Por: Txema Mañeru
Un genial y veterano músico y creador como Anton Barbeau tenía que grabar algún día para Rock Indiana. Lo decimos por coincidencias estilísticas, porque por calidad y prestigio debiera estar en alguna poderosa multinacional y gozar de un éxito de público mucho mayor del que tiene. Debutó en el año 93 y yo le descubrí en 2006 por el fantástico disco "King Of Missouri", donde se acompañaba, ni más ni menos, que de The Bevis Frond. Y es que a pesar de su procedencia californiana, es un fanático del pop-rock psicodélico británico. Entonces y ahora su música es idónea para seguidores de XTC, Syd Barrett, Robyn Hitchcock, The Soft Boys, el David Bowie más alucinado o Cake. La compañía de las guitarras de Nick Saloman le vinieron de miedo, pero tampoco le van nada mal en este "Natural Causes" (Rock Indiana) las suyas propias y las de doce cuerdas de Robbie McIntosh en un par de temas. Además Anton toca baterías bajos y hasta una docena de teclados diferentes que dan al disco una riqueza instrumental máxima. Y es que en diferentes temas colaboran con él más de una docena de músicos y cantantes aportando buenos matices a las ya detallistas canciones.
Pareciera que algunos de los mejores temas aquí presentes se hubieran creado bajo los efectos de setas y hierbas de poderosos efectos alucinógenos. Si no, prueba a escuchar maravillas como "Magazine Street", con el bajo de Andy Metcalfe (The Soft Boys, Squeeze, Robyn Hitchcock) y una melodía mágica que es puro The Byrds, o el folk alucinado al estilo del mejor Devendra Banhart en "It’s The Coffee That Makes The Man Go Mad", con un muy divertido título e historia, por cierto. Alucinando con la maravillosa "Summer Of Gold" escucho una inconfundible y maravillosa guitarra que no podía ser más que la de su amigo Nick Saloman (The Bevis Frond), que redondea otro excelente momento del disco. Más psicodelia ensoñadora aparece en "Just Passing By", combinando a Syd Barrett con un punto del folk-rock clásico a lo Fairport Convention, y hay espacio para las tiernas voces de Karla Kane en "Neck Pillow", también visibles en bastantes temas más. En este caso resuenan en plan folk acústico y preciosista pero brillarán igualmente en el estribillo de "Creepy Tray", junto a la de Khoi Huynh. Aquí tenemos también algunos de sus preciosos teclados alucinados, y será hacia el final cuando nos cuela otra melodía contagiosa y excitante en ‘Down Around The Radio’. Una maravilla para perderse en ella una y otra vez.
Si te gustan algunos de los artistas citados y el pop-rock psicodélico en general no debieras perderte este disco. Ahora solo falta que la gente de Rock Indiana se atreva también a traérnoslo por estos lares.