"El periodismo o se renueva o muere, y el musical lo mismo pero multiplicado por mil"
Por: El Giradiscos
No lo podemos, ni queremos, ocultar, somos absolutos fans de Sex Museum. Y lo somos definitivamente por muchos razones: porque son unos auténticos supervivientes en el mundo del rock -más de 30 años de historia les avalan-; por su excelente y personal manera de aglutinar el rock and roll, el garage, la psicodelia y demás variantes, y por supuesto por una actitud y compromiso con el arte musical ejemplar. Suficientes motivos, a los que podemos sumar si se desea un nuevo estupendo disco recientemente editado como es "Musseexum", para hacernos acompañar por su presencia en esta serie de entrevistas que estamos realizando para glosar nuestro X Aniversario de historia. Nos postramos ante ellos y escuchamos atentamente a Fernando Pardo en esta interesantísima charla acerca de la relación entre medios/prensa y música.
Igual que se suele preguntar si vinilo o CD; ¿prensa escrita y/o digital, y por qué?
Fernando Pardo: No tengo preferencia, pero la realidad es que el 70 u 80 por ciento de lo que leo ya es digital, sobre todo artículos o entrevistas que encuentro en páginas web o libros que me descargo y leo en google play. Sigo leyendo en prensa escrita casi toda la prensa musical y los libros sobre cualquier cosa relacionada con la música.
En estos últimos años ha habido una enorme proliferación de todo tipo de webs, blogs, de temática musical, ¿la irrupción de tanta oferta es algo siempre positivo o tiene algunas contraindicaciones esa posible saturación?
Fernando Pardo: Saturación y también disminución de la calidad. Eso se nota mucho por el tipo de preguntas redundantes y por lo chapucero de las transcripciones de las entrevistas presenciales. El periodista debería saber textualizar una charla presencial de una manera que no fuera una simple trascripción pura y dura, palabra tras palabra. Creo que es muy importante saber adaptar una charla hablada al lenguaje escrito, la capacidad de "literalizar" o de adaptar una entrevista presencial, o por teléfono, es lo que diferencia a un buen periodista de uno mediocre.
Parece que hubiera muerto el periodismo literario, más por dejadez e incapacidad que por cualquier otro asunto, y aunque la crónica se empieza a reivindicar como una forma de literatura veo demasiado protagonismo del narrador, hasta un punto que en ocasiones roza el exibicionismo. El periodismo o se renueva o muere, y el musical lo mismo pero multiplicado por mil, ya que sigue anclado en muchos de los clichés del periodismo de la contracultura de los años 60 y 70 pero en unos tiempos en los que esa contracultura o no existe o no significa casi nada.
En un mundo donde la manera de escuchar música es mucho más atomizada y el disco ha desaparecido casi como concepto, ¿qué papel crees que debe de jugar el periodista/crítico musical en la actualidad?
Fernando Pardo: Sobre todo debe saber ser un vehículo de los gustos e intereses del tiempo en el que vive, y ahora mismo la gente quiere saber algo más que las clásicas obviedades de la prensa musical de las últimas décadas. Si quiere educar o polemizar o crear corrientes de opinión, tiene que tener una capacidad, una sensibilidad y un talento que no veo muy a menudo en el periodismo musical. Sigo viendo mucho mensaje del tipo "yo y los míos conocemos la verdad y tú, triste lector, no tienes ni puta idea de nada, así que lee y aprende". Es un mensaje que ya encontraba cuando leía de pequeño el Disco Express y que no ha cambiado demasiado a lo largo de los años. El periodista como único conocedor de la verdad que debe educar a el lector es algo totalmente desfasado pero que aún encuentras en algunas crónicas. Algo así no engancha con las nuevas generaciones porque sencillamente se la suda el espíritu revanchista o de favoritismos, de manías o de vetos y venganza. Simplemente quieren conocer y hemos llegado a un punto en el que la opinión personal se ha cepillado a la información. Piensan en los músicos como gente simple sin motivaciones profundas y que para que una crónica o un artículo luzcan deben ser capaces de convertir la piedra en oro, y solo una minoría tiene realmente esa capacidad alquímica.
De cualquier manera, tengo que hacer autocrítica y reconocer que uno de los mayores obstáculos que existen para que haya un buen periodismo musical se encuentra en los propios músicos. Somos tan previsibles como los futbolistas y abusamos de los lugares comunes de una manera que nos hace muy poco interesantes. El lector lo nota y pasa de nosotros, la brillantez que transmite la música de algunos creadores la mayoría de las veces no se traduce en un buen discurso, ni en ideas personales atractivas ni en nada que no parezca algo lleno de obviedades repetidas un millón de veces. Aburre y te acaba desconectando.
¿Mantienes cierta rutina o tradición de acercarte a determinada crítica musical o accedes de forma esporádica por informaciones o artículos que te llegan o interesan?
Fernando Pardo: Siempre he estado suscrito a alguna revista o fanzine musical: Guitar Player, Thrasher, Mojo, Shindig, "Historia de la Música Rock" ... Suelo buscar por mi cuenta artículos y blogs, oír podcasts, programas de radio o cualquier cosa que me descubra bandas o estilos nuevos o viejas grabaciones, lo que sea. Tengo algunos periodistas o críticos a los que sigo y de los que leo cualquier cosa que escriban. Busco mucha música y de la que me llega de verdad, en lo profundo, necesito saberlo todo. Ahí es donde el periodista musical, o el crítico toman todo su valor para mi.
Dada esa evidente falta de relevo generacional existente en el interés por la prensa musical ¿crees que se trata de una cuestión cultural por parte del "nuevo" lector o existe un desapego de la prensa por los intereses más populares actuales?
Fernando Pardo: Pienso que el "nuevo lector" del que hablas no tiene ningún interés por la prensa musical tradicional, para ellos es algo hecho por gente mayor y para gente mayor, como ver un documental interesante pero con la voz del tío del NODO. Ha habido una desconexión total porque no les interesa demasiado el enfoque de esa información o porque encuentran esa información de otra manera. La verdad es que no he indagado mucho en ese asunto, pero la realidad es que Led Zeppelin o Dylan siguen siendo enormemente populares generación tras generación y sus discos de hace 50 años siguen teniendo vigencia, pero las críticas de sus discos de ese tiempo están totalmente desfasadas. Se suele exigir mucho al músico y poco al crítico musical y pienso que existe una responsabilidad compartida. Esa tensión creativa ha dado lugar a grandes momentos como la relación entre Leonard Berstein y Tom Wolfe, en la que el crítico era capaz de ponerse a la altura del artista y al final la grandeza de Bernstein hacía grande a Wolfe. La música perdura y la crítica musical no, y además está obligada a ponerse al servicio de los tiempos si no quiere resultar obsoleta, un equilibrio muy complicado, la verdad. Y si quiere trascender esa temporalidad y lo caduca y efímera que es en sí una crítica musical, debería aprender de tipos como Wolfe e intentar reinventar el género. No se cómo, imagino que cambiando el enfoque o siendo más breve - los tiempos actuales exigen concisión y brevedad - o cambiando el ritmo. Lo que está claro es que esta vez no es suficiente copiar antiguos moldes, toca renovarse o morir o convertirse en algo tan efímero y de un solo uso, como un kleenex.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos o contactos con la prensa musical desde la perspectiva de fan y consumidor?
Fernando Pardo: Compraba de segunda mano revistas de los 60 - Fans y Fonorama - y de los 70, como Disco Express o Vibraciones. Los pillaba en los puestos de revistas de segunda mano que había en Plaza Castilla o en el Rastro. La primera revista que compré nueva creo que fue un Vibraciones o un Rock Espezial, no recuerdo bien. En esa época, final de los 70 o principios de los 80, empecé a comprar ya el New Musical Express en un kiosko que había en Callao. Recuerdo que en el primer NME que pillé salía una foto de Paul Weller en la portada, fue la primera vez que conecté con una nueva visión sobre el mundo de la música, mucho más cercano al mío. En el fondo las otras revistas me resultaban ajenas, pese a la información que conseguía de ellas. A la vez en el año 80 conseguí que mi padre mi suscribiera a una revista americana que se llamada Action Now en la que hablaban de surf, skate y toda la música que había alrededor - desde Zappa a Devo o 999 - de una manera que me enganchó totalmente. Hasta que llegó el Ruta 66 me daba mucha pereza leer prensa musical española, estaba en otro rollo completamente diferente, me alimentaba a base del NME o Melody Maker y revistas/fanzines francesas o americanas como el Ugly Things, Maximum R'N'R, Bomp o Kicks. Los intercambiaba con Greg Prevost o Mike Stax por EPs españoles de los Rolling Stones de los 60 o ediciones españolas de los Pretty Things. Aún tengo un montón de fanzines por ahí guardados.
En los inicios de vuestra carrera musical, ¿cómo fue la relación con la prensa musical, tuvisteis rápidamente apoyo, costó que os hicieran caso..?
Fernando Pardo: Fue escasa, Ruta 66 y poco más. Éramos carne de fanzines y radios libres. Nos empezaron a hacer caso hacia el año 95, con el disco Sparks, antes eramos algo puramente anecdótico, demasiado subterráneos.
Y dentro de esa historia de la relación con los medios, ¿cuál es el momento, el comentario o la situación, que con más cariño y/o emoción recordáis?
Fernando Pardo: Con los medios recuerdo con especial cariño las radios piratas de mediados de los 80, que era donde más nos ponían al principio: Onda Verde, Radio Utopia, Radio Cero, Radio Vallekas y otro montón que no recuerdo bien cómo se llamaban. También la primera vez que fuimos a Radio Nacional con Angel Alvarez. Nuestras apariciones en la prensa en esa época solían estar bañadas con un exceso de condescendencia que me jodía un montón y me alejó mucho de cualquier crítica que nos hicieran. Eso hizo que nos aisláramos cada vez más de la realidad musical española del momento. Ahora soy de sobra consciente de que éramos algo menor y que tampoco merecíamos mucho más.
Sex Museum surge a mediados de los años ochenta y en medio de una ajetreada vida cultural underground de fanzines, circuitos alternativos, etc.. ¿se echa de menos ese tipo de proyectos más amateurs pero repletos de pasión o los veis reencarnados en la actualidad pero con formas diferentes?
Fernando Pardo: Si, ese espíritu lo veo reflejado en las revistas online y lo que existía entonces de una manera, lo hay ahora de otra. Con la diferencia de que entonces todo ese movimiento era algo que ocurría con gente de entre 12 y 25 años, con algún infiltrado mayor, y ahora es algo de gente entre 30 y 55 años con algún infiltrado menor.
Hablando del presente, cuando veis la acogida que tiene un nuevo disco como el actual, situado en muchas listas de la mejor del año, por ejemplo en la nuestra, ¿es algo que os influye y os motiva o tanto para bien como para mal intentáis no dejaros influenciar por lo que se escribe sobre vosotros?
Fernando Pardo: Depende, en los días buenos todo me parece guay, pero en los malos trato de no leer lo que se dice de nosotros por pura autodefensa, aunque sea positivo, para no perder ni el enfoque ni mi visión personal. Me despisto con facilidad y en seguida me da la impresión de que me están tratando de vender algo que no quiero comprar o dictando normas para poder entrar a formar parte de un club exclusivo al que no quiero pertenecer. Soy muy sensible a esa mierda y a veces lo llevo mal, dependiendo del día que tenga. Me hace ponerme a la defensiva y me acabo tomando las cosas como una algo personal, lo cual distorsiona mi realidad y acabo teniendo unas actitudes muy mierderas que afectan a la relación del grupo. Esto me ocurre porque soy demasiado visceral y bastante contradictorio, pero el resto del grupo funciona de otra manera, son mucho más maduros y están mucho más centrados respecto a las críticas, que aceptan, valoran y si son positivas les motivan mucho.
Y desde la perspectiva de un grupo como el vuestro, ¿hacéis alguna valoración especial de aquellas webs pequeñas y con pocos medios, como es el caso de El Giradiscos, en cuanto al trabajo de seguimiento de la actualidad musical que realizan?
Fernando Pardo: Ahora que hay tan poca radio y TV dedicados a mostrar las nuevas propuestas, las webs son fundamentales para poder estar informado de lo que pasa o para darse a conocer. Son prácticamente la única manera que existe para llegar a la mayoría de la música que se hace en el mundo, alguna realmente rompedora y reseñable, que no encuentran su hueco en otros lugares. Son una nueva versión de los fanzines pero en digital. Lo mismo pasa con la prensa musical en papel, que hace un esfuerzo heroico para poder salir adelante, igual que la gente de las salas de conciertos pequeñas, los programas de radio fuera del mainstream o los festivales modestos, la mayoría de las veces están en la cuerda floja y sin red.