente que Florence sabe añadir a la perfección es la emotividad, lograda a través de una genial combinación de factores como el acompañamiento, el registro vocal, la puesta en escena y el contenido de sus temas. Son canciones como "Shake it out", "Dogs Days Are Over" o "How Big, How Blue, How Beautiful", donde el alma de la cantante es casi palpable entre un mar de coros, las que han ayudado al grupo a crearse un nutrido grupo de seguidores, tal y como quedó demostrado hace unos días en sus conciertos en el WiZink Center madrileño y en el barcelonés Palau Sant Jordi

Con el lanzamiento simultáneo de sus dos últimos singles, la londinense parece querer representar una dualidad y escapar las encorsetadas críticas que tienden a encasillar a los artistas en rígidas categorías. Ambos temas comparten una temática, que podemos calificar como amorosa, que es, sin embargo, abordada desde puntos de vista muy diferentes en cada uno. "Moderation" recuerda a enérgicos trabajos anteriores como "Kiss with a Fist" y muestra, una vez más, la faceta luchadora e incansable de la artista. No faltan los característicos coros que confieren a sus temas un estilo propio etéreo y casi celestial.

Por otro lado, "Haunted Hause" es la otra cara de la moneda, con un ritmo deliberadamente más pausado que permite a la artista recrearse y trabajar su aterciopelada voz. Más íntima y personal a nivel de contenido, el ritmo más lento acompaña a la temática, tal y como el agitado ritmo de "Moderation" refleja unas letras desafiantes y reivindicativas. 

A nivel visual, la artista sabe combinar su voz particular con una estética algo excéntrica que actúa en su favor caracterizándola y distinguiéndola de otros artistas, a la vez que transmite ese aire etéreo que su música suele destilar. Tanto en sus videoclips como en la puesta en escena que lleva a cabo en sus conciertos, Florence no deja nunca de transmitir ese toque personal que todo su trabajo engloba. Su interacción con el público es abundante y directa, y la aprovecha para lanzar mensajes sociales e incluso políticos relacionados, entre otros, con el tema del empoderamiento femenino, la masculinidad tóxica o el Brexit.