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Entrevista: Ciclocéano

"Me ha costado muchos años entender lo importante que es disfrutar del camino y no estar obsesionado con el resultado final"

Por: David Marsé

Ciclocéano resulta un nombre nuevo en el panorama musical, y su disco "Líneas de meta" es su carta de presentación. Pese a tratarse de un debut, estamos ante una formación, liderada por Antonio Curros, que acumula entre sus integrantes currículums de largo recorrido entre los que asoman los nombres de formaciones como Skunk DF, Oferta Especial o Sin In The Flesh. Amalgama de sonidos que nos presenta un proyecto vibrante en su rotundidad rock, con gusto melódico popero y repleto de la energía más contemporánea. Ingredientes que nos empujan a escuchar y disfrutar con su disco al igual que a contactar con su principal autor para conocer más de este inquieta formación...

"Líneas de meta” es el resultado de tus propias composiciones, ¿estamos ante canciones acumuladas a lo largo del tiempo y puestas ahora al servicio de este proyecto o han sido pensadas expresamente para él? 

Antonio Curros: Cuando empecé a componer las canciones ya tenía en mente grabar un disco con ellas. De hecho hubo canciones antiguas que pensamos en rescatar pero que finalmente descartamos porque nos dimos cuenta de que las nuevas se complementaban mucho mejor entre sí. 

Y los integrantes que forman definitivamente Ciclocéano, ¿era algo que estaba claro desde el principio o se fue constituyendo poco a poco la idea? 

Antonio Curros: Estaba bastante claro desde el principio. Nos conocemos desde hace años y siempre habíamos hablado de montar algo juntos. Nos vimos todos con las agendas despejadas y pensamos “ahora o nunca”. 

Todos provenís de diversos proyectos musicales, ¿ha resultado difícil buscar un nexo común entre todos vosotros? 

Antonio Curros: Todos nosotros somos músicos y por lo tanto amantes de la música en general. Es verdad que no coincidimos exactamente en todo, pero precisamente los gustos donde sí conectamos son los que han dado lugar a este disco.

Es cierto que el disco tiene muchos momentos de intensidad como “Cianuro” o “Nada especial”, pero también hay una buena dedicación a la parte melódica, muy visible en “Tarde pero aprendí”, “Lo invisible”, “Líneas de meta”.. ¿ambas son sensibilidades que queríais resaltar? 

Antonio Curros: No es que buscásemos resaltar nada a propósito. Aunque queríamos grabar un disco con ellas, trabajamos en cada canción individualmente, no como partes de un todo. Finalmente nos dimos cuenta precisamente de que el disco como conjunto se caracterizaba por esas subidas y bajadas de intensidad y fue esa característica lo que quisimos reflejar también con el nombre de Ciclocéano. 

Precisamente cerráis el disco con "Lo invisible", el tema más desnudo e íntimo de todos ellos, ¿es una decisión premeditada poner un broche de este tipo? 

Antonio Curros: Pues la verdad es que sí. Nos gusta la idea conceptual de un disco y le damos mucha importancia a detalles como el orden de las canciones. Cerrar con ese tema, que es quizás el que menos puntos en común tiene con el resto del disco, nos parecía una forma de acabar en calma, nos gusta la sensación que deja después de escuchar el disco entero seguido. Como la sensación de las olas cuando por fin llegan a la orilla y se acaban desvaneciendo. 

¿Qué ánimo crees que es el que se impone cuando se pone en marcha un proyecto como éste: la ansiedad e ímpetu de un debut, de una primera vez, o la veteranía y conocimiento que aporta el currículum?

Antonio Curros: ¡Una mezcla de las dos! La emoción de ser el primer trabajo como formación te hace pensar “¡vamos a sacarlo todo ya!, ¡vamos a enseñarle a todo el mundo lo que hemos hecho!”, y la parte con más experiencia es la que responde “tranqui, las cosas buenas requieren su tiempo”. 

Y el bagage que uno acumula, ¿enseña más a lo que hay que hacer o a lo que no hay que hacer?

Antonio Curros: Pues te diría que en lo artístico una mezcla de ambas también. Hay veces que no quieres repetir algo aunque te haya salido bien porque precisamente ya lo has hecho y lo que te apetece es probar cosas nuevas. En cuanto al tema más logístico sí que es verdad que cuenta más lo que sabes que no hay que hacer. Te ahorras tiempo y disgustos. 

Habéis trabajado con el productor Manuel Ángel Mart, ¿cual ha sido su función, ha tenido un papel decisivo en el desarrollo de las canciones o eso era algo que ya llevabais muy trabajado y se ha centrado en dotarles de la forma que vosotros pretendíais? 

Antonio Curros: A Mart le dejamos libertad absoluta para que aportara su sello personal. Sí es verdad que curramos con él desde unos temas que ya venían trabajados por nuestra parte, pero aún así su labor fue imprescindible. Todos admiramos su trabajo desde hace mucho, en mi caso desde que era adolescente, así que al tener la oportunidad de que currase con nosotros en el disco no era plan de ponerle condiciones. 

Hay una sensación en el disco que percibo como dominante, y es que pese a presentarse como una reflexión acerca de vivir de manera singular y acorde a los pensamientos de uno mismo, a la vez se muestra como antagónico a esa función que se le suele atribuir al concepto de “autoayuda”… 

Antonio Curros: No me gusta decirle a nadie lo que tiene que hacer ni cómo tiene que vivir, igual que yo no soporto que me lo digan. El mensaje que pueda dar en las letras del disco es una reflexión sobre cómo veo yo ciertos aspectos de la vida, y si sirve para que alguien más reflexione, pues genial.  
Cada canción se comporta como una meta, como una llegada, pero dándole importancia también a la manera de formularla, ¿a veces se da demasiada importancia a la llegada y poca al camino andado? 

Antonio Curros: Totalmente. Me ha costado muchos años entender y asimilar lo importante que es disfrutar del camino y no estar obsesionado con el resultado final; y hago referencia a ese pensamiento en varias de las canciones del disco. En “Viaje temporal” por ejemplo: “Me asomé al borde y comprendí que no importa nada el final/Así que calma, es un viaje temporal” 

El hecho de participar en musicales como actor, ¿lo entiendes como una actividad complementaria -que incluso pueden llegar a retroalimentarse- con tener un grupo, o son dos realizaciones muy distintas? 

Antonio Curros: Aunque a priori puedan parecer semejantes, son dos cosas bastante diferentes. Lógicamente tienen cosas en común, pero en teatro interpretas un personaje que muchas veces no tiene nada que ver contigo; sin embargo, en tu propio grupo eres tú mismo al cien por cien,  y dices y expresas lo que te da la gana. 

  Creo que las pretensiones es hacer una gira amplia y con muchas paradas, teniendo en cuenta cómo se encuentra el mundo de la música y lo difícil que resulta atraer a la gente con tanta demanda como hay, ¿tenéis respeto a la aventura o se imponen la ganas? 

Antonio Curros: Una de las cosas que hemos aprendido de nuestros proyectos anteriores es a pensar ciertas cosas con calma. Planificar una gira es algo difícil, laborioso y, hoy en día, muy arriesgado; pero somos animales de escenario. Más que gira como tal, lo estamos planteando como una serie de conciertos para presentar nuestro disco, es decir, “lento pero seguro”.