Por: Àlex Guimerà
Parece que ya nos hemos acostumbrado a la proliferación de álbumes de Weezer. Y es que desde 2014 prácticamente editan un disco al año, lo que a estas alturas no sabemos si es bueno o malo. Por un lado parece que ellos van a lo suyo, y que las exigencias de los tempos discográficos les importan un bledo, pero lo cierto es que a excepción del notable "Everything Will Be Alright In The End" (14), que contenía temas pegadizos y enérgicos de power pop que nos recordaban a sus álbumes "azul" y "verde"(¿casualidad que los tres tuvieran como productor a Ric Ocasek de The Cars ?), el resto han pasado sin pena ni gloria. Hablo de su "White Album" de 2016 y "Pacific Daydream", un años después.
Para esta ocasión se tiñen de color turquesa para empaquetar un disco de versiones de clásicos de los ochenta, setenta e incluso anteriores. El artilugio parece un capricho del lunático pero a la vez genial Rivers Cuomo, y podemos decir que si bien la cosa no es que aporte demasiado, el álbum se deja escuchar bastante bien.
Decimos que poco van a aportar ya que las versiones no lo son tanto, más bien se trata de covers, donde plagian a los originales aportando poco de la esencia de la banda, echando de menos más impacto de las guitarras power pop marca de la casa.
Tal es el caso del arranque con un "Africa", de Toto, que en su subidón se aprecian unos guitarrazos que sin embargo se pierden al clavar las voces de los también angelinos. Le siguen "Everybody wants to rule the world", de los británicos Tears For Fears, con sus ritmos precisos y "Sweet Dreams", que busca la original de 1983 de los Eurythmics, con sus adorables sintes, y no se distrae con el invento que hizo Marilyn Manson una década más tarde. En plenos ochentas llegamos hasta la icónica "Take On Me" de A-Aha, poniéndonos a bailar con su órgano y donde esta vez la voz de Cuomo logra afinarse más que nunca y acertar con unos coros para nada sencillos.
El disco alcanza cierto anacronismo cuando aparecen dos temas más lejanos en el tiempo. El primero el sunshine pop "Happy Toether" de The Turtles con su colorido y esplendor. Le sigue "Paranoid" de los Black Sabath, concesión a la devoción al metal que siempre ha profesado Rivers .
El momento E.L.O. lo trae "Mr. Blue Sky", como las anteriores ceñida a la original, y el desconcierto con "No Scrubs" de LTC recordando a aquella "Baby ... One More Time" con la que Travis versionaron a Britney Spears a finales de los noventa.
Para el cierre, la versión descafeinada de Michael Jackson con "Billi Jean", en la que la garganta de Cuomo pierde claramente ante la poderosa del malogrado "Rey del Pop". Con menos energía y algo desafinada, la cosa cruje quizás por las veces que hemos escuchado la original. Más acertada es "Stand By Me" de Ben E King, que anda por libre, ni busca la original ni a la popularizada por John Lennon.
Como surgido de la nada, este "Teal Album" nos ha caído de sorpresa, ya que de los californianos únicamente teníamos conocimiento de que el 1 de marzo era la fecha del lanzamiento de su "Black Album", del que se conocía la portada y dos de sus diez cortes: "Can' t Knock The Hustle" y "Zombie Bastards", un disco al parecer ideado como contraste de aquel blanco de hace tres años y que todo indica que sonará a latino e incluso caribeño. La verdad es que preferíamos el pop poderoso y guitarrero de antaño de los autores de "Buddy Holly".