Por: Albert Barrios
No nos engañemos, en la historia de la música popular está todo inventado; las grandes innovaciones, lo nunca visto y los puñetazos en la mesa que cambiaban el curso de los acontecimientos se acabaron. Es por eso que no tenemos que ser tan anacrónicos y severos con las nuevas bandas, y dejar de esperar la llegada de los flamantes salvadores del rock and roll. ¿Qué les tenemos que exigir? Que no sean meras copias, que destilen energía y clase, y que respeten y honren a los clásicos.
"On The Rise", el segundo larga duración de Imperial jade, cumple de largo con todos los requisitos para permanecer un largo tiempo en nuestro equipo de música. Han escapado de la larga sombra de Led Zeppelin, dando un gran paso al frente al grabar un álbum más maduro y setentero, abierto a nuevos y elaborados sonidos, con canciones más largas y la constante búsqueda de una diversidad estilística que los sitúe en las grandes ligas.
"You Ain't Seen Nothing Yet" (pieza original de la banda, no confundir con el clasicazo de los canadienses Bachman-Turner Overdrive) sirve de perfecta introducción para entender lo que será el disco: guitarras hard rockeras a las que se les une la sección rítmica y la voz de Arnau Ventura, que sin duda, ha ganado en matices desde su primer álbum. En "Dance" reinan los coros "setentas" y las guitarras dobladas de Alex Pañero y Hugo Nubiola dialogan a un gran nivel. "Sad for No Reason" comienza como un blues arcaico, animándose poco a poco y añadiendo el slide a la manera que lo hacían los Zeppelin del "II" y el "III"."The Call" despista al oyente, comenzando con un gran riff y tomándose posteriormente un respiro para investigar los límites de la psicodelia. "Glory Train" huele a southern rock por los cuatro costados, y en "Lullaby in Blue" mezclan el blues más clásico con unos toques de soul. "Keep Me Singing" es una rara avis , una pieza ligera con toques de rock noventero e incluso pop. "Heat Wave" es la pieza más sixtie de "On the Rise", no tan contundente, con ecos de la British Invasion y el Jeff Beck Group de "Truth" y "Beck-Ola". En "Rough Sea" recuperan la intensidad vía Bad Company y los primeros Whitesnake. Cierran el álbum con "Struck by Lightning": una intro a lo Bonham de Francesc López (que junto a Ricard Turró, forma la tan necesariamente monolítica sección rítmica), coros a lo Grand Funk Railroad, solos de teclado y una exuberancia vital que nos recuerda a los Deep Purple de "Come Taste the Band".
Estamos ante un gran disco de rock clásico. ¿Se puede pedir más? No creo. Si acaso, que dada su juventud, sigan evolucionando, no se encorseten, no cesen en la búsqueda de un mensaje propio y sigan demostrando en directo que son una de las bandas más energéticas e intensas que tenemos en nuestro país… ¡It’s a Fire Burning Sound!