"He procurado plasmar el sonido natural de cuatro tíos tocando en una casa”
Por: Sergio Iglesias
El que fuera alma mater del grupo bizkaino Zodiacs ha publicado su primer trabajo en solitario, "Sonido forestal", marcado por la decisión de Ignacio Garbayo de huir del alboroto de la gran ciudad para vivir en el campo. En este disco, grabado y producido por Kaki Arkarazo en los estudios, podemos encontrar las diferentes caras del músico bizkaino en canciones sencillas que hablan sobre temas terrenales con una mezcla de estilos que va desde el rock and roll más clásico hasta el power pop.
Primer disco en solitario titulado "Sonido forestal”". ¿Qué influencia ha tenido en el resultado final el hecho de llevar unos años viviendo alejado de la gran ciudad?
Ignacio Garbayo: Llevo seis años viviendo en un pueblo y el disco está compuesto aquí, así que es inevitable que eso influya, aunque sea un poco; la verdad es que la vida aquí es más tranquila, más sencilla… y, sobre todo, más barata (risas). Pero sí que es cierto que el haber podido hacer este disco, en parte, ha sido gracias a vivir en un pueblo, porque en la ciudad, con todo el lío, habría sido mucho más difícil.
A la hora de “regrabarlo” te decidiste por los estudios Garate de Kaki Arkarazo, ¿lo hiciste también por mantener ese ambiente bucólico?
Ignacio Garbayo: (Risas) La verdad es que ha sido una maravillosa casualidad porque ha sido una gozada trasladarme de los robles que me rodean habitualmente en Gredos hasta los robles que hay en Andoain; de hecho, Kaki y yo estuvimos hablando mucho sobre eso y durante la grabación ha habido grandes momentos en la naturaleza. La decisión de grabar con Kaki salió hablando con Alfonso (Santiago) cuando estábamos buscando un sitio donde hacerlo. Yo siempre he admirado a Kaki desde Kortatu y me encanta todo lo que ha hecho con Atom Rhumba, así que ha sido una gozada trabajar con él y me ha demostrado que es un grandísimo productor y una gran persona.
¿Cambió mucho el concepto del disco después de pasar por el estudio?
Ignacio Garbayo: Qué va, todo lo contrario. Desde el principio buscamos exactamente lo que había salido de la maqueta que había grabado en el estudio de mi casa, ya que la idea era plasmarlo de la manera más fiel posible… obviamente, con mejor sonido porque la maqueta la grabé yo solo con Javi a la batería. Al ir a Garate ya contamos con Pit (Idoyaga) y con Lander (Moya), con los que hicimos un par de ensayos previos ya que, como te digo, la idea era mantener un sonido similar a lo que hice en el cuchitril, que es el nombre que di a mi estudio.
¿Tenías claro desde el principio que Pit y Lander tenían que ser los que os acompañaran a Javi y a ti en la grabación?
Ignacio Garbayo: La verdad es que, en un principio, iba a grabar con la banda con la que empecé a tocar cuando Zodiacs estaba terminando, Warren y los Primitivos, donde estaban Javi y Charlie (Mysterio), que iba a ser el que iba a grabar los bajos. Pero, en el momento que Charlie se desligó del proyecto, había que pensar en otra gente, así que, como ya había tocado con Pit en algún concierto y él estaba dispuesto, era una oportunidad que yo no podía desaprovechar. Además, tanto Lander como Pit son dos buenos amigos así que, aunque en principio iba a contar con ellos sólo para la grabación, finalmente se han quedado para los bolos de presentación y para todo lo que venga.
En el libreto del disco dices “Iba a mostrar un trabajo con mi nombre y me daba vértigo”, ¿ya se te ha pasado esa sensación?
Ignacio Garbayo: Yo creo que sí, pero al principio sí que existía ese vértigo. La historia es que yo estaba un poco triste después de la última etapa de Zodiacs y, aunque movía cosas con Warren y los Primitivos, no veía muy claro hacia dónde iba; así que, cuando se lo conté a varias personas para pedirles consejo, Alfonso fue el único que me dijo sinceramente lo que pensaba del tema y me aconsejó iniciar este proyecto. Por supuesto que, en un principio, me daba vértigo porque yo tampoco soy una persona a la que le guste ir por ahí dando lecciones, así que lo de poner mi nombre podía dar una sensación de que era un tío egocéntrico y me daba un poco de palo; pero poco a poco fui superándolo y cada vez estoy más orgulloso de la decisión que he tomado porque, al margen de falsas modestias, había que asumir que las canciones de Zodiacs durante 18 años las hacía yo, así que me dije “fuera chorradas” y me tiré a la piscina.
¿Tiene más aspectos negativos o positivos publicar un disco en solitario después de tantos años en una banda?
Ignacio Garbayo: De momento, yo lo estoy viendo todo como algo positivo. Como te digo, hay muy buen rollo con la banda que llevo y con la que he grabado el disco y me siento muy respaldado por ellos porque me apoyan en todo y confían en mí a la hora de tomar decisiones. Me parece un lujo estar con esta gente porque, además de estar muy a gusto con ellos, todos son buenísimos músicos… para que te hagas idea de lo bien que funciona todo, para los bolos de presentación hicimos tres ensayos y para la grabación un ensayo y otro antes de entrar en estudio.
Me hablabas antes de Alfonso Santiago y del apoyo que ha supuesto a la hora de lanzar este proyecto que, casualmente, coincide con el lanzamiento de su nuevo proyecto de la discográfica Oso Polita, supongo que será bonito compartir con un amigo estas aventuras tan especiales…
Ignacio Garbayo: Sí, es muy bonito. Como te contaba antes, su apoyo fue fundamental para iniciar este proyecto y por eso fue una de las primeras personas a la que le mandé los temas y, cuando los recibió me contó que estaba planteándose esta posibilidad de crear una discográfica y que le gustaría contar conmigo, así que quedamos un día en Bilbao, planificamos todo… y hasta hoy.
Centrándonos en la música, es muy complicado etiquetar un disco como “Sonido forestal” que toca tantos palos, ¿qué habías estado escuchando en este tiempo para que salga tan variado?
Ignacio Garbayo: Es verdad que a mí me han etiquetado muchas veces de power pop y por supuesto que eso está ahí, pero tampoco soy un gran fan de ese power pop más ortodoxo de los Raspberries o de los Rubinoos…Yo escucho muchísima música, desde que me levanto hasta que me acuesto, y claro que puede haber muchas influencias de grupos power pop como Teenage fanclub o Big Star, pero también del rock de los 60, o de grupos con mucho fuzz… últimamente, por ejemplo, he estado escuchando mucho a los Surfing magazines. Pero, básicamente, he procurado plasmar un sonido natural de ampli de cuatro tíos tocando en una casa… y porque no me he atrevido a plasmar el sonido de tres, ya que se me hacía muy difícil no arreglarlo con otra guitarra. Pero lo que quería, en definitiva, es que sonara a música de local y Jonathan Richman y los Modern Lovers me parece un ejemplo muy bueno, dando la máxima expresión a la voz y a lo que se cuenta.
Hablando de eso, en cuanto a las letras también hay un poco de todo…
Ignacio Garbayo: Sí, aunque, básicamente, se habla de relaciones personales de pareja y/o amistad, un tema al que saco mucho partido; creo que, como he tenido tiempo, he hecho un disco afrontando los temas que a mí me resultaban cómodos y sencillos a la hora de escribir, tratándolos desde diferentes puntos de vista.
También sacas tu vena más crítica en “En la televisión”, donde hablas de la “basura inmunda, el horror, mentiras y corrupción” con la que nos bombardean desde la pequeña pantalla… por cierto, ¿tú tienes televisor en casa?
Ignacio Garbayo: Sí, tengo el aparato pero no me llega la señal… bueno, si me lo currara un poco, seguramente sí me llegaría, pero tampoco quiero (risas); eso también es parte del encanto de vivir en el campo, que estamos al margen de toda esa morralla.
¿Cuál ha sido la reacción de tu gente cercana cuando ha escuchado el disco?
Ignacio Garbayo: La gente con la que más confianza tengo me ha dicho que es muy personal, muchos me dicen que se parece a Zodiacs, pero como más cálido y relajado y que perciben que hay un estilo propio identificable en mis trabajos, y eso es algo que me ha llenado de orgullo, porque creo que dice mucho como artista.
De momento has dado unos pocos conciertos para presentar el disco, ¿cuáles han sido las sensaciones en estos primeros bolos?
Ignacio Garbayo: Yo creo que la banda funciona muy bien, nunca he salido a tocar con más tranquilidad que ahora, y a la gente que lo ha escuchado también creo que le ha gustado. De momento las sensaciones son buenas y ya estamos con ganas de salir a tocar estas nuevas canciones, empezaremos a girar a partir de febrero con la hora de empalmar con conciertos de verano y, si se puede, algún festival…
¿Te gusta el formato festival?
Ignacio Garbayo: Sí me gusta… aunque hay que matizar, porque hay algún festival que es la chufla y a la gente se la suda lo que haya y quién toque, sólo van a mamarse, a bailar en el escenario grande y, de vez en cuando, a darse un paseo por el pequeño a ver lo que encuentran; pero también hay otros festis muy buenos y me gustan, sobre todo, por el contacto con otras bandas porque, cuando coincides con gente afín, es algo muy especial. Como espectador también disfruto mucho y conoces bandas muy buenas y yo voy con esa mentalidad, porque para ir de chufla ya no estoy (risas), me quedo afónico y ya no hay quien toque al día siguiente. Pero sí, intento ir no sólo a dar mi bolo, sino también a disfrutar de otras bandas porque ahora mismo hay verdaderos grupazos… muchos y de un alto nivel, pero lo malo es que hay que rascar y buscar mucho para encontrarlos.