Sala Razzmatazz 2, Barcelona. Miércoles, 30 de enero del 2019
Por: Àlex Guimerà
En 1978 en plena efervescencia punk y new wave los Rolling Stones dejaron bien claro a las nuevas generaciones de qué iba esto del rock and roll, y lo hizo a través del que quizás es su último gran disco, "Some Girls". Una obra que ha estado mucho tiempo a la sombra de otras mayestáticas como "Aftermath", "Beggars Banquet", "Sticky Fingers" o "Exile On Main St.", pero que rebosa calidad e identidad de la banda por todos los costados. Afortunadamente, para esta entrada de año, los buenos de Chuck Prophet y Charlie Sexton han querido recuperar dicho álbum como celebración del décimo aniversario de la promotora Houston Party, dentro del formato We Used To Party, donde artistas conocidos homenajean a discos clásicos tocándolos íntegramente.
La gira del dueto estaba inicialmente prevista para diciembre, aunque se tuvo que aplazar por los compromisos de Sexton con el Never Ending Tour de Bob Dylan, motivo por el cual ha sido trasladada al mes de enero y principios de febrero su paso por diversas ciudades de nuestro territorio. Una formación con la presencia también del batería Vicente Rodriguez y del bajista Kevin White, miembros de la habitual banda del "profeta" The East River Truckers (los teclados de Stephanie Prophet no encajaban en el proyecto) . Ante tales precedentes, y con ansias de ver un buen directo, los más rockeros del lugar nos concentramos el pasado día 30 en una sala 2 de Razzmatazz adaptada a su mitad de aforo para asistir a un show que arrancó por todo lo alto. La elegida una "Let It Rock" de Chuck Berry que "Sus Satánicas Majestades" colaron en la cara B del single "Brown Sugar".
Una fabulosa presentación y toda un anticipo de lo que veríamos a lo largo de una velada en la que la "improvisada banda" desgranó una a una las diez canciones del álbum en cuestión. Así, la primera en salir fue una "Shattered" con su cadencia rítmica secuenciada que me recordó a "In The Mausoleum", del propio Prophet. Siguieron dos cantos dedicados al rock and roll como son "Just My Imagination" y "Some Girls", coreados como todo el directo por los nostálgicos stonianos que se conocían al dedillo el álbum. Los atronadores solos de guitarra se fueron alternando entre el virtuoso Charlie Sexton - recordad que el tejano es la mano derecha de Dylan en sus directos y que ha tocado con Bowie, Iggy Pop o los mismos Keith Richards y Ronnie Wood - y un Chuck Prophet que no le va a la zaga en el manejo de las seis cuerdas. Lo mismo sucede con las voces, aunque el protagonismo lo tomó más el californiano, en una conexión con su compañero de aventura en la que se palpa lo bien que se lo pasan.
El primer momento cumbre llegó con la poderosa "When The Whip Comes Down", que es una de las grandes piezas de los Stones a reivindicar, y con la que la banda se pudo lucir de lo lindo. Con la balada "Beast Of Burden" las alternancias con el "never, never" funcionaron en un clima eufórico con Charlie agarrando el micro y haciendo de Mick (incluso sacando la lengua). Lo mismo hizo en la discotequera "Miss You", en la que se bajó al foso para invitar a un público bailongo a cantar los "uuuuuu". Un final atronador punk puso la rúbrica a una pieza con la que Jagger y Richards quisieron coquetear con la música disco.
Para "Before They Make Me Run", en cambio, a quien emuló Charlie a las voces fue a Keith Richards. La cosa rodaba perfecta máxime con la entrada de una "Respectable" a todo trapo electricidad en vena, seguida por una "Far Away Eyes" en la que se logró un auténtico ambiente country, con un slide clavado y un Chuck narrando la letra, tal y como a él le gusta, antes de la llegada del memorable estribillo a dos voces. Tras las pertinentes bromas del showman Prophet la potente "Lies" cerraba el set de "algunas chicas" y anticipaba la popular "Brown Sugar" y unos bises con "Star Star" y "Jumpin' Jack Flash", en la que el inconfundible riff inicial se alargó en medio de tralla, redobles, solos y mucha actitud stoniana.
Si bien a uno le pueden no interesar las bandas tributo, y adore de por sí el fornido cancionero de Prophet, el concierto acabó resultando una auténtica gozada, por el repertorio de los de Mick Jagger, por el talento y sincronía de sus protagonistas y por palpar en todo momento auténtico espíritu rockanrollero. Lametones y guitarrazos de los buenos.